Moneda al aire
Ramón Zurita Sahagún miércoles 22, Jun 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La disputa del 2012 ya empezó con una gran anticipación y los contendientes a la Presidencia de la República se encuentran en una carrera desenfrenada.
Son muchos los que muestran su deseo por convertirse en candidatos de sus respectivos partidos, aunque se cree que no serán más allá de cuatro los aspirantes a ser votados como ejecutivos federales.
Es cierto que el número de partidos supera esa cifra, pero también lo es que muchos de ellos, los considerados pequeños buscan establecer alianzas con los tres grandes.
Las apuestas no dan mocho como se acostumbra, por el contrario se apuesta con tiento, para evitar caer en el triunfalismo, a la espera de conocer el nombre de los abanderados de cada uno de los partidos, el bagaje con que cuentan y las alianzas establecidas.
Son muchos los que consideran que el PRI recuperará la Presidencia de la República y hasta lanzan balandronadas de que con cualquiera de los dos aspirantes fuertes que presenta ganaría hasta con cómoda ventaja.
Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones cabalgan alegremente en potros veloces en busca de la candidatura de su partido, aunque uno monta a un cuarto de milla y el otro un percherón.
Peña Nieto aventaja, hasta el momento, por mucho, al sonorense y a los demás prospectos que asoman la cabeza, por lo que se convirtió en el centro de las miradas y los ataques de los demás.
Los panistas alínean a siete de sus militantes como prospectos, aunque unos tienen menores posibilidades que los otros que ya de por sí son mínimas, por el momento.
El estar ubicados en condiciones menores a los priístas mantiene nerviosos a los panistas que han convertido al gobernador mexiquense en el centro de sus propósitos, sin obtener el resultado anhelado.
Alonso Lujambio Irazábal, Ernesto Cordero Arroyo, Javier Lozano Alarcón, secretarios del gabinete calderonista los tres, lanzan un día sí y el otro también retos de todo tipo al puntero, sin siquiera recibir una mirada despectiva del retado.
Su estrategia no funciona por ese lado y menos la de Heriberto Félix Guerra, el cuarto aspirante panista sembrado en el gabinete presidencial.
Si acaso, los legisladores Santiago Creel Miranda y Josefina Vázquez Mota, levantan más conmiseración ciudadana y con todo y el poco respaldo de los santones de su partido se mantienen en la disputa.
Creel y Josefina se dedican a lo suyo, intentar convencer a sus compañeros de partido, de que ellos son la mejor opción y, aparentemente, su estrategia les funciona en el método interno.
El gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, ni siquiera pinta en las encuestas, pero el mantienen vivo su deseo de participar en la interna de su partido, para establecer negociación y garantizar su futuro, en caso de que su partido retenga la silla presidencial. Los panistas saben que como partido en el poder cuentan con muchas alternativas y recursos de todo tipo para realizar el respaldo que requiere un candidato presidencial cobijado desde el poder.
Es claro que su apuesta central se ubica en dejar que sus adversarios se peleen y fracturen sus estructuras como sucedió hace seis años, para entonces actuar en consecuencia.
Priístas y perredistas fueron los mejores aliados de un PAN aparentemente disminuido, donde su candidato presidencial registraba cuatro puntos porcentuales en las encuestas hasta un año antes de la elección federal.
Por eso, no muestran preocupación alguna, ya que llegará el momento de crecimiento del que sea finalmente su abanderado.
El PRD tiene también casi definida su participación, aunque aquí surgen las dudas que pueden llevar a una cuarta candidatura, si es que Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard Casaubón no se logran poner de acuerdo.
Las especulaciones surgen sobre si el tabasqueño irá por la libre con los partidos pequeños de izquierda y el PT y Convergencia serían capaces de competir libres de su alianza con el PRD.
De encontrar los puntos finos de la negociación, PRD, PT y Convergencia irían en alianza como lo han hecho en ocasiones anteriores con la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas y de AMLO.
Quedan otros dos partidos, del que se sabe, el Verde irá en alianza con el PRI, sin importar el nombre del candidato, siempre y cuando le garanticen su cuota de senadores y diputados, los más de ellos plurinominales.
El partido restante, Nueva Alianza es el que pretende vender caro su registro, ya que no define si va con melón, sandía o la vieja del otro día.
La dirigente moral del partido, Elba Esther Gordillo deshojará la margarita para ver quién le ofrece las mejores condiciones de alianza.
Nueva Alianza pregona que ira con candidato propio, lo que podría hacer en una rara ecuación como la de hace seis años, cuando pedían uno de tres votos en la elección federal y les funcionó de maravilla.
Ahora el abanico de opciones es más amplio, ya que tiene además de esa posibilidad, la de hacer alianzas con el PRD, si el candidato es Marcelo Ebrard, con el PRI si es Enrique Peña Nieto y hasta con el PAN, si el beneficiado resulta ser Alonso Lujambio.
La moneda de Nueva Alianza está en el aire y le tocará definir a la poderosa Elba Esther definir el rumbo que seguirán en esos comicios.