Le faltan marchas a Morena
Armando Ríos Ruiz miércoles 30, Nov 2022Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Se necesita una inteligencia tan sobresaliente como la del dirigente de Morena, Mario Delgado, para proponer otra marcha, después de la exhibición del más gigantesco acarreo de participantes en la historia del país, el domingo pasado, que tuvo un costo aproximado a los dos mil millones de pesos, de acuerdo con los números del periodista, Darío Celis.
Pero como dinero es lo que sobra en México, gracias a los préstamos súper millonarios hechos por instituciones internacionales, pues hay que volver a llenar el enfermizo ego del Presidente, tan necesitado de los vítores, aplausos, carteles fabricados a modo para su halago y numerosos asistentes, deseosos de hacer un paseo a la gran capital, con alimentos pagados y hasta con 300 pesotes para gastarlos en lo que mejor hubieran preferido.
Al talentoso dirigente debe resultarle demasiado complicado pensar en que sería mejor destinar ese gasto en el abastecimiento de medicinas para evitar más muertes de niños; para implementar programas viables contra los feminicidios; para revivir programas eliminados, como las tan necesarias estancias infantiles, comedores comunitarios y decenas más. O para rehabilitar otros, cuyos presupuestos aún existen y no se sabe en qué se utilizan, de acuerdo con un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Pues no. Resulta más atrayente y necesario realizar una o dos marchas más, dijo el “superdotado”, para despedir al mandatario, que anunció su retiro de la política mexicana en 2024, cuando su plan haya alcanzado el éxito, respecto a imponer a uno de los dos, también sobresalientes predilectos, dedicados a repetir como loros todos sus dichos: Claudia Sheinbaum o Adán Augusto López.
México no existe para Mario Delgado o no es lo más importante. Lo significativo y trascendental es su jefe. Seguramente tiene muchas ganas de decirle personalmente, como ocurrió en la marcha con algunos participantes amaestrados, aunque con otras palabras: “No se vaya. El pueblo bueno y sabio lo adora. Debería intentar la reelección”. Pero de volver a ganar las elecciones, no necesitará de este consejo. Seguro sería quien realmente gobierne.
Pero, pese a los desplantes triunfalistas de las huestes gubernamentales, los marchistas no lograron llenar el Zócalo. La guacamaya Claudia Sheinbaum (por carecer de inteligencia y de luz propias y repetir como grabadora todo lo que su señor dice), afirmó que acudieron más de un millón de personas, que quienes saben contar en esos eventos no vieron.
(Tan ciegos están en Morena, que Martí Batres vio en la marcha de la ciudadanía, libre y espontánea, entre 10 y 12 mil asistentes y su gran patrón, el Presidente, 60 mil, pero haciendo un favor. Esto habla hasta de la ínfima capacidad para observar y para contar. De esto se desprende que para gobernar, actividad en la que es necesaria una capacidad gigantesca, simple y sencillamente no existe. Por eso México está cada día peor).
Por cierto, entre los acarreados, cientos se despegaron del contingente y buscaron el barrio de Tepito para conocerlo. Reforma documentó lo anterior, como el hecho de que los asistentes recibieron alimento, gorras, banderines y otros implementos que se usan en las marchas, así como esos 300 pesos. Para estas personas, deben ser añoradas las movilizaciones del gobierno, que les da oportunidad de viajar a la capital y de obtener dinero por ello, sin que quiera decir que lo hacen por el deseo de apoyar a quien les importa un bledo.
Poco interesa que la salida a la hora de terminar el circo, sea difícil, penosa y hasta peligrosa. Fueron tantos los camiones con acarreados, que a la hora de partir tuvieron grandes dificultades. Previeron la hora de llegada a sus destinos, pero ésta fue alterada por sinnúmero de percances ocurridos en el trayecto. Gracias a Dios, no hubo nada qué lamentar. No obstante, los riesgos están allí, para las futuras manifestaciones que anhela el dirigente de Morena.