Le rascan la melena al león
¬ Luis Ángel García viernes 10, Mar 2023Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Las relaciones entre México y Estados Unidos no atraviesan por su mejor momento. A pesar de las declaraciones del Presidente de que su homólogo Joe Biden lo trata muy bien y es muy respetuoso con el pueblo mexicano, la administración demócrata ha tenido muchas fricciones y momentos difíciles por la altanería del régimen de la 4T que, supone y así se comporta, tiene sometida a la Casa Blanca. Nada más alejado de la realidad.
Aparentemente complaciente, al final el gobierno mexicano ha cedido en todo con un costo muy alto. Evidenciado en el libro de Mike Pompeo, ex secretario de Estado de Donald Trump, y por la ex embajadora en Washington, Martha Bárcena, ahora sabemos que el Presidente electo y su futuro canciller aceptaron que México se convirtiera de facto en tercer país seguro para recibir a los miles de deportados centroamericanos, sudamericanos y caribeños que buscaban un permiso para ingresar a la Unión Americana. Además, se adquirió el compromiso de detener a las caravanas de trashumantes que ingresaban por el sur de nuestro país, lo que representó un gasto para el que no estaba preparado el gobierno ni contaba con la logística para atender esa demanda, lo que provocó problemas sociales y de seguridad.
A ese conflicto se sumó el incumplimiento de México en varias cláusulas del T-MEC; la falta de una política pública en materia de energías limpias, la absurda pretensión de rescatar empresas paraestatales quebradas como Pemex y la CFE y la negativa de aceptar inversión extranjera en la generación de energía han provocado serios conflictos con el gobierno y los empresarios americanos, donde la administración de la 4T sólo atina a postergar los tiempos de futuros paneles que implicarán grandes indemnizaciones para quien gobierne en el próximo sexenio. La importación de maíz transgénico para consumo humano es otra gran batalla que perderemos a corto plazo. Sólo se gana tiempo, pero en un mes enfrentaremos también otra controversia en tribunales internacionales, donde seguramente perderá México, y el próximo año entrará ese maíz a la mesa de los mexicanos.
A lo largo del sexenio, los gringos han advertido a las autoridades federales que no contaban con una política pública eficaz en materia de seguridad pública y combate al crimen organizado, más aún el Pentágono advirtió hace un par de años que en más de la tercera parte del territorio nacional, la delincuencia ha desplazado a los gobiernos formales y se había perdido la gobernabilidad en esas regiones. Efectivamente, sufrimos una grave crisis de seguridad y violencia que ha convertido al país en un gran cementerio, con el mayor número de homicidios dolosos en los últimos sexenios. La permisibilidad de las áreas gubernamentales encargadas de combatir a los criminales ha posibilitado el tráfico ilegal del fentanilo y provocado una crisis de salud pública y de seguridad nacional en los Estados Unidos, donde mueren al año más de cien mil jóvenes por sobredosis; ello ha llevado a los congresistas y líderes políticos a solicitar al gobierno de Biden que considere el uso de las fuerzas armadas para combatir a los narcotraficantes mexicanos como terroristas y se posibilite la incursión del ejército a territorio nacional.
A esa postura se sumó el actual procurador norteamericano y el ex fiscal William Barr para reclamar a la 4T que no ha hecho nada para combatir a los mafiosos y por eso mueren tantos ciudadanos norteamericanos. En parte, tienen razón, ya que la política de abrazos y no balazos no ha frenado la escalada de violencia que padecemos. Para desgracia nuestra, cuatro americanos llegaron a Matamoros y fueron agredidos a balazos y secuestrados, murieron dos y a uno más lo dejaron herido. En Palacio Nacional minimizaron el evento y acusaron a los congresistas de propagandistas electoreros, pero tanto le han rascada la melena al león que no sería difícil que en una de esas, se apruebe la intervención armada y decidan lavar la afrenta del atentado y quieran combatir a los delincuentes desde aquí. Ahora está en peligro la soberanía nacional.