México pierde esperanza
Armando Ríos Ruiz viernes 10, Mar 2023Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
¿Qué país rechazaría una ayuda para acabar con los criminales que se han adueñado de sus pertenencias, de su tranquilidad y de sus vidas? ¿Alguien podría creer que exista quien se oponga a esa ayuda, cuando la muerte lo acecha en todas partes por vivir en un estado sin ley?
Muchos mexicanos pensaron que la muerte de dos estadounidenses y la desaparición de otros dos, en Matamoros, significaba la gota que derrama el vaso y que gracias a ese exceso, nuestros vecinos iniciarían por fin una batida contra las bandas de delincuentes en México, de manera impune, gracias a la política anticrimen más absurda en toda un larga historia: “abrazos, no balazos.”
Pensaron que al fin, las supuestas medidas ejercidas desde aquí, que ni siquiera existen, porque nadie sabe que el mandatario haya corrido a repartir abrazos, ni su flamante e inteligente esposa, libros a los asesinos, habían agotado la paciencia del gobierno del norte y que éstos ya estaban a punto de declarar a nuestros hordas de malosos como terroristas, para comenzar una batida frontal.
Hubo regocijo y aunque abiertamente no lo acepten, hasta los chairos se alegraron de que Biden pudiera tomar las riendas contra la delincuencia desbordada en su parte suriana, porque aquí se habla. Sólo se habla, pero los hechos demuestran que hay preferencia y protección para las congregaciones delincuenciales, solapadas en todo su quehacer por el mismo gobierno.
En todos los estados gobernados por Morena hay alarma. En Guerrero han denunciado públicamente a sus gobernadores, quienes sólo atinan a decir que no están con los criminales, sino con el pueblo, porque hablar es fácil. En los hechos, como dijimos líneas arriba, las cosas son diferentes.
Hace poco, muchas camionetas lujosas fueron a una comunidad en la sierra de ese estado denominada La Parota. Alguien preguntó a uno de los funcionarios a qué iban a un lugar tan peligroso, en donde días antes se suscitó una balacera, con saldo de muertos y heridos y el “servidor público “ respondió con desfachatez: “ a nosotros no nos hacen nada. Nos conocen muy bien”.
En Matamoros, la gente está sorprendida de la rápida respuesta para dar con los dos cadáveres y con los otros dos secuestrados. Pero se quejan de que 12 mil denuncias de desaparecidos en el estado, no hayan sido atendidas. Algunos padres han completado 14 años en espera de la respuesta del gobierno que dice que es mejor dar abrazos a sus verdugos.
Pero también muchos mexicanos se desmoralizaron por la pasividad del presidente John Biden. Algunos achacan su conducta a que las solicitudes son de los republicanos y esa es razón para mantenerse inalterable, respecto a ejercer una acción contundente contra los cárteles de la droga mexicanos.
En estados Unidos, cada vez se suman más personas de poder a esta petición, incluido el mismo pueblo. Pero hay sordera. Y cuando el pueblo demanda, hay que atenderlo. Porque en este momento está a punto de decidir si Biden continúa en la Presidencia o decide cambiar su decisión para que el poder lo asuma el del partido vecino.
Nada debería importar quién formule una demanda de intervención justificada para salvaguardar vidas, aun cuando se trate del enemigo político que tiene razón. De esta manera, se matarían dos pájaros con un solo tiro. Estados Unidos protegería a su gente y prestaría una ayuda inconmensurable a su vecino, cuyas autoridades están más preocupadas en proteger a sus delincuentes.
El diputado republicano, Dan Crenshaw manifestó: “Es hora de que autoricemos el uso de fuerza militar en su contra…. ¿Estás escuchando López Obrador? Nos encantaría que seas nuestro socio. Ayúdanos a ayudarte”. Parece ignorar que lo que en México no quiere el Presidente, es precisamente ayuda contra sus criminales. Están bien, adueñados del territorio. Coadyuvando con la parte oscura del gobierno en elecciones y en muchos otros quehaceres.