Un poderoso imán
Alberto Vieyra G. martes 7, Mar 2023De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Dos noticias económicas ganaron la semana pasada los principales espacios en medios de comunicación: Primero, de que la confirmación de que el consorcio Tesla se instalará en Santa Catarina, Nuevo León, con las peligrosas consecuencias que representará para el medio ambiente y segundo, que las remesas de indocumentados mexicanos alcanzaron durante enero de 2023 todo un récord de 4 mil 406 millones de dólares, algo que jamás había ocurrido en los últimos 50 años.
Pues sí, después de que el presidente AMLO estuvo a punto de frustrar el proyecto de Tesla para instalar en Nuevo León la armadora de autos eléctricos más grande del mundo con una inversión de más de 6 mil millones de dólares, proyecto que se convertirá en un poderosísimo imán de desarrollo en esa entidad del norte de México a donde llegarán primero los tlacoyos, las burritas, las chalupas, las tortas, los tacos, las garnachas, los chilaquiles y tantos y tantos antojitos mexicanos, pues la armadora de autos pretende producir en esa planta un millón de automóviles no contaminantes cada año.
¿Y cuál será entonces el impacto y el costo ambiental que producirá Tesla en Nuevo León y en México? ¿Tesla utilizará aguas tratadas para la fabricación de automotores eléctricos y los desechos qué fin tendrán?
Como todas las megas industrias, Tesla no será una dama de la caridad sólo porque dará empleo a unas 10 mil personas y atraerá inversiones de todo tipo toda vez que en el mundo ya enfrenta a juicios millonarios por la destrucción de ecosistemas.
Por ejemplo, la planta de Tesla en Fremont, California, ha sido señalada por emitir emisiones contaminantes por encima de los límites legales, además de incurrir en irregularidades en la separación de desechos, aunque también ha enfrentado cinco procesos judiciales y administrativos por haber causado daños al medio ambiente en Estados Unidos y Alemania, los cuales le han generado multas por más de un millón de dólares, una baba de perico para un magnate que promete inundar de fábricas a México, incluyendo el sureste del país, aunque todavía no se tenga la infraestructura para las inversiones privadas. Sin embargo, la calificada y barata mano de obra mexicana es toda una garantía para cualquier inversionista, pues le representará ganancias multimillonarias en dólares porque a sus empleados en México les pagará en devaluados pesos.
Por cierto, ¿México estará próximo a una devaluación en vísperas de la elección presidencial de 2024? Y es que los amos del dinero que se dedican a las exportaciones ya están pegando el grito en el cielo para que el gobierno y el Banco de México le aflojen a la flotación del peso/dólar, pues para ellos representa menos ganancias mientras que para los importadores, la paridad del peso mexicano resulta muy atractiva.
Y vaya revuelo que causó la noticia de que el mes de enero fue único para la entrada de divisas a México por concepto de remesas de nuestros connacionales, que de no ser por ellos la economía azteca en tiempos de AMLO sería todavía un desastre de mayores proporciones, pues gracias al titipuchal de dólares que envían nuestros connacionales que se la rifan en Estados Unidos, AMLO hace caravana con sombrero ajeno presumiendo que “el peso mexicano esta muy fortachón” y que la economía de México está a toda madre.
Habrá que decirlo nuevamente que las remesas se han convertido en la gran salvación de la economía de México. Pues si miles de familias no tuviesen ese respiro económico, seguramente que el México bronco ya habría hecho acto de presencia en momentos en que se habla hasta el cansancio de una transformación histórica del país.
¿Usted ve esa transformación en la pacificación del país, en los hospitales sin medicinas, en el sistema de salud o en el educativo que vive una catástrofe o en la demencial división del país que lleva a cabo AMLO?