AMLO insiste en que voten los muertos
Alberto Vieyra G. martes 6, Dic 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
El 7 de abril del 2005, la Cámara de Diputados erigida en jurado de procedencia llevaría a cabo en una tormentosa sesión que duró más de 9 horas por el desafuero del entonces jefe de gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, a quien sin duda hicieron mártir en esa histórica fecha a la que asistieron 489 de los 500 diputados federales y de ellos 360 votarían a favor del desafuero, es decir más de las 2/3 partes de la Cámara baja.
¿Cuál fue el pecado cometido por el populista gobernante?
Bueno, pues se trata de una larga historia, pero, en resumen, como jefe del gobierno chilango, AMLO se apropió de una porción de 700 metros del predio conocido como El Encino para convertirlo en la entrada de un famoso hospital de la medicina privada, es decir propiedad de los “conservadores fifís”.
¿Por qué hago historia?
Mire usted. Después de que la alianza Va por México que integran PRI, PAN, PRD y de pilón, Movimiento Ciudadano, mataron y enterraron la reforma electoral constitucional de AMLO, él y sus huestes asustarían con el petate del muerto al jerarca nacional del PRI, Alejandro Moreno reviviéndole el asunto del desafuero constitucional por cuestiones de enriquecimiento ilícito cuando fue desgobernador de Campeche, sólo que ahora hay un pequeño pero para el desafuero, se requieren 335 votos y Morena no los acompleta pero ni yendo a bailar a Chalma, pues solamente cuenta con 247 diputados morenistas y los levantadedos del PT y el corrupto Partido Verde están en veremos.
Así que Alito Moreno debe dormir a pierna tendida, igual que el bloque opositor al que odia AMLO, pues no olvidemos que entre 2004 y 2005 su desafuero lo propusieron el entonces prianismo. Y como la reforma electoral de AMLO a la Constitución está muerta, eso no nos debe quitar el sueño, pero sí las reformas a las leyes secundarias, si lo permiten también sus aliadas rémoras que han amenazado con mandar a la rechintola a Morena porque AMLO metería al INE y a la vida electoral de México en una severa crisis porque las reformas internas al INE acabarían con el servicio civil de carrera de cientos de trabajadores que llevan hasta 30 años organizando los procesos electorales de México, los cuales serían sustituidos por improvisados en elecciones cada 3 y cada 6 años.
Lo más grave sería que con dichas reformas, AMLO busca arrebatarle el padrón electoral al INE para que éste sea manejado por la Secretaría de Gobernación, es decir, por los corruptos del gobierno al más puro estilo del viejo PRI con lo cual volverían a votar los muertitos y no hay que descartar que nuestros datos personales caerían irremediablemente en manos del crimen organizado. Ese es un asunto toral y no menos importante es también el que tiene que ver con que AMLO busca centralizar, como en tiempos del porfiriato la realización de las elecciones, pues los procesos estatales y municipales serían controlados desde el centro del país, es decir a merced del puño de un sólo hombre, el Presidente de la República y entonces el INE habría válido un cacahuate porque se le habría quitado el estatus de ser una institución ciudadanizada y no controlada por el gobierno.
Así que si AMLO insiste en reformar siete leyes secundarias del Código de Procedimientos Electorales, el Cofipe meterá a México en una severa crisis política no sólo porque sería un reforma inconstitucional con la consecuente pérdida de legitimidad, pues con los recortes presupuestarios mataría a los árbitros electorales estatales y agudizaría la insurrección social y México podría quedar en manos de la gran delincuencia y de grupos armados, sí la guerrilla, que pululan en cuando menos una docena de estados de la república.