Preparado, en el Senado, el aplausómetro para “corcholatas”
Miguel Ángel Rivera viernes 20, Ene 2023Clase Política
Miguel Ángel Rivera
El procedimiento no es novedoso, su antecedente directo está en la pasarela que organizaba cada seis años el PRI cuando tenía control absoluto en las dos cámaras del Congreso de la Unión para exhibir a sus precandidatos presidenciales, en un intento por ocultar que el único elector estaba en Palacio Nacional o en Los Pinos, según las preferencias de cada primer mandatario.
Las cosas no cambian mucho, el voto definitivo lo tiene el presidente Andrés Manuel López Obrador, que no sólo despacha, sino vive en Palacio Nacional, pero también se esfuerza por crear las condiciones para una coartada que le permita sostener en público su reiterada afirmación de que el candidato presidencial de la llamada cuarta transformación será elegido por “el pueblo sabio”, que se expresará supuestamente por medio de encuestas, las cuales vale repetir siempre se mantienen en el secreto.
En este esfuerzo de aparentar un proceso “democrático” para postular al abanderado de Morena y sus rémoras, también se recurre a la “pasarela” de aspirantes, aunque un tanto modificada en razón de las cambiantes condiciones de la vida política nacional.
Para empezar, las anteriores presentaciones de aspirantes a la primera magistratura se realizaban ante el pleno de la respectiva Cámara, pero sobre todo en la Cámara de Diputados, que tenía capacidad para mayor audiencia, pues en paralelo se generaba “la cargada”, la presencia de contingentes espontáneos o contratados para reflejar la mucha popularidad de los aspirantes.
Este ejercicio era posible porque el PRI tenía mayoría absoluta y no existía el riesgo de algún acto que incomodara a los comparecientes. En vez de lidiar con opositores las comparecencias las negociaban las directivas del legislativo con los equipos de trabajo de los altos funcionarios, que como parte de sus esfuerzos por justificar su condición de precandidatos trataban de imponer un gesto personal, ya sea por lo extenso de su presentación, la relación de la tarea realizada al frente de su respectiva dependencia o por su capacidad para ofrecer soluciones inclusive a asuntos ajenos.
En ese ambiente, como en los concursos populares, la medida era el “aplausómetro”, o sea la cantidad de veces que los aplausos interrumpían el discurso del compareciente y la intensidad de los mismos. Ni pensar en un abucheo o alguna otra muestra de menosprecio.
Con el crecimiento de la oposición en las cámaras de Senadores y Diputados, las pasarelas parecía haber desaparecido definitivamente, pero sólo cambiaron de sede.
En la actualidad, con dos bloques opuestos de legisladores, uno de ellos oficialista y el otro de oposición casi permanente, las presentaciones de funcionarios ante los diputados o senadores resultan conflictivas, por lo cual la mayoría de Morena y sus satélites se dedica más a proteger a los funcionarios del Ejecutivo, pues no hay condiciones para jornadas de lucimiento.
Esta situación se confirma por el hecho de que las comparecencias han perdido impacto hasta casi pasar inadvertidas o, con más frecuencia, se cancelan o se reducen a reuniones privadas, para evitar que la oposición exhiba supuestos errores o fallas del gobierno federal.
Pero las comparecencias en ambientes favorables hacen falta para la promoción de los aspirantes presidenciales y así se llegó a las “pasarelas” ante únicamente los diputados y senadores de casa, mediante las asambleas plenarias en las que los legisladores definen la agenda para el siguiente periodo ordinario de sesiones.
En este caso, el experimentado coordinador de la bancada de Morena en el Senado, Ricardo Monreal Ávila, se adelantó a sus pares de los diputados y ya anunció que el venidero día 31 se realizará la plenaria, que tendrá como fase estelar la pasarela de precandidatos presidenciales.
Los senadores de la 4T tendrán oportunidad
de expresar quién es su “corcholata” favorita
En efecto, los senadores morenos y, seguramente también sus rémoras, tendrán oportunidad de recibir en su asamblea a los postulantes que hizo oficiales el presidente López Obrador, que los bautizó como “corcholatas”, a una de las cuales, en su momento, él mismo destapará. Es decir, ante ese grupo de legisladores desfilarán los secretarios de Gobernación, Adán Augusto López Obrador; de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon, así como la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo.
Al anunciar la presentación de los precandidatos, el también aspirante presidencial, el mencionado coordinador de los senadores, Ricardo Monreal, adelantó que en esa reunión los tres expondrán sus respectivos proyectos de nación.
En particular, en el caso de Sheinbaum, que no es funcionaria federal, el coordinador senatorial explicó que la invitación por primera vez a la jefa de Gobierno, se da en un gesto de cortesía política por acuerdo de los senadores.
“Yo lo propuse, lo sugerí al Grupo Parlamentario y se aprobó por unanimidad de que estuviera aquí, porque ella gobierna la ciudad donde está la sede del Congreso y las políticas públicas que se implementen nos benefician o nos afectan a quienes vivimos aquí”, indicó.
En cuanto a Marcelo Ebrard, explicó que el Senado tiene la responsabilidad constitucional de revisar la política internacional. “Cada año viene y lo apreciamos al Canciller; después de la cumbre tiene muchas cosas que decirnos sobre los acuerdos y las consecuencias de la misma, y la política migratoria y de inversiones internacionales”.
En lo relativo al titular de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, dijo que se le invita al ser el enlace institucional entre el Legislativo y el Ejecutivo y al ser responsable de la política interna.
“A todos los vamos a escuchar con respeto, no va a haber ni abucheos, ni gritos ni consignas, a todos los vamos a tratar con respeto y a escuchar las propuestas sobre su responsabilidad o incluso sobre su aspiración”, aseguró el senador Monreal Ávila.
El ex gobernador de Zacatecas también admitió que es probable que se registren actos y expresiones de respaldo para cada uno de los invitados —es decir, un renovado “aplausómetro”— y no se podrá evitar que se le ovacione a uno más que a otro.
“Hemos hecho un acuerdo todos de tratarlos en igualdad de circunstancias. Y los senadores y las senadoras de la República tienen un alto nivel político de comportamiento, no se va a alterar en esas reuniones”, comentó.
Al mismo tiempo se dio a conocer el proyecto de calendario de la plenaria, en el cual —de respetarse— cada una de las “corcholatas” tendrá una hora para exponer sus proyectos. En lo que se titula como mesas de trabajo, se presentará en primer término López Hernández, seguido por Sheinbaum Pardo y luego por Ebrard Casaubon.
Lo que no se sabe, pero se supone que así será, cada uno de ellos se retirará. La bienvenida estará a cargo del propio Monreal Ávila, ya considerado oficialmente la cuarta “corcholata” y será el único que estará durante toda esa plenaria.
Una senadora de oposición aparecerá en la mañanera presidencial
Una de las razones de López Obrador para sostener su conferencia mañanera es que los medios de comunicación lo atacan y no le conceden el espacio que él considera merecen sus acciones. Esto además de reclamar su derecho de réplica.
Este último principio está a punto de revertirse en su contra, pues por lo menos una de las víctimas de sus ataques verbales ha exigido que se le conceda ese derecho, lo que significaría aparecer en la mañanera para refutar las críticas presidenciales.
Este es el caso de la senadora del PAN Xóchitl Gálvez Ruiz, quien pidió a López Obrador que le diera un espacio para replicar, pero no se le concedió, por lo que presentó una demanda de amparo, para que el Poder Judicial Federal ordene que se le permita exponer sus argumentos en el mismo espacio donde fue aludida.
Esto todavía no es definitivo, pero de inicio, la senadora Gálvez logró que un Juez federal admitiera su demanda de amparo para que el presidente Andrés Manuel López Obrador garantice su derecho de réplica durante su conferencia mañanera.
“El que se haya admitido la demanda para su estudio es un gran paso para hacer valer la Constitución y los derechos humanos. Es necesario que se escuchen todas las voces”, manifestó Gálvez.