Elecciones amañadas
Freddy Sánchez martes 25, Oct 2022Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Si los priistas y perredistas “se doblaron” ante las presiones de poder ir a parar a la cárcel por sus presuntas corruptelas en el pasado, otorgando su voto a favor de las reformas constitucionales en materia de seguridad deseadas por Andrés Manuel, es inevitable suponer que lo mismo podrían hacer con una reforma electoral.
Al menos entre no pocos espectadores de los acontecimientos nacionales, se tiene la sospecha de que diversos militantes de ambos partidos al tener influencia entre sus correligionarios pueden convencerlos de adoptar actitudes legislativas a su conveniencia, lo cual obliga a tenerles desconfianza.
Y en ese tenor surgen temores acerca de que Morena con sus viejos y nuevos aliados en el Congreso contará con el respaldo que requiera para aprobar una reforma constitucional en materia electoral que les llegue del Palacio Nacional. Cabe mencionar en ese sentido que entre quienes sopesan las tendencias a favor o en contra de lo que proponga el Presidente, aparentemente hay coincidencia en una suposición: que puede repetirse lo sucedido en el Senado de la República.
O sea una “negociación” en relación con diversas disposiciones legales como las que se decidió legislar para ponerle “candados” al desempeño de la Guardia Nacional en la calles, aunque hay quienes aseguran que lo aprobado sólo fue “un maquillaje” para simular que los priistas y perredistas salieron en defensa de lo que defendía y por lo que pugnaba el bloque opositor.
Y de ese modo evitar una estrepitosa “caída al suelo” de la imagen del PRI y el PRD como opositores reales de Morena, aunque al haber dado su apoyo a los cambios constitucionales en materia de seguridad que Andrés Manuel quería, en opinión de algunos que antes los consideraban opositores “indoblegables” que no se dejaría intimidar por los amagos del poder, terminaron siendo catalogados como los nuevos “grandes valedores” morenistas, prestos a obedecer en cuanto se les ordene cualquier otra cosa.
Y eso podría ser justamente lo que ha dado lugar a una airada reacción de alarma en los sectores sociales que ven con suspicacia lo que desde el gobierno federal se dice y se quiere hacer en materia electoral, dando por hecho que se pretende facilitar a Morena la posibilidad de prolongar por mucho tiempo su permanencia poder.
De tal suerte que para conseguir algo así lo que supuestamente se estaría pretendiendo es anular cualquier oposición en el Instituto Nacional Electoral a los planes institucionales y para ello aprobar nuevas disposiciones legales a modo y contar con consejeros y magistrados electorales que “bailen al son que les toquen” desde el Palacio Nacional.
Lo mismo que de ahora en adelante se teme que estarían haciendo los priistas y perredistas que como el líder del PRI Alejando Moreno, “Alito”, sienten “pasos en la azotea” por la amenaza de ser procesados penalmente a causa de la comisión de distintos delitos cometidos en sus gestiones pasadas, y a manera de evitarlo, simplemente optarían por actuar como “mascotas” del gobierno de Andrés Manuel.
Así las cosas, el fundado o infundado temor de los que ven en las intenciones electorales del régimen un intento para “demoler” toda estructura de control, supervisión y manejo en las elecciones, que no sea el que a “la Cuarta Transformación” le convenga, parece un motivo suficiente para poner en duda que los priistas y perredistas se mantendrán leales a sus declaraciones en cuanto a su firme convicción de impedir que el gobierno recurra las consabidas y viejas trampas del pasado.
Las mismas que antes que nada y por encima de todo se crearon para “sobreproteger” al partido en el poder con su respectivo gobierno en turno mediante la legalización de las normas propicias para garantizar el triunfo de sus candidatos a los cargos de elección popular. Lo que, obviamente, se facilita con elecciones amañadas.