Ni Dios lo quiera
¬ Francisco Reynoso martes 1, Nov 2022Triple Erre
Francisco Reynoso
A millones de mexicanos seguramente se les eriza los cabellos y se les pone el cuero de gallina sólo de imaginar a Gerardo Fernández Noroña con la banda tricolor en el pecho y el brazo extendido —el izquierdo, por supuesto— recitando ante el Congreso de la Unión:
El juramento constitucional de Gerardo Fernández más o menos sería éste:
“Compañeras y compañeros, protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos —a menos que el interés del pueblo sabio ordene lo contrario— y las leyes que de ella emanen —pero que no me vengan conque la ley es la ley— y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión —siempre primero los pobres y que se chinguen los machuchones, conservadores y capitalistas— y si así no lo hiciere que la nación me lo demande —pero siempre tendré otros datos para aplastar a los politiqueros—”.
Hace poco, el “señor de los suelos” —Fernández Noroña se ganó ese mote cuando, siendo líder de los deudores de la banca, se tiró a los pies del presidente Ernesto Zedillo para reclamar ¿quién sabe qué coño?— decía que, en tiempos del neoliberalismo, no tenía la menor posibilidad de llegar a la Presidencia de la República. Ahora, las cosas han cambiado. Y está más que convencido que ganará la candidatura de Juntos Haremos Historia a Claudia Sheinbaum, a Marcelo Ebrard, a Adán Augusto López y a todos los demás que se apunten en la lista de “corcholatas”.
Sostiene Fernández que la decisión no la tomará la “cópula” —según el “señor de los suelos”, en los partidos neoliberales las grandes decisiones e imposiciones las toma la cúpula, en Morena son cuestiones de la cópula—; para el 2024, en la alianza lopezobradorista la tomará el pueblo.
Fernández Noroña anda muy echado pa’lante. Y es que el presidente López lo incluyó entre las “corcholatas” presidenciales. Aunque el compañero López fue medio gacho. Medio desmanteló la figura del diputado del PT. Dijo López que además de Claudia, Marcelo y Adán Augusto podrían ser candidatos Ricardo Monreal y “este… Noroña… “¿Cómo se llama?”.
La guerra contra Monreal
El fin de semana, el “señor de los suelos” entró con misiles y fusilaría a la guerra de la 4T contra el senador Ricardo Monreal.
Fernández Noroña fue a Zacatecas y se echó encima con furia contra el legislador morenista y su hermano, el gobernador David Monreal Ávila.
Muy amigablemente, queriendo simular un afecto por el gobernador que no siente, Noroña expuso:
“Nuestro compañero y amigo David Monreal le ha quedado a deber a todo Zacatecas, su gobierno ha sido, para no ser tan duro, diré que ha sido infame, con una decepción absoluta e incapacidad manifiesta”.
¿Tenga para que aprenda!, dirían en el Palacio Nacional.
Del compañero Ricardo, el “señor de los suelos”, dijo que la militancia —de Morena y del PT— ya no le tiene confianza. Se refirió a los mensajes de WhatsApp que filtró Layda Sansores sobre un posible pacto entre Monreal y Alejandro Moreno, presidente del PRI, para allanar el camino de David, con un candidato o candidata a modo, hacia la gubernatura.
Batalla por las boletas de 2024
Gerardo Fernández Noroña estuvo en la tierra de los Monreal para, al igual que Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López, iniciar campaña en busca de la candidatura presidencial en 2024.
Acompañaron al diputado petista la senadora Geovanna Bañuelos, el diputado federal Alfredo Femat, ex rector de la Universidad Autónoma de Zacatecas, y el también ex rector Antonio Guzmán Fernández, “El guaca”, quienes buscarán estar en las boletas de 2024 y para ello tendrán que derrotar a las huestes de los Monreal.
El mundo de Sheinbaum
Al Centro Histórico de Claudia Sheinbaum lo atraviesan cotidianamente, principalmente los fines de semana, caudalosos ríos humanos. Es impresionante como la jefa de gobierno de la capital del país ha convertido al primer cuadro en otro México, mágico, misterioso, fascinante y muy peligroso para turistas nacionales, internacionales y de las 15 alcaldías que rodean a la de Cuauhtémoc.
Una pareja de gringos entró al bar de un hotel con vista al Zócalo. Pidió un molcajete de guacamole, totopos y se bebió tres “cubas” y tres cervezas. La cuenta que debió pagar por no preguntar antes por los precios fue de casi 4 mil pesos.
Una señora de la Benito Juárez pagó 200 pesos por un masaje de cuello en Gante y terminó sin su reloj. Y en Bellas Artes, para el ballet de Amalia Hernández, la mayoría de los boletos preferenciales deben comprarse a la reventa.
Es el mundo de Claudia Sheinbaum.
La verdad es la verdad
y no admite otros datos