De la corrupción carrancista a la actual
Alberto Vieyra G. viernes 10, Feb 2023De pe a pa
Alberto Vieyra G.
“No hay general mexicano que no aguante un cañonazo de 50 mil pesos”. Con esa histórica frase el general Álvaro Obregón Salido sintetizaba la corrupción que imperaba en el gobierno carrancista, en el que Luis Cabrera, como secretario de Hacienda, era el encargado de cañonear con 50 mil pesos oro a los trompudos generales carrancistas, quienes frecuentemente eran maiceados para que no hicieran olas.
Sin embargo, la corrupción a lo bestia durante el régimen carrancista ocurriría cuando se produjo aquel histórico saqueo a la nación de “bilimbiques e infalsificables” en los que muchos se hicieron de muchas mulas y se cuenta que uno de ellos sería el mexiquense Isidro Fabela Alfaro, quien con esos dineritos conformaría el llamado Grupo Atlacomulco, que hasta hoy es uno de los grupos políticos y económicos más poderosos en México.
Hace 20 años, ya con los adelantos tecnológicos, los mexicanos fuimos testigos de un abominable hecho de corrupción. Se sabría que uno de sus hombres llamado René Bejarano no hallaba cómo embolsarse entre su ropa fajos y más fajos de billetes, destinados para su jefe El rey del ca$h.
Después, al propio hermano de Andrés Manuel López Obrador lo veríamos en otra sucia escena de corrupción recibiendo dineros del gobierno chiapaneco y cuyo destino de la lana era la misma que en el caso Bejarano. Pese a tales evidencias, AMLO ha negado ser igual a otros.
Esta semana, se le echaría una manchita más al tigre, cuando funcionarios del gobierno morenista de Campeche fueron captados al momento de recibir un cañonazo de a millón de pesos cada uno, según ellos para ser repartidos como una obra social entre militantes o seguidores que sirven a la causa robolucionaria de Morena entre ellos, Raúl Aarón Pozos Lanz, actual secretario de Educación Pública de Campeche; Armando Constantino Toledo Jamit, jefe de la oficina de la gobernadora Layda Sansores y Rocío Abreu Artiñano, senadora morenista por el estado de Campeche.
Como usted puede ver estamos ante un hecho de putrefacción e inmoralidad que avergonzaría a cualquier persona bien nacida. La corrupción que ahoga al gobierno de Campeche exhibe a una Layda Sansores como parte de la podredumbre de ese tejido social y se ve que a la señora le gusta la lana, a pesar de que su padre fue un digno y honesto campechano porque en esta semana, la panista Lía Limón, alcaldesa en Álvaro Obregón, presentó 7 denuncias penales ante la Procuraduría capitalina por el desvío de más de 150 millones de pesos. Y claro, el hallazgo de corrupción en Campeche se ha convertido en un asunto que es de cera y pábilo, pues como se puede ver, en México nada ha cambiado desde Venustiano Carranza hasta AMLO, la podredumbre de corrupción es la misma.
“No somo iguales”, dice hasta el cansancio AMLO, quien lleva un récord de más de 101 mil mentiras que lo ubican como el Presidente más mentiroso en la historia del presidencialismo azteca. Los hechos lo desmienten y dejan a ese gobierno muy mal parado. Los rancheros allá en mi tierra que no dejan pasar una, acuñaron ya este dicho: “Todos son iguales. Si es perro muerde y si es perra también muerde”.