Alianzas pretendidas
Ramón Zurita Sahagún lunes 11, Ene 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Una cadena de pocos triunfos y muchas derrotas registra la alianza opositora en contra del PRI en las dos últimas dos décadas. Sin embargo, la lección no parece haber sido comprendida por los partidos que buscan derrocar al partido tricolor de los gobiernos estatales, 12 de los cuales estarán en disputa durante el presente año.
De ahí, la insistencia de los partidos de derecha e izquierda por establecer un frente amplio opositor en media docena de entidades, donde consideran que solos, unos u otros, no podrían impedir la victoria del partido tricolor.
Oaxaca, con el convergente Gabino Cué Monteagudo, se convirtió en la punta de lanza de este frente opositor, cuyo propósito primordial es ablandar las estructuras del PRI, partido al que con tres años de antelación se le ve situado nuevamente en Los Pinos.
En la sureña entidad se inició el tejido de la alianza opositora, misma que hace seis años quedó a solamente un punto porcentual de arrebatar el territorio al priísmo con el mismo candidato que hoy intentan avalar panistas y perredistas.
Sin concretarse todavía la alianza entre izquierda y derecha, ésta pretende extenderse a otras entidades del país, donde la fuerza priísta quedó demostrada en los pasados comicios federales, luego de que en los locales la fuerza tricolor arrasó a sus opositores.
Puebla, Veracruz, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Hidalgo y Quintana Roo, además de Oaxaca, son los estados en los que izquierda y derecha analizan la posibilidad de establecer una alianza opositora.
Cada una de las entidades mencionadas están gobernadas por el PRI y con la excepción de Chihuahua (Francisco Barrio Terrazas), jamás han sido gobernadas por un militante ajeno a este partido.
En Durango y Chihuahua ya se concretaron en el pasado reciente alianza de este tipo, representando sonoros fracasos en sus aspiraciones de derrotar al priísmo.
Rodolfo Elizondo, secretario de Turismo, fue respaldado por la alianza del PAN con el PRD, cayendo estrepitosamente en los comicios estatales, mientras que el actual diputado federal, Javier Corral sufrió una derrota similar con los mismos avales.
Y es que en el pasado, las alianzas entre derecha e izquierda solamente registraron el triunfo de los candidatos avalados en Nayarit, Chiapas y Yucatán, en los procesos electorales de 1999, 2000 y 2001.
Antonio Echevarría y Pablo Salazar, dos militantes priístas disidentes fueron propuestos y respaldados por una gran coalición de partidos en la peor época electoral para el partido tricolor, en tanto Patricio Patrón logró conquistar el principal territorio de la península meses después de que el tricolor perdió la Presidencia de la República.
Fuera de ese período, lo demás ha sido la acumulación de derrotas con candidatos surgidos de los partidos de derecha e izquierda.
Rodolfo Elizondo (Durango), Jorge Cárdenas González (Tamaulipas), Juan Antonio García Villa (Coahuila), Javier Corral y el propio Gabino Cué, han caído ante sus adversarios priístas en éstas no tan frecuente alianzas.
Con todo y ello, en los procesos electorales que habrán de celebrarse en julio próximo y con el tiempo encima para solventar estas alianzas o coaliciones, derecha e izquierda insisten en considerar dicha posibilidad.
Incluso, en algunos de los casos, se contempla los nombres de los candidatos que podrían enarbolar la bandera del gran frente opositor.
En Oaxaca, el nombre está listo y respaldado por izquierda y derecha, ya que se trata de un representante de los primeros. Gabino Cué es respaldado por unos y otros, aunque tendrá que definir la dirigencia nacional panista.
Dichos partidos (PAN y PRD) analizan la posibilidad de contender con un solo candidato en Puebla, que en como en el caso de Cué, se trata de un ex priísta redimido y actual militante del PAN, el senador Rafael Moreno Valle.
Con escasa presencia en Durango, la izquierda busca concretar una alianza opositora alrededor del petista Alejandro González Yáñez, situación difícil de alcanzar con el respaldo de Acción Nacional.
Hidalgo parecía al alcance de la mano con la candidatura de Xóchitl Gálvez avalada por panistas, perredistas, convergentes y petistas, aunque el partido del sol azteca se muestra renuente a esta alianza y pretende que José Guadarrama Márquez repita como candidato a gobernador.
Sinaloa podría experimentar esta alianza si convencen al diputado panista Manuel Clouthier Carrillo para que contienda con los colores blanquiazules y sea respaldado por la escasa militancia izquierdista en el estado.
Veracruz es una de las entidades en las que alianza entre derecha e izquierda se presenta con menores posibilidades de concretarse, ya que tanto izquierda como derecha consideran tener el candidato idóneo para derrotar al partido tricolor. El senador convergente Dante Delgado Rannauro es la opción de la izquierda y Gerardo Buganza Salmerón pretende convertirse nuevamente en candidato del PAN, aunque en una contienda interna sumamente cerrada que sostiene con el director del ISSSTE, Miguel Ángel Yunes, con el que Delgado Rannauro sostiene una añeja rivalidad.
En Chihuahua, la escasa presencia de la izquierda los lleva a buscar una alianza con la derecha, aunque no muestra preferencia hacia alguno de los aspirantes que el PAN contempla.
Quintana Roo tiene un candidato fuerte de la izquierda en la persona del alcalde de Benito Juárez (Cancún), Gregorio (Greg) Sánchez, el que es respaldado por PRD, Convergencia y PT y buscan que también lo avale el Partido Acción Nacional.
De concretarse alguna de estas u otras posibles alianza entre los diversos partidos, éstas deberán quedar establecidas en las próximas semanas, para ajustarse a los tiempos electorales de cada una de las entidades en las que pretenden realizarse.
*La pretensión de Lino Korrodi por convertirse en candidato de la izquierda al gobierno de Tamaulipas motivó la inconformidad de Armando Vera García, aspirante al mismo cargo, ex diputado local y ex regidor del ayuntamiento de Altamira.
Militante del PT, Vera García acusó a Korrodi de intentar comprar la candidatura y usar a la militancia de la izquierda en propósitos y ambiciones personales y de grupo.