Lagos de Moreno, Patrimonio Cultural y Camino Real de Tierra Adentro
Turismo viernes 17, Jun 2011De cinco estrellas
Victoria González Prado
- Descubra y explore las haciendas, la gastronomía y atractivos
Lagos de Moreno, Jalisco.- Se fundó en 1563 con el nombre de Villa de Santa María de los Lagos. Su parroquia data de 1741 y fue construida con piedra rosa al estilo barroco. Cuenta con una red de túneles subterráneos que interconectaban a las principales fincas e iglesias de la ciudad, en la que destacan el templo del Señor del Calvario, rústica réplica de la basílica de San Pedro, y la Casa del escritor Salvador Azuela; el antiguo convento de monjas Capuchinas, hoy es Casa de la Cultura y otros recintos.
La Vila de Santa María de los Lagos, fue refugio de los españoles que viajaban de la ciudad de México a Zacatecas. Su centro histórico y el puente fueron declarados por la Unesco desde 1989, Patrimonio Cultural de la Humanidad y desde el año pasado forma parte del Camino Real de Tierra Adentro.
Carlos Hernández Ramos, presidente de la Asociación de Haciendas y Casas Rurales de Jalisco, a través de Norma Pulido, nos invitaron a conocer esta ciudad y algunas haciendas. La agrupación reúne a 19 pequeños y exclusivos hoteles bajo el concepto de haciendas, casonas, estancias y casas rurales, conformada gracias a las construcciones tradicionales que se ubican en distintos puntos de Jalisco y que datan de siglos pasados.
De Lagos de Moreno se habla poco, a pesar de ser un lugar mágico, con interesantes atractivos turísticos y un cúmulo de secretos y tradiciones guardadas y su exquisita gastronomía. Para llegar hicimos cinco horas por carretera hasta la Hacienda Sepúlveda de Juan Alfonso Serrano, él con su familia restauraron la construcción y la adaptaron para convertirla en un exclusivo hotel con Spa en el que conjugan la tradición con la modernidad y el resultado es un sitio confortable, con historia, bellos espacios y tranquilidad.
La Hacienda Sepúlveda cuenta con 23 habitaciones todas distintas pero con todo lo necesario. Si le gusta disfrutar la comida aquí podrá darle gusto al paladar y es que, se han rescatado también las recetas de antaño, aquellas que la familia ha guardado celosamente y hoy las ponen sobre la mesa para deleitar aún a los más exigentes.
El comedor, nos contó Juan Alfonso, fue en otro tiempo la bodega donde se guardaban los granos y hoy es el lugar donde se disfrutan esos deliciosos platillos de antaño y si recuerdo ‘se me hace agua la boca’.
La hacienda tiene sus encantos, además del Spa que ofrece los tratamiento más modernos, hay una alberca, jacuzzis, jardines, fuentes y vistas maravillosas. Huele a campo, a verde, a flores. Se respira tranquilidad, aire fresco, sol, atardeceres.
Las noches son iluminadas por cientos de estrellas que disfrutamos aún más con la cena al aire libre que nos prepararon, y que a mi me transportó a los tiempos de estudiante cuando buscábamos el menor pretexto para salir de fin de semana y organizar una fogata a la luz de la luna, quemar bombones, escuchar música y platicar toda la noche. Aquí, no faltó la fogata, ni la carne asada, ni el Tequila, tradicional de Jalisco.
Susana Muñoz, es la directora de Turismo de Lagos de Moreno, ella y Juan Alfonso, nos contaron de las tradiciones y las historias, las leyendas y los atractivos de la zona que tiene como actividad principal la producción ganadera, especialmente la lechera; el centro histórico está rodeado por valles y lomas regadas por el río La Sauceda. Nos contaron que antes, había muchos lagos de ahí su nombre y hoy hay grandes depósitos de agua subterránea termal y rica en sales minerales alcalinas.
El punto más alto de la ciudad es el Centro Universitario de los Lagos, a 2 mil 20 msnm. A poca distancia se encuentra la montaña “La mesa redonda”, ícono del paisaje lagunense con una altura que supera los 2 mil 500 msnm.
Lagos de Moreno, desde su fundación ha sido eje central del comercio y cruce de caminos importantes, desde la época de la colonia con el “Camino Real”, la llegada del ferrocarril, durante el Porfiriato y hoy con las carreteras federales México-Ciudad Juárez, y Tampico-Manzanillo en construcción). Está conectada con León, San Luis Potosí, Aguascalientes y Guadalajara. La ciudad ofrece atractivos como, el Teatro, la Parroquia de la Asunción, la Escuela de Artes, la Plaza principal, el Palacio Municipal, el Templo del Calvario, el de San José, La Merced, la residencia del Conde de Rul, la Escuela de Artes y Oficios, el Puente del río Lagos, el Hospital y Antiguo asilo Rafael Larios y, la Parroquia de Nuestra Señora de la Luz.
Estuvimos en la Hacienda Labor de Rivera, aquí no hay hospedaje pero si cuentan con un exclusivo comedor y un rodea para disfrutar de una charreada en la que, por cierto, participan todos los miembros de la familia. Recorrimos la Casona de Teté, hotel boutique de seis habitaciones, todas distintas en tamaño y decoración, ideal para pasar unos días lejos del mundanal ruido.
Susana, nos contó la historia de los famosos quesos Thomsen, fabricados por Federico Thomsen, quien desde Suiza llegó a Lagos de Moreno para trabajar en la planta de Nestlé aquí en la ciudad. Cuando se retiró decidió fabricar quesos que resultaron de gran calidad: Adobera, Tilsit con semillas de alcaravea; Gouda y su creación denominada ‘Queso Lagos de Moreno’, que combina las mejores cualidades de los anteriores, se prepara en distintas formas o se degusta solo, deja un exquisito sabor al paladar y todos saben dónde conseguirlo. Carlos Terrés, es un escultor creador de grandes obras entre las que destaca la corona de la iglesia de Puerto Vallarta y otras que están por todo el país y el extranjero. Él nos recibió en su casa donde nos preparó un delicioso y aromático pozole en el jardín, decorado con su obra escultórica. Ahí tiene un café-galería, con una vista de la ciudad inmejorable pues está en lo alto de una colina.
El viaje resultó fascinante anduvimos de un lugar a otro explorando y descubriendo la magia que ofrece Lagos de Moreno. En la Hacienda La Estancia bien conservada, si decide visitar la zona, no deje de verla… Cuenta con una interesante colección de muebles antiguos, amplios jardines para eventos y hospedaje además de la cocina tradicional casera.
En el restaurante El Mesón, comimos como reyes. Ahí pregunte por Rafael Jiménez se desvive por atender a los comensales y ofrece una carta con los mejores platillos de la región.
Descubra Lagos de Moreno vale la pena, explórelo y viva parte de la historia de familias, que por generaciones han conservado sus haciendas y hoy las abren para que se conviertan en lugares favoritos para reuniones entre amigos y familiares, en un fin de semana o vacaciones en un entorno natural con todas las comodidades.
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