Amarga Navidad
Alberto Vieyra G. viernes 2, Dic 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
“Hay tiempos para echar cohetes y tiempos para recoger varas”, eso reza el sabio refrán popular y deberían de recordárselo a Andrés Manuel López Obrador, quien por lo visto después de su baño de pueblo del pasado domingo 27 de noviembre, ahora le tocará recoger varas durante una amarga Navidad porque su reforma electoral ya murió y será enterrada la próxima semana en la Cámara de Diputados, a razón de que su aliada, la chiquillada, no sólo mató a la reforma constitucional con un no, sino también a las leyes secundarias.
Estamos ante un escenario político en el que AMLO no podrá echarse ni la enchilada completa y menos la media enchilada, es decir ni reforma constitucional, ni reforma al Cofipe, pues con sus 247 diputados no alcanza a reformar ni la Constitución ni leyes secundarias. La reforma electoral de mala leche hizo que sus aliados le dieran la espalda.
La fracción parlamentaria de Morena en la Cámara de Diputados con sus 247 curuleros solicitó aplazar la discusión de la reforma electoral hasta el próximo martes, mientras que PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano sentenciaron que “hoy, mañana o la próxima semana votarán contra el dictamen”. En otras palabras, AMLO después de la marcha del revanchismo se le volteó a San Andrés de espaldas y no es ocioso suponer que, si en este momento quisiera conformar un circo, hasta los enanos le crecerían.
¿Por qué sus aliados le están haciendo caracolitos a AMLO y Morena?
Muy simple. La contrarreforma electoral de AMLO con la que busca apoderarse del INE les pega en donde más duele: En los bolsillos y en la desaparición de los plurinominales, que no son otra cosa que premios políticos de consolación a la chiquillada y también para los grandulones, a fin de que ningún partido político se vea sobrerrepresentado en la Cámara de Diputados, de acuerdo con la fórmula del ideólogo priista Jesús Reyes Heroles. Esa fórmula ha salvado de la extinción del mapa político de México a casi todos los partidos, incluyendo al partido del Presidente que en la pasada legislatura se vio sobrerrepresentado con la obtención de plurinominales.
La reducción del presupuesto a los partidos políticos ha sido mal vista hasta en Morena donde muy pocos están dispuestos a hacer política con saliva, pues el presidente los está orillando a que reciban lana por debajo del agua de las mafias criminales, pues la mayoría de los politicastros no están dispuestos a gastarse su lana en campañas electorales en las que saben de antemano que estarán chiras pelas.
Otro golpazo político contra AMLO y Morena se espera en este mes de diciembre y sus posadas, cuando el morenista Ricardo Monreal termine de deshojar la margarita si se queda o se va a la rechintola de Morena para convertirse en el candidato de la alianza Va por México que conforman PRI, PAN, PRD y a la que casi es seguro se sume Movimiento Ciudadano, con lo cual derrotarían invariablemente en la presidencial de 2024 a AMLO y a cualquiera de sus madrugadoras “corcholatas” que desde hoy se están gastando nuestros dineros.
Sin duda, que AMLO encabezará una elección de Estado al más puro estilo del viejo PRI jugando con todas las canicas y el dinero público de los mexicanos, como lo vimos el pasado domingo cuando acarreó a poco más de 1 millón de mexicanos y con un costo de más de mil 800 millones de pesos, pero no de su bolsillo eh, sino de las arcas de la nación.
Me asalta una recanija pregunta: ¿Todos quienes fueron ultrajados en su dignidad con 300 pesos y guajolotas votarían por Morena en las elecciones presidenciales de 2024? Me temo que no.