“La madre de todas las batallas”
Alberto Vieyra G. jueves 3, Nov 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
En México se libra “la madre de todas las batallas” para evitar que el INE y el Tribunal Federal Electoral se conviertan en un cínico instrumento democrático de un sólo hombre, el Presidente de la República que odia las instituciones. ¿O que no fue AMLO quien dijo que “al diablo las instituciones”?
El falso mesías tropical quiere destruir a la máxima institución que garantiza la vida democrática de los mexicanos, bajo la tiránica mentira de que la democracia nos cuesta un ojo de la cara y de que el nuevo INE será más democrático.
Pero, ¿qué es la democracia? Es el sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes. Sí, controlar a sus gobernantes para que no sean “lorenzos” y que se ciñan al Estado de Derecho y no que de manera burlona nos salgan con el cuento de que “la ley es la ley” porque la ley soy yo y aquí nomás mis chicharrones truenan. Los gobernantes deben ser controlados por el freno del pueblo, que es ni más ni menos que su patrón. AMLO entiende por democracia, que si él gana entonces hay democracia y si pierde, entonces no hay democracia. Pero habrá que decirle que no es lo mismo que lo mesmo.
Los griegos de la antigüedad practicaban algo así como 24 clases de democracia: La cupular, la económica, la participativa, la democracia directa e indirecta y otras terriblemente estúpidas en las que se usaba al pueblo para preguntarles qué es lo que debía hacer y no hacer el gobierno, al más puro estilo de la democracia a mano armada, digo a mano alzada que practica AMLO en las plazas. En una de esas estúpidas encuestas a mano alzada, el gobierno griego preguntó a los vagos y acarreados en las plazas si el gobierno le declaraba la guerra a Esparta una nación vecina y amiga. Los vagos dijeron que sí y pácatelas se hizo la guerra contra Esparta y las cosas ya no fueron igual para los griegos.
Hoy, AMLO utiliza a todos sus haraganes morenistas, sobre todo los que están agarrados de la ubre presupuestal para despotricar contra el árbitro electoral de México. La oposición guarda un prudente silencio, pero ha trascendido que la demente reforma electoral de AMLO que busca eternizarlo en el poder y en la que no se descarta una eventual reelección presidencial, jamás pasará en el Congreso de la Unión por “regresiva” y antidemocrática porque busca que esa institución -el INE-, garante de la voluntad popular sea controlada por un sólo hombre desde el gobierno, como ha dicho el Episcopado mexicano. Eso jamás lo permitiremos los mexicanos bien nacidos.
AMLO debería de estar agradecido porque gracias a las reformas electorales que le quitaron al gobierno priista el control de los organismos electorales se creó el INE ciudadanizado, lo que le permitió llegar a la presidencia de la república.
Lo más lamentable es que la CNDH, en la que cobra lamentable como presidenta la señora Rosario Piedra, se metió en terreno barrido ignorando que la ley electoral le prohíbe terminantemente a ese organismo meterse en cuestiones electorales. Cae gordo su lema de que en la CNDH “¡Defendemos al pueblo!”.
Que me perdone doña Rosario Piedra, pero su boletín de prensa de la semana pasada la hace ver como una vil lambiscona del Presidente de la República y otro tanto nos dicen las metichonas declaraciones, también en contra del INE de la señora Claudia Sheinbaum, quien como vil corifea de AMLO dice que “hay que hacer más democrático al INE con menos dinero”. Sí, doña Claudia salió igual de negrera y parece un remedo de AMLO. Lo malo es que quiere ser Presidenta de México. ¡Que Dios nos libre de tanta ignorancia de esa vulgar clase política!, que parecen renosaurios al servicio del Presidente.