Gobierno de coalición ¿Primer experimento en el Estado de México?
¬ Jorge Castro Noriega lunes 19, Dic 2022Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Urgen reglas claras para instrumentar programas de gobierno
Laboratorio por antonomasia rumbo a la madre de todas las elecciones, la presidencial, hoy el Estado de México está en el radar de los partidos políticos, de analistas y observadores electorales, del interés del electorado nacional y de los ciudadanos mexiquenses, principalmente porque el proceso comicial para elegir a su gobernador se erige como la señal de arranque rumbo a la silla del águila y todo indica que en la jornada electoral del año próximo podría tener un ingrediente adicional que haría aún más interesante la competencia por los votos: Gobierno de coalición.
Es cierto el término no es nuevo en nuestro andamiaje legal de la política interior mexicana, ya que en procesos electorales recientes hemos oído más de una vez de coaliciones partidistas, donde varios partidos deciden unirse para ganar elecciones, pero hasta ahora no se han formalizado esquemas que al final de cada elección permita la conformación de un gobierno de coalición, eso no obstante que desde 2014 el Congreso de la Unión aprobó una reforma constitucional que da vida a esa figura.
Hace unos días, en la entidad mexiquense, los dirigentes nacionales del PRI, PAN y PRD, por ahora, han anunciado que para la competencia electoral que se avecina en dicho territorio exploran la posibilidad no sólo de una alianza partidista, sino que esperan lograr un acuerdo con la intención de alcanzar mayor gobernabilidad y legitimidad ante un eventual triunfo de la alianza con la que esperan contender contra la alianza opositora que, de antemano se sabe, encabezará la maestra Delfina Gómez. En cualquier caso, ambas alianzas podrían formar un gobierno de coalición.
Alejandra Del Moral se perfila para ser la candidata de por lo menos tres fuerzas políticas y en caso de que no haya un aborto político de último momento, se asegura que el calendario y la agenda de dicha alianza tiene contemplado el registro de una alianza electoral, sí, pero también trabajan en un proyecto que por primera vez de luz a un gobierno de coalición.
Hay quienes señalan que los tiempos legales para la inscripción de un gobierno de coalición se han acortado al grado de que esta propuesta sea, en la práctica, casi imposible de lograrse, sobre todo porque no existen normas o leyes secundarias en ese tema, respecto a la reforma política de 2014.
Es cierto, pero también lo es que la idea del experimento político no es mala para el Estado de México, sobre todo si consideramos que el gobierno de coalición es una fórmula que ha dado buenos resultados en otras democracias del mundo, por lo que aunque suene descabellado para el caso del proceso mexiquense toda vez que ya inició el año electoral, también es cierto que el modelo político con el que actualmente contamos los ciudadanos ha dado suficientes muestras de agotamiento y por ese motivo a la ciudadanía le gustaría experimentar nuevas fórmulas para lograr la gobernabilidad, no sólo en sus municipios o entidades federativas, sino en el país mismo, con mejores resultados y un más amplio respaldo ciudadano.
LAS CARTAS HABLAN.— La reforma política donde surge la figura de Gobierno de Coalición, fue aprobada por el Congreso de la Unión en diciembre de 2013 y por la mayoría de las Legislaturas de los Estados en enero de 2014, luego fue publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 10 de febrero de 2014, y en ella se establece que un candidato triunfador, presidente, gobernador o alcalde, en cualquier momento de su gestión, después de haber firmado un convenio con los partidos políticos, podrá optar por esa figura. Otros mecanismos para este nuevo régimen son la construcción de una coalición parlamentaria, la repartición de carteras de gobierno por parte del Ejecutivo hacia los partidos de oposición y la aprobación del gabinete por parte del Congreso.
VA MI RESTO.— Argumentación válida para los impulsores de gobiernos de coalición es el hecho de que en las últimas elecciones, tanto la presidencial como estatales, los candidatas ganadores, por sí solos con un partido político, a duras penas han rasguñado la cifra del 50% de la votación, pero casi todos han estado por debajo del 40 por ciento de los votos, lo que significa que el 60 por ciento de los electores no les tienen confianza y de ahí la propuesta de la urgencia de experimentar en nuevos modelos electorales, en este caso con la propuesta de gobiernos de coalición.
Hoy esa figura suena fuerte para la elección del gobierno estatal en tierras mexiquenses, tal vez ya no haya tiempo legal para alcanzar el registro de un candidato con una propuesta a cuestas en ese sentido, pero no estaría mal que en elecciones venideras, además de las alianzas partidistas, los ciudadanos empecemos a hablar de programas de gobierno que contengan puntos coincidentes que hayan acordado las fuerzas políticas que forman la coalición, de una agenda legislativa que se convierta en soporte del programa de gobierno y de gabinetes de coalición ejecutores de programas de gobierno propuestos en campaña. Por lo pronto, se habla del Estado de México, pero también esa fórmula se puede aplicar para Coahuila y cualquier elección en puerta y hasta ahí, porque como veo doy.