La politización de la tragedia
¬ Luis Ángel García miércoles 11, Ene 2023Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Independientemente de las causas que originaron el mortal accidente en la Línea 3 del Metro, tirios y troyanos se aprestaron a utilizar la tragedia del choque de trenes del Sistema de Transporte Colectivo sobre Insurgentes para sus abyectos intereses políticos. Los grupos opositores, incluida la carroñera alcaldesa de la Cuauhtémoc, rápidamente se aprestaron a descalificar a la “corcholata” mayor, la jefa de Gobierno, a quien responsabilizaron inmediatamente de la desgracia por la falta de mantenimiento, pero poco hicieron para auxiliar a las decenas de lesionados o prestar ayuda a la familia de la pasajera fallecida. El gobierno capitalino, consciente de que el suceso se utilizaría con fines partidistas, quisieron tapar la irresponsabilidad de su jefa, quien ya se promovía en Morelia, rumbo a la selección del candidato morenista al 2024.
Nadie reparó en las víctimas, los cuerpos de rescate tardaron en aparecer, Martí Batres no solucionó nada y hasta dos horas después apareció el responsable técnico del Metro, el manojo de funcionarios no sabía qué decir ni hacer, horas se tardaron en desaprensar a los atrapados, trasladaron a los heridos a un hospital subrogado, tal vez no confiaban en los nosocomios del sistema de salud danés de la ciudad capital. Hacían tiempo para esperar el arribo de la jefa de Gobierno, lo que ocurrió tres horas después del accidente, luego de que volara en el helicóptero del gobernador de Michoacán. Para la tarde y con fines propagandístico se subió la imagen de la “corcholata” mayor instalada en el C-5, “operando” el dispositivo para el control de daños, en lugar de visitar los hospitales o apresurar los trabajos de rescate e iniciar un completo y muy especializado peritaje. Desde las cámaras de videovigilancia no se puede resolver una falla en uno de los servicios estratégicos que debe proporcionar el gobierno a sus ciudadanos.
Los opositores de inmediato especularon sobre los motivos del choque de trenes, desde, obvio, la falta de mantenimiento, hasta un posible atentado. Causas que minimizaron los acólitos de doña Claudia. Independientemente del resultado del peritaje, lo que más conviene a las autoridades capitalinas es echarle la culpa al factor humano. Pero lo que no podrá quitarse es la mácula de dedicar los fines de semana a hacer campaña y no estar atenta a la gobernanza en la CDMX. Ese reclamo está más allá de los ataques de sus denostadores o contrincantes políticos. La ciudad que gobierna tiene muchos problemas cotidianos que deja de atender, entre ellos, el del propio transporte público, como son los incidentes en el tren ligero, los choques del Metrobús, las eternas fallas en el Metro, el deficiente servicio que prestan los concesionarios de los microbuses y su eterna demanda de incremento de tarifas. Pero también debiera poner más atención a los servicios de salud, al sistema educativo local, a la procuración de Justicia —donde su fiscal carnal la ha metido en más problemas que beneficios logrados, a pesar del uso faccioso que se hace de la ley para satisfacer a la jefa de Gobierno o al Presidente mismo—, el alumbrado público, la recuperación de los espacios públicos o la repavimentación.
El Metro dejó de ser un servicio de transporte eficiente y funcional. Salvo su costo —que tiene que ser subsidiado por las autoridades en detrimento de otras necesidades que debiera satisfacer—, tiene muchas carencias que lo hacen un medio lento, saturado e inseguro.
La jefa de Gobierno, más que atender sus pretensiones sucesorias de fin de semana, tiene que cumplir con los muchos requerimientos de sus gobernados, sobre todo su derecho a la vida.