La política exterior mexicana, a prueba
¬ Luis Ángel García lunes 9, Ene 2023Por la Derecha..!
Luis Ángel García
La próxima semana se llevará a cabo la cumbre de las naciones de América del Norte. México, Estados Unidos y Canadá se reunirán, al más alto nivel, durante tres días para analizar y discutir una agenda común con temas migratorios, comerciales, de seguridad nacional y regional, laboral, de inversiones, cambio climático y energías limpias, drogas, tráfico de armas, cumplimiento de las cláusulas del T-MEC, entre otros tópicos.
A pesar de que es una agenda común, cada mandatario, cada gobierno, lleva su propia agenda. Por ejemplo, el tema de la crisis migratoria latinoamericana y caribeña tiene distintos enfoques para los Presidentes americano y mexicano. Seguramente Joe Biden insistirá en convertirnos en tercer país seguro para recibir y retener a los miles de trashumantes que buscan el sueño americano y que son deportados hasta no ser aceptados legalmente; mientras que el inquilino de Palacio Nacional insistirá en que se acepte a un número mayor de indocumentados y se combatan localmente las causas sociales del éxodo centroamericano, venezolano y caribeño con programas de empleo y educación, aunque México ha sido incapaz de frenar la expulsión de millones de mexicanos que emigran en busca de mejores condiciones de empleo y de vida.
El gobierno se hace de la vista gorda ante el problema que sufren miles de connacionales para conseguir trabajo o escuela ante la imposibilidad de las autoridades de garantizar fuentes de empleo y educación de calidad a la población estudiantil. Eso sí, se ufanan por el envío de remesas de los paisanos a sus familias, cuando es un dinero que no puede generar nuestra nación.
Otro issue polémico es el narcotráfico, ya que la Casa Blanca insiste en que la inacción del gobierno mexicano ha convertido el comercio ilícito de las drogas en un problema no sólo de seguridad interior, sino de salud pública, ya que el ingreso clandestino del fentanilo al mercado norteamericano ha provocado más de cien mil muertes al año entre los jóvenes y adictos de aquella nación. La administración americana responsabiliza a la 4T de las acciones de los cárteles mexicanos que trafican con esa droga sintética. No están conformes con la política de abrazos y no balazos. Mientras tanto, la delegación mexicana tendrá como prioritario el freno al tráfico de armas, las cuales son utilizadas por el crimen organizado para ensangrentar el territorio nacional, aunque parece que la justicia americana no tiene ninguna prisa en restringir un derecho ciudadano ni modificar una enmienda que protege a las armeras.
También, americanos y canadienses vendrán a defender los intereses de los inversionistas extranjeros en la industria de las energías limpias, mientras que nosotros tendremos el discurso ideologizante de la defensa de la soberanía nacional para encubrir las ineficiencias de las quebradas empresas estatales Pemex y CFE. Los canadienses también representarán los intereses de sus empresarios mineros.
Varias cláusulas del T-MEC estarán a discusión y si se insiste en no aceptar las inversiones extranjeras en nuevas energías, seguramente se anunciará el recurso de los paneles internacionales, donde perderemos los alegatos y pagará el nuevo gobierno en el 2024 o 2025, millonarias indemnizaciones.
El gobierno mexicano ha mantenido una rara relación con el vecino del norte, no sólo en los temas arriba mencionados, sino en su propósito de buscar a destiempo un liderazgo latinoamericano que no se concreta y que nos ha traído más problemas que beneficios. Hasta el momento, la Casa Blanca ha consentido esos arrebatos bolivarianos del Presidente, pero la visita del embajador Ken Salazar a Palacio Nacional no es buen augurio. En la próxima cumbre estará a prueba la política exterior mexicana y más vale que el régimen de la 4T sepa negociar, porque de lo contrario, tendrá que aceptar, con sumisión, las órdenes de nuestros socios comerciales, las cuales son antagónicas a los imperativos del bloque de izquierda de los nuevos gobiernos latinoamericanos.