Ponzoña contra periodistas
Alberto Vieyra G. viernes 23, Dic 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Un selecto grupo de 180 periodistas de México le acaban de dar al clavo señalando que Palacio Nacional es el epicentro de la ponzoña en contra de los periodistas críticos de la nación azteca y de la creciente y peligrosa división y confrontación que el Presidente de la República lleva a cabo todos los días, utilizando como instrumento de venganza los recursos del Estado mexicano, sembrando un clima de odios e ingobernabilidad. Estos odios y esta ingobernabilidad quedarían de manifiesto el jueves de la semana pasada, cuando el periodista Ciro Gómez Leyva sufrió un atentado del que salvó milagrosamente la vida y quiera el gobierno o no, es un líder de opinión y uno de los más férreos críticos del régimen cuatroteísta.
La crítica de Gómez Leyva no es dar palo tras palo o palos de ciego, no, es una crítica fundamentada y con un sano juicio que ya quisieran otros líderes de opinión. Obviamente, que eso le revuelve las vísceras al inquilino de Palacio Nacional a quien los periodistas de México, en una carta abierta a la nación le exigen poner fin a su desenfrenada e irracional estrategia de agredir al gremio periodístico de México. Expresan los comunicadores en su carta:
“Nuestra solidaridad con Ciro es total y nuestra indignación por el hecho nos lleva a exigirle al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que cese el hostigamiento que ejerce contra periodistas críticos. Prácticamente todas las emanaciones de odio hacia los periodistas se incuban, nacen y se esparcen en Palacio Nacional”.
¡Cuánta razón tienen mis colegas! El clima de inestabilidad política y social que vive la nación azteca tiene como epicentro la ponzoña que diariamente emerge en las mañaneras de Palacio Nacional.
Ese insano clima no favorece a la salud de la república y quizá el alto grado de ingobernabilidad que campea en México debe atribuírsele a la intolerancia del Ppresidente de la República quien, según sus ideólogos y voceros a sueldo como Epigmenio Ibarra, el Presidente habla a nombre de los 30 millones de mexicanos que votaron por él en el 2018.
Me niego a pensar que tal número de compatriotas abrigue tanto odio contra los periodistas de México, muchos de los cuales, incluyendo a este átomo de la comunicación, fuimos protagonistas pues, a partir de 1987, se produciría México la era pluralidad política y no pocos actores de derecha e izquierda acudían a reporteros y columnistas para pedirnos que “por favor, ayúdenos, necesitamos darle en la madre al PRI. Cuando nosotros lleguemos al poder, ustedes los periodistas van a estar a toda madre”. Se les comenzaron a dar espacios ilimitados en los medios de comunicación. El PRI dejaría de ser el partido hegemónico y a partir de las elecciones presidenciales de 1988, en las que Carlos Salinas usurparía el poder, ya nada fue igual para el PRI.
Y efectivamente, la derecha y ahora la izquierda llegarían al gran poder presidencial pero los periodistas de México, sobre todo los de la tropa seguimos siendo un gremio mendicante, con condiciones deplorables en nuestras fuentes de trabajo. Muy pocos colegas de las llamadas vacas sagradas tienen resuelto su problema económico.
El propio López Obrador recibiría espacios preponderantes en los medios de comunicación y muchos periodistas lo respaldarían abiertamente, como fue el caso de Carmen Aristegui, a la que después traicionó, e incluso Ciro Gómez Leyva le haría una primera entrevista para la revista Milenio de la que AMLO finge demencia y si medianamente la recuerda, lo hace con 5 años de retraso y hablando despectivamente diciendo “así, la revista esa”. Me parece que AMLO es uno de esos políticos mal agradecidos. No hay duda de que, a AMLO, la Presidencia lo hizo soberbio. Sí, al Presidente de ha sobrado ponzoñosa y soberbia y le ha faltado inteligencia.