Trío michoacano
Ramón Zurita Sahagún martes 28, Jun 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Con la nominación perredista de Silvano Aureoles Cornejo, se tienen ya los candidatos de los tres principales partidos al gobierno michoacano.
Aureoles Cornejo se une a la panista Luisa María Calderón Hinojosa y al priísta Fausto Vallejo Figueroa, como los que disputarán en noviembre próximo la posibilidad de convertirse en sucesor de Leonel Godoy Rangel.
Ligado a la familia Cárdenas (Silvano propuso la candidatura a Lázaro Cárdenas Batel como aspirante presidencial del PRD), Silvano es un ganador consuetudinario, ya que triunfó en la disputa de una diputación federal, la presidencia municipal de Zitácuaro y el Senado de la República.
Claro que eso no es muy difícil en una entidad en la que el perredismo se enraizó desde sus inicios, pero en la interna de su partido se impuso a uno de los personajes fundadores del partido y que de igual forma marchó al lado de la familia Cárdenas durante toda su vida política.
Enrique Bautista Villegas se quedó nuevamente en la raya de las posibilidades para competir por el gobierno michoacano, donde los dos últimos gobernadores han salido de las filas perredistas.
También dejó en el camino a Fabiola Alanís, ex presidenta estatal del PRD, la que presentó algunas quejas sobre el proceso celebrado el domingo.
De las cuatro gubernaturas que estarán en disputa durante el presente año, Michoacán es para el perredismo la de alta prioridad, ya que las dos más recientes administraciones les corresponden a sus activos.
Primero fue Lázaro Cárdenas Batel, hijo y nieto de gobernador, el que logró la plaza para su partido y después llegó Leonel Godoy Rangel, quien la retuvo para el sol azteca.
Sin embargo, el gobierno de Godoy Rangel no ha sido lo acertado que fue el anterior y hoy el perredismo corre el riesgo de perder una de sus preciadas gemas, que es conocida como la cuna del cardenismo y que la gobernaron el fundador de su partido, Cuauhtémoc y su padre e hijo de nombre Lázaro y de apellidos Cárdenas.
Y es que de los tres partidos que entran a la contienda, aparentemente, el PRD se encuentra en desventaja frente a sus adversarios del PAN y PRI.
Anticipada su candidatura desde un año antes de la elección por reglamentos del partido, Luisa María Calderón Hinojosa rompió con su promesa de alejarse de los cargos públicos durante la administración presidencial de su hermano menor, Felipe Calderón Hinojosa, actual Presidente de la República.
Sus palabras se fueron al olvido o solamente fueron un referente para los cuñados del Ejecutivo federal se abstuvieran de incrustarse dentro de la nómina pública, luego del daño que le ocasionaron en plena campaña electoral.
Luisa María anunció que se iba a España, aunque la cercanía del proceso electoral la decidió a buscar la nominación de su partido para intentar gobernar el estado en el que nació ella y su hermano menor, el Presidente de la República.
Su decisión cayó bien en algunos sectores, pero en otros impactó en forma negativa, por lo que no cuenta con todos los ases a su favor.
Desde antes que se inicien las campañas en esa entidad, las denuncias vuelan por todos los terrenos, sobre la parcialidad con la que, supuestamente, actúan los delegados federales.
Las encuestas tempranas sitúan en buena posición a la hermana del Presidente, con amplias posibilidades de arrebatar la plaza al cardenismo.
Sin embargo, los panistas no son los únicos que pretenden arrebatar la plaza al perredismo, ya que los priístas tienen el mismo propósito, aunque presentan a un candidato al que se le cansa pronto el caballo.
Fausto Vallejo Figueroa es el candidato elegido por los priístas para intentar reconquistar una plaza que mantuvieron a sangre y fuego hasta principios del actual siglo.
Vallejo Figueroa es el actual alcalde de la capital estatal, posición a la que pidió licencia para poder competir en la contienda estatal. Es la tercera vez que es presidente municipal de Morelia, dos de ellas ganando de mayoría y la primera como alcalde sustituto.
El problema de Fausto es que gana la alcaldía de Morelia, pero pierde todo lo demás, lo sacan de ese municipio y pierde, como sucedió con su candidatura a diputado y senador, las que no consiguió como candidato de su partido.
Si a eso se le agrega que dos veces que fungió como alcalde en el pasado entregó la plaza al mismo partido y al mismo candidato, Salvador López Orduña, del PAN y ex candidato al gobierno estatal.
Fausto se encuentra lejano de la nueva imagen que pretende presentar el PRI, ya que se trata de un político que representa más edad de la que tiene (62 años) y que por añadidura presenta achaques y enfermedades.
Sin embargo, con Fausto, el PRI apuesta a que es sobrino del ex gobernador y ex líder del Senado, Genovevo Figueroa Zamudio, con el que se inició políticamente como secretario particular y que actualmente milita en el PRD.
Genovevo puede, tal vez, convencer a un grupo de perredistas para que voten por su sobrino, si es que el candidato del sol azteca no logra prender en el ánimo electoral.
Por eso, hasta el momento, Michoacán representa una incógnita sobre el posible resultado electoral.
¿ALIANZA?
Algo que podría inclinar la balanza en Michoacán es la decisión sobre la eventualidad de una candidatura común entre priístas y panistas, lo que se encuentra en pláticas, aunque dice Fausto que si van, pero con él como candidato.
Los verdes tampoco deciden si van con el PRI, ya que mantienen conversaciones con el PAN y podría darse otra alianza en ese terreno, apoyando al abanderado de ese partido.