Trampas de la muerte
Alberto Vieyra G. lunes 21, Nov 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
México está lleno de trampas de la muerte y cunde la negligencia criminal entre los gobernantes.
La semana pasada, alcanzó fama mundial un accidente callejero que refleja la más pura negligencia criminal de una clase gobernante, cuando en una oscura calle en la alcaldía Iztacalco gobernada por un morenista, dos jovencitas de 16 y 23 años cayeron en una trampa de la muerte para ahogarse en la profundidad de pestilentes aguas, sin que haya ninguna autoridad gubernamental que dé la cara o que responda ante la justicia, evidenciando una criminal negligencia irresponsable de gobernabilidad.
El macabro acontecimiento ha sido tratado con morbo en los medios de comunicación, a la ligera y por encimita, cuando que debe ser abordado y analizado a fondo porque no puede ser que haya gobernantes tan conchudos que teniendo unidades de protección civil no revisen diariamente sus demarcaciones para corregir el robo de coladeras metálicas que los vulgares raterillos depredan en las noches para venderlas como fierro viejo, con lo cual condenan a millones de personas a caer en esas trampas de la muerte.
No hay muchos datos sobre este macabro asunto, pero hay cuando menos 15 reportes diarios sobre trampas de la muerte que van desde coladeras abiertas en las que invidentes o personas en sus 5 sentidos pueden caer en cualquier momento y morir; también encontramos árboles a punto de caerse, baches por donde quiera y quienes se dedican al estudio del Derecho, no dudan que estamos ante una negligencia criminal y el Estado está obligado a resarcir el daño, automovilistas que caigan en un bache o alguna otra trampa de la muerte tienen el derecho de demandar a cualquier gobierno, pero no lo hacen por desconocimiento de las leyes y por miedo al gobernante, en cualquiera de sus 3 niveles: Federal, estatal o municipal. En el caso que nos ocupa y que ha merecido la atención de la opinión pública, por negligencia criminal ya deberían estar en el banquillo de los acusados el alcalde de Iztacalco, Raúl Armando Quintero Martínez, y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, la señora científica Claudia Sheinbaum, convertida hoy, en agente del Ministerio Público para lucrar con votos rumbo a la elección presidencial de 2024, pues en el caso de la joven Ariadna Fernanda López, salió de botepronto a decir que fue su muerte fue un feminicidio, cuando la Fiscalía de Morelos sustentó técnica y científicamente que en la necropsia de ley que la joven murió por ahogamiento a razón de la gran cantidad de alcohol que bebió y no por golpes, como lo aseguró la señora Sheinbaum. Yo me pregunto: ¿Quién pidió mariachis?
Ahora que, si la señora Sheinbaum quiere lucrar con votos para elección presidencial o cualquier otro hueso político, lo que tiene que hacer es decirles a los chilangos quiénes se clavaron la lana e hicieron con los pies el tramo colapsado en la Línea 12. Hasta hoy hay impunidad absoluta. Ningún pez gordo está en la mira y eso que hubo casi 30 muertos y alrededor de 100 heridos. Sería una acción de gobierno que le aportaría mucho respeto ciudadano a doña Claudia que se ha distinguido hasta hoy por ser un auténtico remedo político de AMLO.
Cientos de alcaldes en el país deberían demandar a Manuel Bartlett por su negligencia criminal, toda vez que infinidad de registros de la CFE permanecen abiertos convertidos en auténticas trampas de la muerte y en el caso de este átomo de la comunicación, tengo registrados 12 casos de registros de la CFE desde hace 4 años y aunque se reporte, la gente solamente se encuentra con oídos sordos de parte de los funcionarios que rinden culto a la negligencia criminal.