De los yerros gubernamentales
¬ Luis Ángel García viernes 4, Nov 2022Por la Derecha..!
Luis Ángel García
El gobierno de la 4T no las trae todas consigo. Una entrevista del diario americano New York Times exhibió una pifia del subsecretario de Gobernación y cabeza de la comisión para esclarecer el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Suponemos que no por cinismo, sino por ignorancia pericial, desconocimiento de las investigaciones ministeriales y del debido proceso, Alejandro Encinas reconoció que muchas de las pruebas que sustentan su informe no estaban validadas, pero que había aportado como ciertas.
Se refería a los “pantallazos” de los celulares de los sicarios que habrían participado en el secuestro y desaparición de los normalistas en Iguala y que sirvieron de sustento para la consignación del ex procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, y los cuatro militares a los que les atribuyen el supuesto asesinato de seis estudiantes. El grupo de expertos independientes -que se contrató desde el sexenio de Enrique Peña Nieto, y que dos de ellos ya se deslindan-, corroboró lo declarado por el funcionario de la 4T al rotativo neoyorquino y hasta insinúan que chamaquearon a Encinas, quien dio por buena una aplicación que no existía en los celulares en 2014.
A pesar de la narrativa oficial que dice que hay otras pruebas que respaldan las consignaciones y del reiterado espaldarazo presidencial, está por caerse el caso y sólo que se imponga la testarudez de la 4T, tendrán que salir de la cárcel los detenidos. Peor aún, los padres de los normalistas -quienes habían depositado todas sus esperanzas en un gobierno que les prometió recuperar aún con vida a sus hijos-, han perdido la confianza en las autoridades que, ahora, les dicen que los normalistas fueron asesinados. Tampoco tienen confianza en el nuevo fiscal del caso -gente muy ligada al presidente y al secretario de Gobernación-, sin experiencia en este tema y solicitaron se nombre a otro ministerio público. Un aparente logro de esta administración y que sirvió para desacreditar al gobierno de Peña Nieto, se revirtió y afecta terriblemente la imagen de AMLO. Ni el recorrido por todo el país del encargado de la política interior —un distractor para desviar la atención de la fallida investigación—, que con el pretexto de promover en los Congresos locales la estadía del Ejército en las calles hasta 2028, se ha convertido en un camorrero que insulta, desacredita, juzga a los opositores y estigmatiza a legisladores, gobernadores y políticos no afines a la 4T.
Pero nada resta la atención al caso Ayotzinapa, evento que dio espectacularidad y votos al presente régimen, pero que se desmorona día a día. De nada sirve que desde Palacio Nacional se hable de la honestidad de Encinas, de su rectitud y vocación de servicio, si no ha podido armar una investigación sólida para esclarecer los hechos ocurrido hace ocho años.
Otro frente que abrieron fue el descrédito a los militares, ya que la nueva investigación responsabiliza a elementos castrenses en la ejecución y desaparición de los estudiantes. Recientemente vimos cómo seudo estudiantes vandalizaron instalaciones de los soldados, incluso en Campo Militar no. 1, sede de la Sedena, en Tecamachalco.
¿Qué hará el gobierno, reconocerá sus errores de investigación y dejará libres a los inculpados?, difícil de creer, no son muy dados a aceptar errores, están acostumbrados a echarle la culpa a los otros; ¿investigará al propio Encinas por su negligencia? Tampoco lo harán, es muy leal -aunque ineficaz-, al mandatario.
Lo más seguro es que Murillo Karam sea un chivo expiatorio y los militares tengan que aguantar vara. Mientras, Ayotzinapa quedará impune, pero se explotará con fines políticos, muy conveniente en estos momentos.