La oposición, sin credibilidad
¬ Francisco Reynoso jueves 23, Feb 2023Triple Erre
Francisco Reynoso
Por supuesto que López Obrador tiene razón.
Felipe Calderón, como Presidente de México, debió estar enterado de lo que hacía su secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
Nadie con un dedo de frente puede creer que el otrora superpoderoso jefe de la policía nacional actuara por su cuenta a espaldas del Presidente.
Quizá en la supuesta relación que tuvo con los capos de las organizaciones criminales no acataba órdenes de Calderón. Pero no podía caminar por la libre y sin rendir cuentas a la superioridad. No podría correr el riesgo de que el Presidente lo cogiera en la maroma.
Dícese que el Presidente es el mejor informado de México. Todo lo sabe. Y así debe ser. Salvo López Obrador que a veces parece perdido, confundido y que a veces declara mentiras que lo hacen ver desinformado y burlado, tradicionalmente el Presidente todo lo sabe. Lo bueno y lo malo.
Así es que la declaratoria de culpable a García Luna en una corte de Nueva York, por cinco delitos graves, que se traducirá en una pena de prisión inacabable, será oro molido para López Obrador.
La aprovechará como sólo él sabe hacerlo. De facto, ya comenzó. El PAN, hasta ahora el partido más fuerte de la oposición, pagará un altísimo costo político. Porque aunque Felipe Calderón dejó al PAN, llegó a la Presidencia de la República por ese partido; en él militó toda la vida y actualmente su esposa Margarita Zavala es diputada federal por el PAN y se le maneja como posible candidata presidencial.
López Obrador le va a pegar duro y a la cabeza al PAN, aprovechándose de la presunta del escándalo García Luna y la relación de éste con Calderón y con Vicente Fox, con quien empezó a crecer y a encumbrarse.
López Obrador mantiene un muy alto índice de popularidad -entre 55 y 60 por ciento-. Y esto se lo debe a la corrupción de priistas y panistas y a su extraordinaria habilidad para manipular a la opinión pública y para utilizar a los pobres, convertidos en mercancía electoral, a quienes tiene comiendo de su mano por el dinero que les regala a través de sus programas sociales.
La 4T podrá ser un fracaso, una administración opaca plagada de negocios turbios, una colección de corruptelas. Empero no le ha llegado su tiempo. Morena y López Obrador están en el poder y mientras se mantengan, la mugre permanecerá bajo la alfombra.
El turno ahora es de los panistas; de García Luna, Felipe Calderón y Vicente Fox. Antes lo fue de Emilio Lozoya, Jesús Murillo, Juan Collado y otros miembros distinguidos del sexenio de Enrique Peña Nieto.
¿Cómo puede la oposición: priistas, panistas, perredistas e incluso emecistas, contrarrestar la campaña de desprestigio que hará López Obrador, colgado de García Luna?
Tendrán que pensar en algo muy especial. Encontrar otra casa gris o un nuevo negocio turbio multimillonario de José Ramón López, hijo mayor de Andrés Manuel; o más escándalos de corrupción de sus hermanos Pío, José Ramón o José Ramiro; o esperar que ocurra otra tragedia como la de la Línea 12 del Metro.
La oposición tendrá que pedirle a Dios un milagro, porque en sus reclamos, en sus acusaciones de cacique, tirano, corrupto y populista, ya no funcionan.
Y no funcionan por una explicación simple: Ninguna de las figuras de la oposición tiene suficiente credibilidad. Los priistas Alejandro “Alito” Moreno, Miguel Osorio, Rubén Moreira, Claudia Ruiz Massieu, Carolina Viggiano, Enrique de la Madrid, Omar Fayad y Alejandro Murat, entre otros, están totalmente devaluados.
Y los panistas: Ricardo Anaya, Josefina Vázquez Mota, Marko Cortés, Diego Sinhue Rodríguez, Mauricio Vila, Mauricio Kuri, Gustavo Madero, Xóchitl Gálvez, Kenia López, Lilly Téllez, ni se diga. Hablan tanto, de todo; critican tanto y con los mismos epítetos, que ya fastidian a la gente.
Y los perredistas y emecistas están igualmente devaluados. Pocos o nadie cree en las denuncias de Jesús Zambrano y Jesús Ortega o de Dante Delgado, Samuel García o Enrique Alfaro. ¿Quién tuvo la culpa de que López Obrador llegara a Palacio Nacional?
Principalmente la corrupción y excesos de Enrique Peña Nieto y sus más cercanos: Luis Videgaray, Emilio Lozoya, Rafael Cienfuegos y los gobernadores Javier y César Duarte, Roberto Sandoval, Andrés Granier y Tomás Yarrington, entre otros; y la de los panistas Guillermo Padrés, José Luis Lavalle, José Luis Preciado y Javier Corral.
¿Quién tendrá la culpa de que López Obrador llegue al 2024 con 65% de popularidad y respaldo de la gente y vuelva a ganar las elecciones presidenciales?
Los mismos: Priistas, panistas y perredistas con la lengua corta y la cola larga.
Parece increíble que en medio de escándalos de corrupción, como el desabasto de medicinas, el desastre ecológico que está causando la construcción del Tren Maya, el fracaso económico del Aeropuerto Internaciona Felipe Ángeles, el muladar en el que han convertido al aeropuerto de la Ciudad de México, las terribles condiciones de in seguridad del Metro, entre otras, y otras, y otras muchas de la 4T, sólo se hable, porque así lo quiere López Obrador, porque todos lo siguen como títeres, del escándalo García Luna.
La batalla de la oposición parece perdida. García Luna podría ser el clavo que le faltaba a su cruz.
Ojalá pueda resucitar como Lázaro. Medio México espera el milagro.
La verdad es la verdad
y no admite otros datos