De que la perra es brava…
¬ Luis Ángel García miércoles 26, Oct 2022Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Heredera de las peores prácticas del viejo líder priista Carlos Sansores Pérez -su padre-, la gobernadora de Campeche, trepadora de la política, no tiene empacho en recurrir a actos ilegales para denostar o atacar a sus enemigos, aun los de su propio establo.
Siempre envuelta en escándalos políticos y de corrupción -al viejo estilo del tricolor-, reconoce con gran cinismo que Carlos Salinas de Gortari le regaló una diputación federal para congratularse con “el negro” Sansores, y desbancó al suplente de un legislador que ocupó un cargo en la administración pública. Entonces, no le veía al partido de su padre ningún defecto, ni rechazó esa arbitraria representación popular. Disfrutó de las mieles de estar arriba, en el carro de la Revolución, mientras el sistema de partido único la favoreció, salvo el no hacerla gobernadora de su tierra natal. Por eso, como buen chapulín, brincó del partido de sus amores, al PT, quien la acogió como senadora, donde no destacó por sus aportaciones al debate parlamentario —nadie recuerda sus intervenciones en tribuna—, pero sí llamó la atención por sus nada franciscanos gastos en productos personales y de belleza. El bótox, las cremas, los perfumes y accesorios de la representante popular corrieron a cargo del erario, del dinero de los contribuyentes.
Seguro heredó mucho de lo que acumuló el ex dirigente del PRI, pero no está por demás incrementar la fortuna personal para mantener el nivel de vida que se requiere para vivir en el Pedregal, lo que la catapultó para ser alcaldesa en Álvaro Obregón. Donde no acabó con la demarcación porque Dios fue grande. Poco le importó resolver los problemas de una de las alcaldías más grandes de la CDMX, de fuertes contrastes socioeconómicos, con problemas de movilidad, de pérdida de espacios públicos, inseguridad, deserción escolar, adicciones, ambulantaje y un relicario de graves carencias que impiden la sana convivencia y la gobernabilidad. Pero nada de ello le importó, utilizó recursos y tiempo para “escaparse” a su entidad, de la que por cierto era poco avecindada. Pero la maquinaria de la 4T, como en los memorables momentos del imperio priista, todo lo puede y la sentó en la silla del Palacio de Gobierno.
Para desgracia de los campechanos, llegó a la ciudad amurallada para olvidarse de gobernar, igual que lo hizo con los obregonenses. Lo suyo es el stand up, la comedia. Como lo hiciera Chávez, Maduro y el propio tabasqueño, se apropia de un espacio televisivo para atacar, denigrar, exhibir a los contrincantes suyos o de la 4T. Funcionó con su paisano “Alito”, a quien sus corruptelas y unas grabaciones ilegales, lo mantienen al servicio de los caprichos presidenciales. Gran trabajo hizo la gobernadora ausente para descarrilar a uno de los protagonistas de la quimérica alianza opositora. Pero nunca se aclaró el origen de las grabaciones y es un delito que todavía está impune. Pero, ya encarrerado el ratón, se fue contra el hijo desobediente de la 4T: El líder de la bancada de Morena en el Senado, el zacatecano Ricardo Monreal, quien insiste en su legítimo derecho a competir como abanderado guinda en las elecciones del 2024, a pesar de no ser el consentido del inquilino de Palacio Nacional, el que no le perdona su falta de control sobre opositores en la Cámara alta.
Quiere quedar bien Layda con el tlatoani y amenaza con balconear a su correligionario, el cual ha calificado la sola insinuación de Layda como una campaña negra de su propio partido e incluso visualiza la derrota de la 4T en los comicios de 2024. La desgobernadora juega con fuego, y lejos de querer quemar a Monreal, puede afectar el proyecto político de su jefe moral. Pero de que la perra es brava…