Divididos, los enemigos de López
¬ Francisco Reynoso jueves 26, Ene 2023Triple Erre
Francisco Reynoso
El gran enemigo de los enemigos de López Obrador está entre ellos. El Presidente se divierte como enano al contemplar que sus adversarios neoliberales no pueden formar un frente único y sólido en su contra. Las envidias, los rencores, los negocios que unos hacen y otros quisieran hacer, los tienen como perros y gatos en un costal.
Aparentemente, el bloque anti-López había logrado resanar sus grietas y fisuras. Pocos pensaban que panistas y perredistas perdonarían el desliz de “Alito” Moreno. Fue casi unánime la condena al presidente nacional del PRI cuando le aflojó el cuerpo al Presidente para que la Guardia Nacional siguiera en las calles en funciones de seguridad pública hasta 2025. Pero Marko Cortés y “Los chuchos”, Jesús Zambrano y Jesús Ortega, lo perdonaron para que la coalición Va por México resucitara.
Y resucitó. Y le ganó un par de rounds a López Obrador y sus “morenos”.
Luego viene la marcha para la defensa del INE, convocada principalmente por Claudio X. González y Gustavo de Hoyos. Pese a las andanadas presidenciales para inhibir la participación, el dueño de Kimberly Clark y el ex presidente de la Coparmex lograron reunir a casi un millón de personas en Paseo de la Reforma y el Monumento a la Revolución.
Los enemigos de López Obrador, unidos, mostraron músculo. Y lo llegaron a preocupar. Se dijo que en las madrugadas, como alma en pena, recorría los pasillos de Palacio Nacional.
Es posible que López se haya comunicado con el espíritu de Porfirio Díaz, porque empezó a sembrar cizaña hasta lograr que, otra vez, el bloque enemigo de López Obrador esté cuarteado y a punto de desmoronarse.
¿Quién no sabe que López Obrador es un mágico encantador de serpientes?
En Va por México tomaron decisiones para elegir a los candidatos a las gubernaturas del Estado de México y Coahuila.
Los generales de PRI, PAN y PRD acordaron que el tricolor propusiera a los candidatos de 2023. “Alito” Moreno y Rubén Moreira optaron por Alejandra Del Moral -cuadro de Enrique Peña Nieto- y Manolo Jiménez Salinas, incondicional de Rubén Moreira y del gobernador Miguel Riquelme.
Y habrían acordado que las candidaturas a la Presidencia de la República y al gobierno de la Ciudad de México, en 2024, las procese Acción Nacional. Y esto significa que no necesariamente los candidatos serán panistas.
Estos arreglos entre Marko Cortés y “Alito” Moreno, y que enfurecieron a Chucho Zambrano porque el PRD no recibía parte del pastel, también disgustaron a los capitanes de Sí por México. Claudio X. González y Gustavo de Hoyos advirtieron que los partidos políticos, sin la sociedad civil, no llegarían lejos.
El primero en atizarle a los empresarios fue Ángel Ávila, ex dirigente nacional del PRD. “Claudio no manda en Va por México”, sentenció.
Y aunque no ha habido signos de mayor división, tampoco los tres partidos han tenido acercamientos con los millonarios impulsores de Unidos por México y Sí por México.
Y López Obrador carcajeándose de risa.
Hace días, Cuauhtémoc Cárdenas y Francisco Labastida Ochoa anunciaron la creación de un nuevo frente político y social. Se le llama Punto de Partida. También participan los ex recortes de la UNAM, José Narro y Francisco Barnés de Castro, el ex procurador Diego Valadés y Clara Jusidman.
El objetivo de Punto de Partida es reunir a toda la gente inconforme con las locuras de López Obrador para frenar el avance de la llamada Cuarta Transformación.
Y por ello Cárdenas y Labastida convocan a priistas, catedráticos universitarios, panistas, ministros de las iglesias, perredistas, comerciantes de La Merced y tablajeros, y a todos los que deseen participar en el rescate de México y en la construcción de un país democrático, sano, pacífico, progresista y socialmente justo.
Francisco Labastida declaró que “Alito” Moreno es el político más corrupto que haya pasado por el PRI -seguramente se reirán Javier y César Duarte, Roberto Borge y Roberto Sandoval, entre otros ex gobernadores considerados miembros distinguidos de la banda de Alí Babá-. Y sentenció Labastida que con “Alito” Moreno, el PRI y la coalición Va por México caminan derechito y con paso redoblado, hacia el infierno.
Y López Obrador encantado de la vida. Disfrutando como enano el “pago por evento” del juicio en Nueva York a Genaro García Luna, secretario de Seguridad en el sexenio del panista Felipe Calderón.
El presidente López ha logrado que la agenda política la encabece el juicio a García Luna. Nada hay más importante que ver cómo capos de las drogas, a cambio de prebendas mínimas en la cárcel, de la que no saldrán, declaran en contra de García Luna y lo acusan en su cara de recibir sobornos multimillonarios en dólares.
La inflación en la primera quincena de enero llegó a 8%, los asesinatos no paran todos los días -los carteles ahora ya también se están “cargando” a mandos del Ejército mexicano-, el AIFA es un desastre y los hospitales públicos están para llorar.
Pero López Obrador ríe. Y se carcajea. No hay en México quien le quite el sueño. El triunfo en las elecciones presidenciales lo tiene asegurado con Claudia Sheinbaum o Adán Augusto López. Al menos eso cree.
La verdad es la verdad
y no admite otros datos