Lozoya y “El Chapo” Guzmán piden clemencia a López Obrador
Miguel Ángel Rivera miércoles 18, Ene 2023Clase Política
Miguel Ángel Rivera
La absoluta sumisión de la que presumen los militantes de la llamada Cuarta Transformación ha llevado a muchos de ellos a decir barbaridades sin darse cuenta o, tal vez, expresarlas de cualquier manera, aunque estén conscientes del riesgo de caer en exageraciones o absolutas mentiras.
Uno de los más significados en ese esfuerzo de cumplir y hacer cumplir los dictados de su fundador y líder, el presidente Andrés Manuel López Obrador, es el dirigente nacional del Morena, Mario Delgado Carrillo.
El líder formal, aunque no real, de Morena ha incurrido en muchos escándalos supuestamente para difundir “la palabra del señor” y hacer cumplir sus designios.
De manera destacada se recuerda su “cruzada” de calificar de traidores a la patria a los senadores y diputados que se han atrevido a votar en contra de las iniciativas de reformas constitucionales que les ha enviado el jefe del Ejecutivo con la instrucción invariable de aprobarla sin cambiar ni una coma.
El más reciente intento de Delgado Carrillo para dejar constancia de absoluto dogmatismo lo dio a raíz de la renuncia del subsecretario de Seguridad Ricardo Mejía Berdeja, quien abandonó las filas de Morena, luego de que se sentía seguro candidato de la llamada cuarta transformación al gobierno de Coahuila, sensación que se acrecentó cuando, además de sus responsabilidades en el Secretaría de Seguridad fue enviado a hacer trabajo político en esa entidad que desea gobernar.
Como ha sucedido en otros casos, una encuesta que nadie conoce sirvió de pretexto para marginar a Mejía Berdeja y darle la candidatura al rico empresario y senador Armando Guadiana Tijerina.
Mejía Berdeja se reveló a la decisión presidencial (oficialmente de su partido), por lo que aceptó la nominación de un partido que es o era aliado de Morena, el Partido del Trabajo (PT), a pesar de que todas las encuestas le conceden muy pocas posibilidades de lograr la victoria electoral. Por el contrario, se presume que no llegará a dos dígitos en la votación.
El airado presidente de Morena encontró en ese caso la oportunidad de expresar su incondicional respaldo al presidente López Obrador y satanizar a todos aquellos que desoyen o se rebelan contra su líder.
El dirigente “moreno” acusó al ex subsecretario de “morder la mano” de López Obrador. “No podemos morder la mano del que te da de comer y ¿qué podemos decir del que le mordió la mano al Presidente de la República?”, declaró Delgado Carrillo, quien agregó:
“El que muerde la mano del que le da de comer acostumbra lamer la bota del que lo patea y ese es el papel que va a cumplir Mejía en su supuesta campaña”, sentenció el líder morenista respecto a Mejía Berdeja.
De lo que no se percató el presidente formal de Morena es de que con su condena al disidente, puso entredicho la repetida afirmación de Morena y de López Obrador en el sentido de que las candidaturas se deciden en el partido oficial por la “voluntad del pueblo” expresada en las encuestas.
Delgado Carrillo confirma que el único elector es López Obrador
Además, el dirigente de Morena acusó a Mejía Berdeja de convertirse en una pieza del moreirato, pues le “lame la bota” a los Moreira y al gobernador Miguel Riquelme, y dijo que será la última ocasión que se refiera al ex funcionario federal quien, sostuvo, salió por la puerta de atrás del gabinete federal.
Con sus expresiones, Delgado Carrillo de hecho confirmó la ya extendida creencia de que las candidaturas de Morena dependen de una sola voluntad, la del primer mandatario, quien se reserva esa facultad a pesar de que prácticamente todos los días en su mañanera asegura ya terminó el “dedazo”, práctica contra la que se inconformó cuando decidió abandonar su primer partido, el PRI.
Por su parte, el presidente López Obrador reveló que el ex subsecretario de Seguridad “no me dio ni el adiós”. “Se fue Ricardo Mejía, ahora sí que no me dio ni el adiós, nada más me mandó un papel, sí. Y quiero también aclarar que yo no me meto en cuestiones partidistas, pero en lo que corresponde al partido del cual tengo licencia, hay un procedimiento que yo apoyo porque fui el creador cuando fui dirigente de ese partido, de que se eligiera a los candidatos mediante encuestas”, remarcó.
El jefe del Ejecutivo aprovechó para reiterar que su apoyo está con Armando Guadiana, candidato de Morena al gobierno de Coahuila “para que nadie use mi nombre”.
Por cierto, Mejía Berdeja no se dio por aludido, reiteró su fidelidad a AMLO y aseguró que su renuncia “no fue un adiós, sino hasta luego”.
Dos presuntos delincuentes piden clemencia al presidente López Obrador
Desde el arranque, el gobierno de la llamada cuarta transformación pregonó su decisión de combatir la corrupción y presentó como caso ejemplar la consignación del ex director de Pemex Emilio Lozoya Austin, a quien se acusó entre otros delitos, de recibir sobornos de la empresa brasileña Odebrecht, ahora Novonor, y distribuirlos entre legisladores y políticos para conseguir su respaldo para la campaña y programas de gobierno del ex presidente Enrique Peña Nieto, quien no ha sido tocado.
La acción judicial arrancó con fuerza, pues inclusive se logró la extradición de Lozoya Austin, quien se había refugiado en España.
Pero una vez con el indiciado o acusado en territorio nacional, la energía inicial desapareció. Para empezar, Lozoya no llegó a un prisión, sino a un hospital privado, supuestamente para atenderle un padecimiento.
Es un trato que se ha negado a otros acusados que también actuaron en la política y la sorpresa fue todavía mayor cuando se permitió a Lozoya gozar de arresto domiciliario, que sólo perdió cuando se descubrió los lujos que se concedía sin respetar el encierro.
Estos privilegios se justificaron porque supuestamente Lozoya se había acogido a un sistema de “testigo protegido” que en principio justificó con declaraciones que involucraban en actos de corrupción a ex funcionarios públicos. cuyo destino sería la prisión. Pero más allá de las palabras, no aparecieron pruebas para sustentar las denuncias.
La figura de mayor talla fue el ex senador del PAN Jorge Luis Lavalle, quien no ha sido sentenciado y su defensa lo considera un preso político, pues a pesar de no haber evidencias en su contra se espera que pronto sea liberado. Desde su ya lejana repatriación no ha habido sentencia contra el ex titular de Pemex y la “autónoma” Fiscalía General de la República, encabezada por Alejandro Gertz Manero, ha aceptado repetidamente que se pospongan las audiencias ante los jueces.
Así, el que podría quedar libre de cargos sería el propio Lozoya Austin, pues ayer trascendió que su madre, Gilda Margarita Austin, pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador llegar a un acuerdo por el caso Odebrecht. La mujer pidió que se sancione a los verdaderos culpables de este acto de corrupción y se llegue a un acuerdo.
“Confío en el sentido humano y de justicia del señor presidente (Andrés) Manuel López Obrador”, enfatizó la mujer durante la audiencia por el caso en el Centro de Justicia Penal Federal del Reclusorio Norte.
La mujer fue la única que compareció en otra audiencia inútil. La madre de Lozoya, quien también es indiciada, se presentó por videoconferencia y aseguró que su hijo Emilio ha cumplido en denunciar a otras personas involucradas en hechos de corrupción.
Pero no todos en Morena están a favor de librar al ex funcionario. Uno de ellos es el ahora titular de Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), el veterano luchador de izquierda Pablo Gómez Álvrez, quien criticó la incapacidad del Ministerio Público para conseguir una condena.
“Hace falta una sola ruta de acción”, dijo Gómez Álvarez, quien sostuvo que Pemex, en gobiernos pasados, fue instrumento para “poder violar y hacer un gran fraude a la Constitución”.
Más dramática resultó la petición del que fuera “capo de capos” del narcotráfico, Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, recluido de por vida en una prisión de alta seguridad en los Estados Unidos.
La defensa del reo pidió la intercesión del presidente López Obrador para que sea trasladado a un reclusorio mexicano, pues dijo ser víctima de tortura mental.
“No le pega el sol, la comida es de pésima calidad no hay salud; estuvo enfermo de unas muelas y en vez de curarlas, se las sacaron para que no estuviera molestando”, dijo en entrevista para Radio Fórmula su abogado José Refugio Rodríguez.