El padre de la mentira
Alberto Vieyra G. viernes 6, Ene 2023De pe a pa
Alberto Vieyra G.
La mentira es tan antigua como la propia humanidad, sólo que hay de mentiras a mentiras y de mentirosos a mentirosos. En el siglo V a.C, el chino Sun Tzu escribió El arte de la guerra, un libro que ha sido un manual de cabecera de los grandes estrategas de la guerra en el mundo, aunque algunos politicastros han llegado a leerlo para aplicarlo al pie de la letra.
¿Cuál es la máxima del Arte de la Guerra? El arte de engañar al contrario y de ganar batallas sin entrar en ellas.
La mentira nos habla de una práctica deshonesta del ser humano para engañar y confundir a la gente escondiendo una realidad. Los estudiosos no dudan en que el padre de la mentira es satanás y quienes practican la cultura de la mentira rinden culto al maligno, quien fue capaz de confundir y engañar sin éxito a Jesucristo cuando éste se encontraba en un retiro espiritual de 40 días y 40 noches en el desierto árabe.
La referencia histórica sobre esa detestable conducta humana viene al caso porque en nuestros días el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que según él cobra 108 mil pesos al mes cuando en realidad es más de 1 millón 200 mil pesos, cerró el año de 2022 con 101 mil 155 mentiras, que algunos estudiosos y observadores políticos califican como “no verdades” y con ello ha triplicado a otro populista, sólo que éste de derecha Donald Trump, la bestia trumpiana que profirió durante su mandato como presidente de los Estados Unidos 30 mil 573 mentiras. La mentira es el signo inequívoco de los regímenes populistas que siguen al pie de la letra la escuela de Adolfo Hitler, quien sostenía la tesis que le fijo su propagandista número uno, Joseph Goebbels, de que “una mentira pronunciada 500 o mil veces se convierte en una verdad”.
El politólogo mexicano Luis Estrada le lleva un récord formidable a Andrés Manuel López Obrador en todo lo que se refiere a mentiras, ataques a periodistas, medios de comunicación y a sus adversarios políticos llamados “conservadores fifís” a los que ha hecho ver y creer ante los mexicanos que son el enemigo común, como los judíos lo fueron para Hitler.
Esa maldita estrategia lo único que ha hecho es dividir y enfrentar al pueblo de México. AMLO no podrá decir jamás que fue Presidente de todos los mexicanos, puesto que él eligió a los llamados chairos como “el pueblo bueno y sabio” y a los conservadores fifís, aunque no lo sean, pero solamente con el sólo hecho de que piensen diferente a él, con eso ya son sus enemigos y para él si no estas conmigo eres mi enemigo y la vida no es así.
Dios nos hizo únicos a cada uno de los 8 mil millones de seres que habitamos en el planeta tierra y como únicos, pensamos diferentes unos de los otros, pero la diferencia es que en una democracia civilizada nos debemos tolerar y aceptar la manera en cómo piensen los demás, nos guste o no nos guste, pero eso no nos da derecho de estigmatizar o quemar en leña verde como lo hace AMLO a nuestros adversarios o enemigos.
Por ejemplo, este átomo de la comunicación tiene más enemigos que amigos, pero para mí la forma en que piensen mis enemigos es sagrada. Si Jesucristo al ser ejecutado pronunció aquellas memorables 7 palabras de “perdónalos Señor, no saben lo que hacen”, quien soy yo para no perdonar esas agresiones.
¿Qué dirá AMLO de este átomo de la comunicación, que soy un jijo de la rechintola? ¿O qué dirá de Vicente Fox, el ex presidente azteca que hoy exige que AMLO se le aplique el polígrafo, esto es el detector de mentiras? No hace falta, Vicente las mentiras de los mentirosos se sienten a leguas.
Uno de los 10 mandamientos bíblicos es NO MENTIR. ¿Qué pasaría si la humanidad llevase a cabo esa máxima para vivir como Dios manda, otro gallo nos cantaría y no tendríamos la sociedad podrida que tenemos?