Prostitución del idioma español
Alberto Vieyra G. martes 25, Oct 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
La clase política mexicana e incluso algunos comunicadores han sido exhibidos por la Real Academia de la Lengua Española (RAE) con orejas de burro, pues desconocen el uso del singular y plural, cuando se refieren a los hombres y a las mujeres o todos y todo en aras de la tan cacareada igualdad de género, cuando sin rubor alguno se refieren a “las y los”; las diputadas y los diputados, las niñas y los niños, lo cual refleja el desastre del modelo educativo de México que año con año es reprobado en el plano internacional.
La clase política mexicana merece irse a la nocturna o algún Instituto Patrulla donde les enseñarán a rebuznar menos, para no prostituir el idioma español que es uno de los idiomas más hermosos del mundo y por algo lo hablan ya más de 512 millones de habitantes. Por cierto, el español neutro tiene una aceptación extraordinaria y a ello se debe el éxito a nivel internacional de las películas y telenovelas mexicanas.
Para quienes fuimos a la nocturna, sabemos que el empleo lingüístico del género “las y los” está mal empleado y sólo hay que escuchar detenidamente los promocionales del Senado de la República, la Cámara de Diputados y los 32 Congresos locales en los que se abusa del género “las y los” y puede ser que ninguno de los 128 senadores de la República, los 500 diputados federales y los mil 39 diputados locales, además de gobernadores, alcaldes y los 26 mil burócratas en los 3 niveles en la administración nacional no se salvan de darle en la madre a nuestro idioma y todo en aras de la igualdad de género. No escapan de esta barbarie lingüística los maestros que les meten a los chiquillos semejante aberración y por ello, México se distingue en el plano internacional como una nación de reprobados y con orejas de burro y que los profes no vayan a salir con que “las burras y los burros”, “los perros y las perras”, “los monos y las monas” y tal y tal.
La Real Academia de la Lengua Española ha pegado el grito en el cielo y exhibirá en el próximo mes de diciembre durante su cumbre anual, a la clase política azteca como ignorante al prostituir el idioma español, puesto que “la doctrina del español” se ha constituido a partir de una codificación “formada a lo largo de los siglos”.
Santiago Muñoz Machado, presidente de la Real Academia Española, es categórico al aclarar cómo se debe emplear el género que nos ocupa, dice: “El masculino, puede emplearse para referirse a seres de ambos sexos” y que, desde el punto de vista lingüístico, “no hay razón para pensar que este género gramatical excluye a las mujeres en tales situaciones, simplemente todos son hombres y mujeres”. Cuando el hombre apareció en este continente o en la tierra se refiere al artículo -el hombre- que abarca a las mujeres, pero, jamás he escuchado alguna burrada que diga que la aparición de los hombres y las mujeres en la tierra.
Así que cuando escuchemos a la clase política hablar de “las y los”, lo menos que podemos hacer es echarles mentadas y recordarles que mediante los mexicanismos, aztequismos o modismos, México ha realizado extraordinarias aportaciones al idioma español con modismos como estos:
“Me lleva Pifas”, “adentro que hay mole de olla”, “aguanta vara”, “armar un pancho”, “como el perro de las dos tortas”, “de chile, mole y pozole”, “dejaste la víbora chillando”, “echarse un coyotito”, “hazme el paro/la balona”, “me estás dando el avión”, “me vale un reverendo cacahuate”, “no manches”, “no te rajes”, “no wey”, “ponte la del Puebla”, “¡Qué chido!”, ¡”Qué pelón está el cochi!”, “Te crees muy acá ¿no?”; “Ya ni la burla perdonas”. Querido lector y radioescucha ahora ya lo sabe, no haga el oso como lo hace la inepta e ignorante clase política azteca que rebuzna con el género “las y los” o “los y las”.