Espejismo de bienestar
Freddy Sánchez martes 31, Ene 2023Precios y desprecios
Freddy Sánchez
No hay persona más amada que la que se hace notar como benefactora de los demás.
Es una frase que viene a cuento en relación con lo exitoso y socorrido de los programas sociales del gobierno de Andrés Manuel.
Y es que como lo haría alguien que no duda en dar a sus hijos aquello que sabe que puede satisfacerlos, el Presidente de México ha hecho algo semejante con distintos grupos de la población en el país.
Su discurso de “primero los pobres” definió su política de gobierno de carácter social acordando apoyos económicos para veinte siete millones de habitantes y eso, naturalmente, le granjeó la reciprocidad electoral de los beneficiarios que al mismo tiempo muestran una indeclinable voluntad de proclamarlo como un presidente altamente popular.
¿Plan con maña?… Algunos dicen que sin duda y otros lo niegan.
El caso es que Andrés Manuel consiguió que millones de personas en agradecimiento a lo que reciben del gobierno (pagado con los impuestos de erario y no con dinero personal del Presidente, lo que es pertinente dejar en claro), dígase lo que se diga para quitarle méritos al jefe del Ejecutivo lo consideran un hombre bondadoso que llegó al poder para darles lo que nunca antes habían recibido de un primer mandatario.
Lo beneficios que a lo largo de sesenta años repartió con afanes de manipulación electoral el PRI no parecen conservar un registro fiel en la memoria de los que actualmente disfrutan de los apoyos institucionales negando que se les haya dado acceso a programas sociales con los mismos propósitos de control electoral o de plano negándose a pensar siquiera en esa posibilidad.
Así las cosas, las críticas de opositores al gobierno derivadas de distintas situaciones que han dado lugar al desencanto social por algunos quehaceres institucionales, (vistos con desaprobación desde la sociedad civil), en mínima medida han disminuido los niveles de aprobación pública del presidente en las encuestas que se realizan entre la gente.
Dos motivos se apuntan como determinantes para que el apoyo social al jefe del Ejecutivo se conserve por encima del sesenta por ciento, a pesar de que su gobierno tenga calificaciones por debajo en distintos rubros, particularmente en seguridad.
Uno está relacionado con los efectos de sobra conocidos a su favor por su conferencia “mañanera” y lo segundo, y mucho más eficaz, naturalmente, se debe a los programas sociales.
Que seguramente, el gobierno de Andrés Manuel podrá seguir financiando hasta el último día de su gobierno recurriendo a las acciones que hasta la fecha le han permitido conseguir los fondos necesarios para no cancelar ninguno de sus apoyos institucionales.
La cuestión es si habrá posibilidades de obtener el dinero que se requiere para continuar con los programas sin afectar las acciones de gobierno en aras de atender otras necesidades sociales que impactan a favor o en contra del bienestar colectivo. Obras y servicios en general que la población demanda y es preciso proveerlo a riesgo de provocar un deterioro en la calidad de la vida de mucha gente desatendida e insatisfecha.
De ahí que, no habiéndose dado el gran paso de generar mayor riqueza nacional con la participación de los hombres del dinero, multiplicando proyectos de desarrollo, a fin de generar empleos mejor pagados, algunos piensan que los programas sociales pueden llegar a causar una merma financiera institucional como fue y sigue siendo el caso de las pensiones, pago de deudas contraídas con alto costo y demás erogaciones oficiales con carácter electoral.
Cuánto entonces “aguantará” la bolsa gubernamental para sostener la política social se la 4T, es quizás una de esas cosas en las nadie quiere pensar, optando por dejar al que llegue después al gobierno el dilema de ver cómo le hará y si no puede que sea su administración la obligada a aplicar políticas que desagradan a la gente al percatarse de su espejismo de bienestar.