Morena y satélites rompen récords para cumplirle a AMLO al pie de la letra
Miguel Ángel Rivera miércoles 7, Dic 2022Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Compitan con las mismas reglas con las que llegaron al poder en 2018, les dijo a los diputados del bloque oficialista, integrado por Morena y sus satélites del PVEM y PT, el también diputado, de Movimiento Ciudadano, Francisco Javier Huacus Esquivel, al manifestar su negativa, a la reforma constitucional propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que finalmente fue rechazada con los votos sumados del PAN, PRI y PRD, además del mencionado MC.
Sin embargo, lejos de dejar el asunto pendiente, en cumplimiento de las instrucciones que recibieron desde Palacio Nacional, los integrantes del bloque oficialista respondieron con una acción que merece quedar inscrita en el libro de los Récords Guinness (Guinness World Records).
En efecto, el gobierno y los legisladores que, cuando eran oposición, protestaban contra las reformas electorales elaboradas y aprobadas “sobre las rodillas” —o para los que gustan de los anglicanismos el trabajo “fast track”— se sacaron de la magna una convocatoria para una segunda sesión en el mismo día, con apenas media hora de diferencia. Toda una marca de celeridad legislativa, para la cual debían de dispensarse muchos procedimientos.
Todo el proceso llevó menos de ocho horas y en ella prácticamente no tuvieron participación los diputados que se supone están para crear nuevas leyes o modificar las existentes.
La iniciativa que se debería discutir en lo que el presidente de la Cámara, el panista Santiago Creel Miranda denominó en forma eufemística “sesión vespertina”, llegó poco después del mediodía, de manos de Adán Augusto López Hernández el paisano y “hermano” del presidente López Obrador, quien se desempeña como secretario de Gobernación y es el encargado de llevar las instrucciones del jefe del Ejecutivo a las instalaciones del Poder Legislativo.
Lo del eufemismo viene porque la convocatoria la lanzó Creel al terminar la votación acerca de la propuesta presidencial de reforma constitucional, cerca de las 19 horas, después de más de cinco horas, pues la sesión “matutina” se inició después de las 14 horas. El legislador panista no tuvo más que cumplir con las instrucciones de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), que es el órgano real de poder en la Cámara de Diputados, encabezado por el coordinador de la bancada de Morena, el poblano ex priista Ignacio Mier Velazco.
“Si no les gusta, tengo otra (reforma) más mejor”
Mientras la mayoría de los diputados perdían el tiempo en un largo debate del que ya estaba previsto el final, el enviado presidencial y unos cuantos dirigentes de las bancadas oficialistas pusieron en marcha el denominado “plan B” del gobierno federal para modificar las leyes secundarias en materia electoral, sin tener que pasar la aduana de las limitaciones para reformar la Constitución.
Interrogado acerca del origen de la iniciativa para el “plan B”, el secretario de Gobernación respondió que “la iniciativa la elaboró un grupo de trabajo integrado por la Consejería Jurídica del Ejecutivo, abogados de la Secretaría de Gobernación, otro de la Secretaría de Hacienda”, pero no dio detalles, lo cual era innecesario, pues entre los autores no aparece ningún legislador.
Luego de reunirse con miembros de las bancadas de Morena, PT y PVEM, el responsable de la política interna confirmó que el documento sería puesto a consideración de los legisladores para su discusión y aprobación. Se trata de un paquete de cambios a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, a la Ley General de Comunicación Social y de la Ley General de Responsabilidades Administrativas.
“Vine a presentar la iniciativa de reforma electoral”, dijo el secretario López Hernández al asegurar que la misma respeta “total y absolutamente la Constitución”.
También admitió que seguro sería rechazada por la oposición y no descartó que los inconformes acudan a inconformarse ante la Suprema Corte de Justicia.
“Bueno, pues seguramente los del bloque conservador están en su derecho además de acudir a las instancias como la de la Suprema Corte”, manifestó al descartar que, en su calidad de secretario de Gobernación marque agenda al Legislativo.
Ya se sabía, como se cumplió, que el bloque oficialista no tenía la mayoría calificada para modificar la Carta Magna, pero aún así empujaron a sus alfiles en un debate inútil, como se comprobó al recontarse los votos. La oposición sumó 225 votos, suficientes para obligar a que se desechara la iniciativa que estaba en proceso y en consecuencia también quedaron pendientes de debatirse numerosas enmiendas propuestas por la oposición, que también se sabía serían desechadas por la mayoría oficialista, como ocurrió con dos mociones suspensivas presentadas por las fracciones parlamentarias del PRD y MC que anticipaban la inutilidad del debate.
Así, la asamblea “matutina” se convirtió sólo en una sesión de terapia colectiva, donde diputados oficialistas y de la oposición intercambiaron toda clase de insultos y exhibieron carteles en defensa o en agravio del Instituto Nacional Electoral (INE) y en menor medida de otras instituciones vinculadas a la vigilancia y calificación de los comicios.
No se cumplieron las normas del trabajo legislativo, denunció el PRD
Al presentar la moción para que se suspendiera el debate acerca de la iniciativa presidencial que finalmente fue desechada, la diputada del PRD, Elizabeth Pérez Valdez destacó que ni siquiera se cumplió con las normas que regulan el trabajo legislativo.
“Consideramos que se dio un proceso legislativo total y absolutamente simulado. No hubo una prelación correcta de las iniciativas presentadas por las y los diputados, pese a que fueron turnadas iniciativas de reforma constitucional e iniciativas de reforma a leyes secundarias con anterioridad. Se le dio preferencia a la iniciativa de reforma del Ejecutivo enviada el 28 de abril.
“Nunca se instalaron las mesas de trabajo que realmente llevarían a cabo el análisis y la discusión del proyecto de dictamen”, aseguró la legisladora perredista, al recordar que “el pasado 28 de noviembre en comisiones unidas se aprobó el dictamen sin unanimidad, con 62 votos y desaprobado con 48 votos de toda la oposición, en medio de un cinismo por parte de la mayoría oficialista, quienes dijeron que no tenía sentido una mayor discusión porque la oposición al final iba a votar en contra.
También señaló que “la Jucopo y la Comisión de Reforma Política Electoral llevaron a cabo foros de parlamento abierto sobre la reforma electoral que costaron 20 millones. En el PRD no aprobaremos este dictamen porque pone en riesgo la imparcialidad, la equidad y la autonomía de nuestro órgano electoral”.
A su vez, el diputado de MC Jorge Álvarez Máynez advirtió que en esa sesión “se va a votar en contra de suprimir al Instituto Nacional Electoral. La conquista democrática de una generación. Es el día que vamos a defender la democracia y que vamos a defender la democracia para todas y para todos en este país. También para ustedes.
“No hay un partido político que haya presentado más juicios de nulidad electoral, más juicios por sus procesos internos, que Morena. No hay un partido que se haya denunciado más por sus militantes internos que Morena. No hay un personaje que haya estado en más spots de televisión gracias a la conquista democrática del IFE y después del INE, que el hoy Presidente de la República, López Obrador”, agregó el legislador quien dijo a los legisladores del oficialismo:
“Vamos a defender la escalera con la que ustedes ascendieron al poder, vamos a defender la representatividad con la que muchas de ustedes y muchos de ustedes no solamente son diputados federales hoy, sino lo han sido en otras ocasiones. Vamos a defender la posibilidad de que este país tenga alternancia”, añadió Álvarez Máynez, quien luego advirtió:
“No podemos permitir que se pisotee al Congreso, no podemos permitir ni hoy ni ayer ni mañana, que sesionemos los días que se dicte en Palacio Nacional para tratar los temas que quiera Palacio Nacional”.
Esto, claro, fue antes de que, en cumplimiento del acuerdo de la Jucopo, el presidente de la Cámara diera por concluida la sesión y citara a otra más, con sólo media hora de diferencia, algo que tampoco se cumplió, pues a las 20.30 horas todavía no empezaba.