Culpable o inocente
Freddy Sánchez martes 14, Feb 2023Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Qué más se puede esperar del juicio a García Luna.
La avalancha de acusaciones ha sido tan arrolladora que difícilmente alguien o algo modificará la condena política y social en contra del acusado más allá de si lo que se le imputa es una verdad o mentira.
Y es que en una auténtica paradoja respecto a la idea norteamericana de que en aquel país todos son inocentes hasta que se demuestra lo contrario, en los juicios como el que se ventila en el caso de García Luna, los hechos han demostrado que sucede totalmente al revés.
Una tras otra, las acusaciones de los testigos de la fiscalía han obrado contra la imagen pública del sujeto a juicio, porque sea o no responsable de cada una de las conductas de corrupción que se le atribuyen, en el ánimo de la mayoría de los espectadores de lo que acontece allende el Bravo, seguramente lo es.
Máxime que aquí en México desde el gobierno y el partido en el poder un día sí y el otro también se hace propaganda contra el gobierno de Felipe Calderón, el de Peña y otros considerados adversarios de la 4T.
Y es que como el propio Andrés lo podría decir como antes lo dijo de otra situación semejantemente en deterioro del prestigio de sus adversarios políticos, lo de García Luna le “vino como anillo al dedo” a los afanes morenistas de “golpear” políticamente a los opositores al gobierno en turno.
Sobre todo, existiendo material en abundancia para desgastar la reputación de los pasados gobiernos del PAN y el PRI.
En se sentido es evidente que en perjuicio del señor García Luna que ahora es señalado de corrupción por “distinguidas figuras” del crimen organizado en el país, habiendo estado inmerso en actividades habitualmente marcadas por la connivencia entre autoridades y delincuentes, inevitablemente las acusaciones en su contra no han podido menos que dar cabida a la creencia de que todo cuanto se ventila en el juicio debe ser verdad.
Cabe aclarar que la defensa del ex secretario de Seguridad Pública Federal en tiempos de Felipe Calderón ha puesto énfasis en que las acusaciones han carecido de pruebas y básicamente han estado sustentadas en dichos sin comprobar, emitidos por maleantes perseguidos en el pasado por el acusado.
Y esa aseveración vitaliza la suposición de que una vez que transcurra el turno de la defensa de García Luna en aras de acreditar su inocencia con la presentación de sus pruebas de descargo, el jurado a cargo de resolver en Estados Unidos lo favorecerá con un veredicto absolutorio.
Sea lo que fuere, es de señalar que a criterio de mucha gente dentro y fuera de México, lo más probable es que subsista la consideración de que el enjuiciado incurrió en conductas irregulares en asociación con mafiosos del crimen organizado, por más que no se hayan probado suficientemente cada una de las imputaciones que le hicieron los testigos de la fiscalía.
En estas circunstancias pues, es de imaginarse de lo que se salvó el general Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional en tiempos de Enrique Peña Nieto, puesto que al igual que a García Luna, la fiscalía de los Estados Unidos le tenía preparada una larga lista de acusadores.
Y si nadie llegó a formalizar esas imputaciones en su contra en un juicio fue gracias a que el gobierno de México solicitó que el detenido fuera entregado para su enjuiciamiento en territorio nacional.
Una cuestión que hasta donde se sabe arrojó evidencias suficientes para dar por hecho que los norteamericanos intentaron inventarle una historia criminal al general Cienfuegos, exonerado por una expedita indagatoria de las autoridades competentes en México.
En ese contexto, es inevitable pensar en la posibilidad de que si los gringos supuestamente mintieron para culpar falsamente al ex secretario de la Defensa, igual pudieron hacerlo con García Luna.
Una reflexión obligada antes de que lo declaren culpable o inocente.