El ex poderoso PRI, en ruinas
¬ Arturo Ríos Ruiz lunes 6, Mar 2023Centro..!
Arturo Ríos Ruiz
- Ellos mismos lo destruyeron
- ¿Qué festeja “Alito” Moreno?
Ya consumada la Revolución, el 4 de marzo de 1929, Plutarco Elías Calles fundó el Partido Nacional Revolucionario, que dio cauce a las aspiraciones de
los mexicanos e impulsó las grandes transformaciones que México demandaba, hizo a un lado la lucha armada y transitó a un país de instituciones.
En abril de 1938, se cambió su denominación para ser el Partido de la Revolución Mexicana. En 1946, nuevamente cambió al definitivo Partido Revolucionario Institucional, PRI, el cual se consolidó como una fuerza política con presencia en todo el territorio nacional. Una expresión política, que vive su agonía.
El líder nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, afirmó que en 2024 será el centenario del instituto político, su militancia habrá de festejar desde Palacio Nacional. Él es quien más lo ha debilitado.
Por 80 años el PRI fue todo poderoso, tanto que hace décadas, mientras Octavio hablaba, Vargas Llosa acuñó la célebre frase “México es la dictadura perfecta”, se refería al mandato del PRI, a su absolutismo, creando partidos satélite disfrazados de oposición. El escritor peruano salió volando del país.
Eran opositores, el PARM, conformados por ex fieles militares del tricolor, EL PPS, creado por Vicente Lombardo Toledano.
Sólo el Partido Acción Nacional, nació independiente y se mantiene; fundado en 1939 por Manuel Gómez Morín junto con Efraín González Luna, Aquiles Elorduy, Luis Calderón Vega, Francisco Fernández Cueto, Juan José Páramo Castro, Alejandro Ruiz Villaloz, Rafael Preciado Hernández, Juan Gutiérrez Lascuráin y Manuel R. Samperio, entre otros.
Fue Ernesto Zedillo, el primero en entregar el PRI al PAN; facilitó desde candidato la debilitación del partido, el tricolor, con una frase de enterrador de cementerio: “Conservaré la sana distancia con PRI”. Fue su epitafio.
Sus promotores, trabaron a medio vapor, citaban grupos organizados, eventos masivos, desayunos, comidas y cenas, de los distintos sectores del aún poderoso partido, CTM, CNOP y CNC, y a todos los dejaban plantados. Designó un pésimo candidato, Francisco Labastida Ochoa, anodino y mal orador, ante un Fox parlanchín que daba risa.
El día de las elecciones, a las 19.00 horas, cuando el famoso “voto verde”, el de los campesinos, aún no llegaba, que representaba el triunfo priista, Ernesto Zedillo anunció precipitado el triunfo panista y explotó el Ángel de la Independencia, en algarabía victoriosa de albiazules y el rostro compungido de millones de tricolores.
El tanatopractor, el que prepara a los muertos, fue Enrique Peña Nieto, Su administración fue un desastre, ignorante, inculto, pero muy astuto, se comenta que pactó con Calderón su llegada y con AMLO su salida y vive feliz en España intocable. También trasciende que cuenta con videos demoledores contra el actual.
Y, el fontanero del PRI, “Alito”, su gestión al frente está plagada de traiciones y controversias por la amenaza que pende por su corrupción cuando gobernó Campeche con su emporio inmobiliario. La pregunta que cierra este espacio es ¿Qué festeja?