Mandamientos de la llamada Cuarta Transformación se cumplen a rajatabla
Miguel Ángel Rivera lunes 6, Mar 2023Clase Política
Miguel Ángel Rivera
El “noviciado” le llama la gente del pueblo a la fase inicial de un matrimonio en el que, por lo general, la convivencia resulta difícil y se dificulta todavía más por la influencia de agentes externos.
Se puede decir que esta situación se aplica al matrimonio del ex titular de la Unidad de Investigación Financiera (UIF) del gobierno federal y ahora fiscal general de Hidalgo, Santiago Nieto Castillo, con la consejera electoral Carla Humphrey Jordan.
La unión nació bajo los mejores auspicios, pues los dos son profesionales exitosos que llegaron a los más altos niveles de la política nacional.
Uno, él, muy cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien le encomendó una responsabilidad muy importante para darle validez a su pregonada política de austeridad y de combate a la corrupción, pues al seguir el movimiento de grandes capitales estaba en condición de descubrir posibles transacciones irregulares y dar los elementos para que los grandes delincuentes de “cuello blanco” pudieran ir a la cárcel o, al menos, pagar los impuestos que ocultaron al fisco federal.
Cursó la licenciatura en Derecho por la Universidad Autónoma de Querétaro, grado que obtuvo con una tesis que obtuvo mención honorífica en el Concurso de Tesis Profesionales del Consejo de la Judicatura Federal en noviembre de 1998. También es Doctor en Derecho por la División de Estudios de Posgrado de Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Ha desempeñado diversos puestos en el Poder Judicial de la Federación, entre ellos se encuentra el de secretario técnico en la Secretaría Ejecutiva del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, secretario técnico en el Instituto de la Judicatura Federal, secretario de Estudio y Cuenta y jefe de Unidad de Investigación y difusión en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y magistrado presidente de la Quinta Circunscripción Plurinominal con sede en Toluca, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
También fue asesor jurídico en el Consejo Local del extinto Instituto Federal Electoral (IFE ahora INE) en el Distrito Federal de 1997 al 2000. De 2000 a 2003 ejerció la coordinación de asesores de la Contaduría Mayor de Hacienda de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
Ella también obtuvo la licenciatura en Derecho, por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y es candidata a doctor en Gobierno y Administración Pública por el Instituto Universitario Ortega y Gasset y la Universidad Complutense de Madrid. Tiene varios diplomados en materia de política electoral y de administración pública, además de haber impartido cursos y conferencias en esas materias.
Fue consejera del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) de enero de 2006 a enero de 2013, periodo durante el cual fue presidenta de la Comisión de Asociaciones Política, presidenta del Comité de Radiodifusión y de la Comisión de Capacitación Electoral y Educación Cívica y de la Comisión de Organización y Geografía Electoral. Actualmente es consejera del repudiado por los radicales de Morena Instituto Nacional Electoral (INE).
No, ninguno de los dos ha sido acusado de plagiar una tesis, ni un libro.
Una boda demasiado costosa
Más allá de su sólida formación académica y profesional, Humphrey Jordan ha tenido dificultades y críticas por sus relaciones personales. Por ejemplo, su primer esposo fue el ahora senador Gil Zuarth, quien llegó a ser secretario particular del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, por lo que llegó a ser señalada como proclive a ese gobierno, aunque siempre preservó la autonomía del organismo electoral.
Su relación con Nieto Castillo en principio fue poco publicitada, pero saltó a las primeras páginas de los diarios y a los mejores espacios de los noticieros de la radio y la televisión a partir del día de su boda, pues rompieron los límites de la “austeridad republicana” y generaron dentro de las filas del oficialismo un fuerte repudio que se sostiene hasta la fecha.
En un intento de estar a salvo de miradas escrutadoras y de críticas malintencionadas, la ceremonia y la consiguiente recepción se celebró en Guatemala, pero hasta allá les persiguieron las insidias de sus malquerientes.
Con un celo inusitado, las autoridades migratorias del vecino país revisaron minuciosamente a los invitados y a los aviones en los que viajaron desde México, en gran parte particulares, lo cual de suyo es un pecado capital en la llamada Cuarta Transformación. Pero, el escándalo creció porque los diligentes aduaneros guatemaltecos encontraron un paquete con miles de dólares, que llevaba una colaboradora de un empresario mexicano que gusta de pagar todos sus gastos en efectivo.
Ese incidente fue la hebra de la que salió todo el rollo acerca de la costosa ceremonia. El dinero era lo de menos, lo grave fueron las consecuencias políticas.
De entrada, “renunció” la secretaria de Turismo de la Ciudad de México, Paola Félix Díaz, quien cometió el grave pecado de haber viajado, como invitada, en el avión privado donde se detectó el paquete de dólares en efectivo.
“Los principios de la austeridad republicana son fundamentales para el gobierno capitalino, por lo que refrenda su compromiso con la honradez y transparencia”, dice el comunicado en el que se confirmó que la “renuncia” había sido aceptada, nada menos que por la “corcholata” favorita, la mandataria capitalina, Claudia Sheinbaum, la más ortodoxa funcionaria de la 4T.
Antes de la rumbosa, aunque discreta boda, Santiago Nieto Castillo había perdido la esperanza de ser candidato a Morena al gobierno de su natal Querétaro. Al admitir su aspiración, dijo también que dejaba su destino en poder de su jefe, el presidente López Obrador. La señal nunca llegó y desde un año antes de su boda, anunció que permanecería al frente de la UIF y descartó la posibilidad de competir por la candidatura al gobierno de Querétaro.
Pero también esa posición perdió el que era temido titular de la Unidad de Investigación Financiera (UIF).
Menos de una semana después de su boda, Nieto Castillo confirmó que había renunciado a su cargo. El Ejecutivo anunció que el reemplazo era Pablo Gómez Álvarez, uno de los “duros” de la llamada Cuarta Transformación.
En sus redes sociales, el abogado escribió: “Antes de que pudiera afectarse al proyecto, por las críticas derivadas de actos de terceros relacionados con un evento personal y transparente, preferí presentar mi renuncia como titular de la #UIF. Mi lealtad es con el Presidente @lopezobrador_. Mi amor para @C_Humphrey_J.
La inquisición de la 4T bloquea a Carla Humphrey
Pese a sus buenas intenciones, Nieto Castillo pasó a perseguidor a perseguido, pues trascendió que la misma UIF lo tenía bajo escrutinio, por unas operaciones inmobiliarias que le parecieron sospechosas a los inquisidores de la llamada Cuarta Transformación.
No obstante, gracias a su preparación y a sus relaciones, Nieto Castillo consiguió trabajo pronto, primero con el actual gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, al parecer con la misión especial del investigar al mandatario saliente, el panista Francisco García Cabeza de Vaca. Sin embargo, todo indica que la investigación resultó contraproducente, pero ese es otro asunto.
De Tamaulipas, saltó a Hidalgo. Actualmente se desempeña como encargado de despacho de la Procuraduría General de Justicia del estado de Hidalgo, designado por el gobernador Julio Menchaca, para fungir en el periodo de transición de Procuraduría a Fiscalía General de Justicia.
La que ahora está bajo escrutinio y padece el repudio de los radicales de Morena es su esposa, la todavía consejera electoral Carla Humphrey, quien se inscribió para participar en el concurso para la presidencia del INE, pues está por terminar el mandato de Lorenzo Córdova Vianello.
Humphrey cumple con todos los requisitos establecidos en la ley y en la convocatoria lanzada por la Cámara de Diputados, pero sus malquerientes dentro del oficialismo, encontraron un supuesto inconveniente: Su designación como presidenta equivaldría a una reelección, pues actualmente ella es consejera electoral.
Humphrey sostiene que no hay tal, pues se trata de dos cargos diferentes y de procesos distintos.
Y, lo peor: La juzga un comité técnico integrado por personas que saben mucho menos que ella.