Candidato opositor
Freddy Sánchez martes 3, Ene 2023Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Que no sea ex priista ni provenga de Morena el contendiente partidista de la oposición en busca de la primera magistratura del país.
Si algo así esperan los aspirantes a desbancar a la 4T del poder presidencial en 2024, quizás tendrán que pedir “un milagro” de los que suelen ocurrir, pero no son a petición de parte en la política.
Las eventualidades del destino no tienen un mandante terrenal infalible que se sepa.
Y por lo mismo, hay que escoger de lo que hay y no de lo que no se tiene.
En ese sentido, es de mencionarse que fuera de la política sin una relación directa ni compromiso con actores políticos o afán de afiliación partidista y ni siquiera pretensión de ser atraído por las bondades del poder, probablemente habrá algún prospecto digno de recibir el apoyo de la oposición al gobierno en turno para ponerlo a competir por la presidencia.
Alguien con luz propia que con un poco de difusión y buen empaque publicitario electoral pronto “levante el vuelo” y se convierta en un acaparador de la confianza de esos millones de habitantes de México que no quieren seguir bajo el mando presidencial del morenismo. Pero, quién es el indicado para sumar en torno a su carisma personal la participación de los inconformes con el estilo de gobernar de Andrés Manuel y por lo mismo deseosos de darle poder electoral a la oposición.
Algo, lejos de ser imposible con el apoyo de una porción numerosa de la población que dividida no le debe “quitar el sueño” a Morena y sus aliados, pero que de unificarse en un verdadero e inquebrantable bloque opositor sería otra cosa.
Más que un simple “dolor de cabeza” para los que hoy por hoy, no sin razón, abrigan la certeza de que ningún partido de oposición sin alianza con todos los que están en contra del gobierno actual tendría la más mínima posibilidad de acercarse un poco a los votos a favor del candidato morenista a la presidencia sin importar de quien se trate.
Claudia Sheinbaum, (primera en las preferencias del Presidente como no pocos se lo imaginan y muchos dan por descontado), el secretario de Gobernación, Adán Augusto, (impulsado por el eslogan electoral de “ que siga López que a gusto estados”), Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones exteriores (reconocido por AMLO como su tercer hermano y no menos interesado en ser el siguiente primer mandatario morenista) e incluso alguien distinto a cualquier de los tres mencionados podría ganarle fácilmente a los opositores morenistas, en dos circunstancias a la vez.
La primera: Contando con el pleno respaldo presidencial. Y la segunda: No teniendo que hacer frente a un adversario que llegara a tener el amplio y decidido apoyo de los partidos de oposición y los distintos grupos sociales declaradamente indispuestos a seguir votando por cualquier aspirante electoral que lleve la estafeta de Morena.
Lo opuesto a lo que ocurre en ese otro frente, en el que al igual que suelen decirlo los seguidores futboleros del equipo de Coapa, “llevamos los colores del América”, exactamente lo mismo se podría mencionar de millones de potenciales electores portando con orgullo y convicción los colores de Morena y por ello más que definidos y dispuestos a seguir votando por cualquiera que tenga “la bendición” del Presidente.
Así las cosas, a la oposición el único medio que le queda para sobrevivir e incluso recuperar fuerza legislativa para contener el avasallador poder morenista en las cámaras de diputados y senadores, si no pudiera recuperar la Presidencia, evidentemente depende de que logre unificar en torno a candidatos en común el voto opositor en su conjunto para cuando se renueven los cuadros electorales a la par de que se elija al sucesor de Andrés Manuel.
Para eso es preciso apresurarse a buscar como diría la canción “con sabia virtud” a sus prospectos para ocupar las curules y los escaños, las diputaciones, gubernaturas estatales, presidencias municipales y, por supuesto, a quien en la contienda presidencial deba tener el multitudinario respaldo de todos los posibles aliados como el candidato opositor.