La enfermedad neumocócica afecta oído medio y pulmones
Elsa Rodríguez Osorio, Salud miércoles 16, Nov 2022Cápsulas de la salud
Elsa Rodríguez Osorio
- Quien sufre dermatitis atópica es proclive al suicidio
Enfermedad neumocócica es un término que se usa para referirse a cualquier infección causada por un tipo de bacterias llamadas neumococos. Aunque la infección neumocócica primaria suele afectar el oído medio y los pulmones, existen más enfermedades que pueden ser ocasionadas, como: neumonía, meningitis, sinusitis, otitis media (infección del oído), bacteriemia (infección de la sangre. Los síntomas pueden variar dependiendo de la parte del cuerpo que está infectada como: Dolor de cabeza, fiebre o escalofríos, confusión, dificultad para respirar, sensibilidad a las luces, dolor de oído, tos, rigidez del cuello. Los adultos mayores de 65 años tienen mayor riesgo de contraer la enfermedad, al igual que quien tiene diabetes, alguna enfermedad crónica del corazón, pulmones, riñones o hígado, el VIH. La enfermedad se transmite cuando una persona tiene contacto con la saliva o mucosidades de alguien infectado.
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La dermatitis atópica (DA) es una afección inflamatoria crónica de la piel que provoca comezón, enrojecimiento, sequedad y grietas que afecta la calidad de vida de quienes la padecen, alerta la doctora Helena Vidaurri, especialista en dermatología pediátrica. Explicó que por la apariencia de la piel –generalmente enrojecida y con descamación– las personas evitan relacionarse y aumenta el riesgo de desarrollar depresión incluso el suicidio. El 36% de las personas con DA son más proclives al suicidio debido a la depresión y la ansiedad causadas por la enfermedad y cerca del 50% tiene alteraciones del sueño debido a la comezón intensa y continua. Evitan actividades cotidianas y hasta 86% de los pacientes con brotes no asisten a balnearios ni usan shorts o bermudas”, abunda la especialista. Por su parte, el doctor Josué León Merlos, gerente médico de LEO Pharma, expresa que los síntomas en la DA moderada a grave son comezón, piel enrojecida o inflamada, erosiones o supuración, lo que puede ser debilitante y asociarse con dolor. En el tratamiento deben participar, además del médico general, el dermatólogo alergo-inmunólogo y especialistas en salud mental: como el psicólogo y el psiquiatra, para atender al paciente y a su familia. Existen diversos factores de riesgo para empeorar la DA, algunos de ellos son el aire seco en el invierno, el aire acondicionado, las temperaturas extremas y los cambios de clima, así como el contacto con materiales irritantes y químicos tales como perfumes o colorantes o con materiales ásperos como las fibras sintéticas, el polen, el moho, los ácaros del polvo o de los animales, empeoran al contacto con dichos alérgenos y el estrés emocional también empeora la dermatitis atópica”, dijo el especialista. Agregó que el diagnóstico se basa en el aspecto de las lesiones cutáneas y los antecedentes médicos personales y familiares. El tratamiento consiste en restaurar la barrera cutánea, con cremas emolientes y dermolimpiadores gentiles, sin friccionar la piel; aplicar antiinflamatorios tópicos en la piel, siempre bajo prescripción médica, así como detectar y tratar las complicaciones oportunamente. Para quienes tienen DA moderada o grave, además, se requieren otros tratamientos como fototerapia o fármacos moduladores del sistema inmunológico, así como el manejo por profesionales de la salud mental en caso de presentar ansiedad, depresión u otros trastornos emocionales”, abundó la expresidenta del Colegio Mexicano de Dermatología Pediátrica. Por su parte, el doctor Josué León Merlos, gerente médico de LEO Pharma, afirma que los síntomas en la DA moderada a grave son comezón, piel enrojecida o inflamada, erosiones o supuración, lo que puede ser debilitante y asociarse con dolor y alteraciones del sueño y afecta la interacción social. En el tratamiento de quienes padecen DA se recomienda que participen, además del médico de primer contacto, el dermatólogo alergo-inmunólogo y especialistas en salud mental: como el psicólogo y el psiquiatra, para atender al paciente y a su familia. El tratamiento consiste en restaurar la barrera cutánea, con cremas emolientes y dermolimpiadores gentiles, sin friccionar la piel; aplicar antiinflamatorios tópicos en la piel, siempre bajo prescripción médica, así como detectar y tratar las complicaciones oportunamente. Además, se requieren otros tratamientos como fototerapia o fármacos moduladores del sistema inmunológico, así como el manejo por profesionales de la salud mental en caso de presentar ansiedad, depresión u otros trastornos emocionales.