Genaro García Luna y los testigos protegidos
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 30, Ene 2023Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Acusadores, una sopa de su propio chocolate
Una sopa de su propio chocolate, eso es lo que al parecer le están dando al “superpolicía” en los tiempos de los gobiernos de Vicente Fo y Felipe Calderón, con el primero, como titular de la Agencia Federal de Investigación (AFI), y como secretario de Seguridad Pública, con el segundo. Resulta que lleva una semana el juicio en Estados Unidos de Norteamérica, en una Corte de Nueva York, que se le sigue a García Luna, acusado de narcotráfico, lavado de dinero y de haber protegido, mediante sobornos, a un cártel de la droga en México.
Tal vez lo que más llama la atención en este juicio no es el personaje al que han sentado frente al jurado norteamericano, sino quienes lo acusan, ¿venganza?, y dan testimonio de supuestos actos de soborno, secuestros, falsos decomisos, usurpación de funciones, y apoyo de traslado de drogas de México a Estados Unidos.
Entonces lo interesante de este juicio son los acusadores, aquellos delincuentes confesos que bajo la modalidad de “testigos protegidos” han convenido reducciones en sus condenas, privilegios en la cárcel, y no sé sabe cuántas otras canonjías habrán conseguido por testificar en contra del procesado y donde en la primera semana a García Luna esos delincuentes le han dicho cuanto han querido en su propia cara, aunque también han habido oficiales de la CIA, la DEA y el FBI.
Serán casi tres semanas las que lleven al jurado a emitir una sentencia contra el mexicano procesado y decíamos que al otrora poderoso funcionario le están dando una sopa de su propio chocolate porque hay que recordar que, en los gobiernos de Fox y Calderón, como opinión pública, tuvimos conocimiento de varios personajes que, por diversos delitos, la mayoría de ellos absueltos por falta de pruebas, fueron procesados y donde los testigos eran aparentemente fabricados al antojo de la autoridad acusadora.
Contra García Luna han hablado hasta ahora delincuentes confesos como Sergio Villarreal Barragán, “El Grande”; Tirso Martínez Sánchez, “El futbolista” y Héctor Tolentino, líder de “Trinitarios de Nueva York” y, sin pruebas contundentes, en algunos casos dicen que “les dijeron”, “supieron”, “oyeron” o bien que ellos fueron testigos de algunas entregas de supuestos sobornos, pero sin pruebas contundentes o con fechas que no coinciden con los tiempos en que el acusado era funcionario.
Nuestro comentario viene a colación, porque es exactamente ese tipo de testigos o de pruebas, las que en los tiempos del “super polícia” en mención, en el gobierno de Felipe Calderón, principalmente, se acusó y encarceló bajo la premisa del “haiga sido como haiga sido” al general Tomás Ángeles Dauahare y a Noé Ramírez Mandujano, quienes ocupaban cargos importantes en la Secretaría de la Defensa Nacional y la Procuraduría General de la República, respectivamente, y para hacerlos a un lado de sus funciones públicas se les inventaron delitos que supuestamente los involucraban con la delincuencia organizada.
Tomas Ángeles Dauahare, quien tuvo que pasar 11 meses de prisión por las mentiras de un testigo protegido, fue uno más de muchos otros personajes a quienes en la administración calderonista les aplicaron el terrorismo de Estado y la persecución política a partir de un instrumento sacado de la manga que usaron indiscriminadamente para crear cortinas de humo en su aparente “guerra” contra la delincuencia organizada: El testigo protegido.
No fueron los únicos testigos protegidos, los hubo en el asunto que se conoció como el “michoacanazo”; también se usaron para acusar al empresario Jorge Hank Rohn; y contra Javier Herrera Valles, ex coordinador de Seguridad Regional de la Policía Federal Preventiva, todos ellos absueltos por las autoridades judiciales ante la falta de pruebas.
En fin, aunque en el caso de García Luna todo apunta a que es culpable, aun sin que se tomen con seriedad las declaraciones de los testigos protegidos, también es cierto que el procesado tiene derecho a declararse inocente hasta que no se le demuestre lo contrario.
LAS CARTAS HABLAN.- El 16 de mayo de 2012, Tomás Ángeles Dauahare fue detenido por cargos de supuestos vínculos con un grupo de narcotraficantes y recluido en el penal de máxima seguridad del Altiplano, en Almoloya de Juárez. 11 meses después fue absuelto por falta de pruebas. Su principal acusador fue un testigo protegido.
Sobre el particular, se sabe que el pecado por el cual fue encarcelado Tomás Ángeles es el hecho de haber alertado, personalmente y por escrito, al entonces presidente Felipe Calderón sobre los nexos que Genaro García Luna tenía con grupos delictivos dedicados al narcotráfico.
VA MI RESTO.- Los llamados testigos protegidos, por lo que se ha visto, han resultado una mala experiencia, al menos entre la justicia mexicana, porque son “delincuentes pagados” y están tan protegidos que las más de las veces en los expedientes judiciales sus declaraciones son registradas por su apelativo y eso da pauta para pensar que no sólo no existen, sino que las supuestas declaraciones son producto de la inventiva para sustentar delitos también fabricados, y hasta ahí porque como veo doy.