Niega Ucrania que contemple usar “bomba sucia” contra fuerzas rusas
Mundo martes 25, Oct 2022
“Excusa de Putin para el Armagedón”
- El Kremlin los acusa que planifica escalara la guerra, mientras Kiev lo tacha de pretexto
El terror nuclear resurgió en la guerra ruso-ucraniana. El ministro de Defensa del Kremlin, Serguéi Shoigú, mantuvo un inusitado despliegue de comunicaciones con Occidente al llamar a sus homólogos francés, británico y turco para trasladarles el temor a que el gobierno de Kiev esté fabricando una ‘bomba sucia’.
Según Shoigú, se trataría de un plan ideado como “provocación” para hacerla detonar en propio territorio de Ucrania y culpar del ataque a Moscú. Sin embargo, advirtió que un hecho así convulsionaría a la comunidad internacional, contribuiría a una “escalada” impredecible, pero definitiva, del conflicto y probablemente a una conflagración sin retorno.
Una ‘bomba sucia’ es un artefacto nuclear cuyo objetivo no consiste en causar la hecatombe de una explosión atómica, sino una destrucción más contenida mediante la dispersión de material radiactivo. Un infierno letal, en cualquier caso, para todas aquellas personas residentes en su área de acción y con consecuencias contaminantes a muy largo plazo. Algunos medios rusos explican que la fabricación está en su fase final y que ha sido encomendada a científicos del Instituto de Investigación Nuclear de Kiev, utilizando el uranio de las minas de Zhovti Vody, una ciudad de la región de Dnepropetrovsk que concentra los yacimientos del país.
Resulta extremadamente complejo discernir la veracidad de la denuncia de Moscú. La invasión de Ucrania se caracteriza por una guerra paralela de desinformación en la que participan Moscú y Kiev, pero también Estados Unidos y el Reino Unido, los cuatro actores que suministran informes prácticamente a diario. En el tramo actual de la contienda, en el que se habla del ‘fantasma nuclear’, con alarmante asiduidad, Shoigú recurrió ayer ante los ministros de Defensa europeos a la teoría de la «provocación» ucraniana, enmarcada en una «tendencia constante a la intensificación descontrolada» que está adoptando la guerra.
Pero tampoco es menos cierto que la amenaza de una ‘bomba sucia’ representa un argumento de doble sentido: Kiev respondió a Shoigú que sus acusaciones son “mentiras peligrosas y absurdas” que constituyen un “pretexto” para que el Kremlin pueda considerarse libre de emplear una bomba atómica de baja intensidad contra el Ejército ucraniano, más ahora que la contraofensiva ha ganado terreno en las regiones ocupadas.
Segunda llamada a Estados Unidos
Sea como fuere, la multiplicación de llamadas del ministro ruso a los gobiernos occidentales resulta inédita. Aparte de sus colegas francés, británico y turco, Shoigú conversó con el secretario de Defensa de EU, Lloyd Austin; la segunda vez en tres días. En la anterior, celebrada el viernes, los dos hablaron sobre la contienda y acordaron “mantener los canales de comunicación abiertos”.
La probabilidad de que apareciera el término ‘bomba sucia’ es algo que algunos observadores internacionales manejaban desde que la crisis bélica entró en un ángulo nuclear, entendido como un factor al alcance de varias manos capaz de llevar la guerra a un nuevo y terrorífico escalón. La división era palpable entre los analistas, que se debatían entre creer que la alarma de Moscú puede ser real o solo una cortina de humo. Ben Wallace, ministro de Defensa británico, refutó la hipótesis de una ‘bomba sucia’ en manos de Ucrania.
Ucrania y Reino Unido refutan la afirmación rusa
Por su parte, el ministro de Defensa de Reino Unido, Ben Wallace, refutó las afirmaciones de su homólogo ruso, Sergei Shoigu, de que Ucrania planeaba escalar el conflicto con la ayuda de los países occidentales.
Shoigu hizo las acusaciones en una llamada con Wallace, que el Ministerio de Defensa del Reino Unido dijo que se realizó a pedido del Ministerio de Defensa de Rusia. Wallace advirtió a Shoigu que “tales acusaciones no deben usarse como pretexto para una mayor escalada”, según un comunicado del ministerio. Wallace “observó que ambos ministros fueron profesionales y respetuosos en la llamada”, agregó el comunicado.
Shoigu advirtió a Wallace de sus preocupaciones de que Ucrania usaría una “bomba sucia” contra Rusia, según un comunicado del Ministerio de Defensa ruso. El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, rechazó con vehemencia la sugerencia de que su país usaría una bomba de este tipo, un arma que combina material radiactivo con explosivos convencionales.
“Las mentiras rusas acerca de que Ucrania supuestamente planea usar una ‘bomba sucia’ son tan absurdas como peligrosas. En primer lugar, Ucrania es un miembro comprometido del TNP (tratado de no proliferación nuclear): no tenemos ‘bombas sucias’ ni planeamos adquirir ninguna. En segundo lugar, los rusos a menudo acusan a otros de lo que ellos mismos planean”, tuiteó Kuleba.
Ataques masivos de Rusia golpean la red eléctrica de Ucrania
Rusia lanzó un “nuevo ataque masivo” contra la red energética de Ucrania, según declaró el presidente ucraniano Volodímir Zelenski.
El mandatario añadió que los ataques eran de una escala “muy amplia”, afectando a regiones del oeste, centro, sur y este de Ucrania.
En un discurso nocturno, Zelenski dijo que se había restablecido el suministro eléctrico en muchas zonas donde se había cortado por la ofensiva rusa.
Las autoridades ucranianas habían informado el sábado que casi 1,5 millones de hogares se habían quedado sin electricidad.
Zelenski agregó que la mayoría de misiles y aviones no tripulados rusos estaban siendo derribados y que esos ataques no detendrían el avance militar ucraniano.
“Por supuesto, aún no tenemos la capacidad técnica para derribar el 100% de misiles y drones de ataque rusos. Llegaremos a ello gradualmente con la ayuda de nuestros socios. Estoy seguro de ello”, dijo el líder ucraniano en un mensaje televisado.
Se estima que casi un tercio de las centrales eléctricas y otras instalaciones de generación de energía de Ucrania han sido destruidas en una oleada de ataques aéreos desde el lunes de la semana pasada. Las zonas afectadas por los últimos ataques incluyen la región de Cherkasy, al sureste de la capital, Kyiv, y la ciudad de Khmelnytskyi, más al oeste.
También se registraron ataques aéreos e interrupciones del suministro eléctrico desde Odesa, en el sur, hasta Rivne y Lutsk, en el noroeste. El operador nacional de electricidad, Ukrenergo, informó que los ataques podrían haber causado más daños que los intensos bombardeos de principios de mes.
Zelensky dijo que el sábado se habían lanzado 36 cohetes contra objetivos ucraniananos, la mayoría de los cuales habían sido derribados. El teniente de vicealcalde de la ciudad occidental de Lviv, Serhiy Kiral, declaró el sábado a la BBC que la estrategia de Rusia consistía en dañar las infraestructuras críticas antes del invierno y llevar la guerra a zonas más allá de la línea del frente. “Cuanto más éxito tengan las fuerzas armadas ucranianas en el frente, peor será para la gente en el frente interno, porque Rusia va a hacer todo lo posible para atacar a los civiles y a las infraestructuras críticas”, dijo en una entrevista con el programa de radio Newshour.
Presa, en la mira
La semana pasada, Zelensky acusó a Rusia de plantar minas en una presa hidroeléctrica en la región de Jersón, en el sur de Ucrania, que está bajo control de las fuerzas de Moscú. El presidente añadió que si se destruye la central hidroeléctrica de Kakhovka, cientos de miles de personas estarían en peligro de inundación. Rusia ha negado que planee volar la presa y acusó a Ucrania de disparar misiles contra ella. La presa puede proporcionar a Rusia una de las pocas rutas que quedan para cruzar el río Dniéper (llamado Dnipro por los ucranianos) en la región de Jersón, parcialmente ocupada.
Miles de civiles han abandonado la ciudad de Jersón en los últimos días ante el avance de las fuerzas ucranianas.
El sábado se dio a conocer una nueva directiva de las autoridades rusas de ocupación, en la que se renueva su llamamiento a los civiles para que se marchen “inmediatamente”.
El traslado o la deportación de civiles por parte de una potencia ocupante de un territorio ocupado se considera un crimen de guerra. En septiembre, las Naciones Unidas declararon que ya existían acusaciones creíbles de deportación forzada de niños ucranianos desde zonas ocupadas por Rusia.
El embajador de Rusia ante la ONU, Vasily Nebenzia, dijo que las acusaciones eran infundadas.
Mientras tanto, las fuerzas armadas ucranianas afirmaron que las tropas rusas habían abandonado el sábado dos pueblos -Charivne y Chkalove- en la región de Jersón. La afirmación no ha sido verificada de forma independiente.
Al otro lado de la frontera, en la región rusa de Belgorod, el gobernador local dijo que dos personas habían muerto en bombardeos ucranianos.
Rusia destruye más de 100 mil toneladas de combustible para cazas
Mientras tanto, el ejército ruso anunció que un bombardeo sobre la región ucraniana de Cherkasi, en el centro-este del país, se saldó con la destrucción de un depósito con “más de 100 mil toneladas” de combustible.
El ataque tuvo lugar concretamente en la población de Smela, según hizo saber este domingo el portavoz del Ejército, general Igor Konashenkov, en declaraciones recogidas por Interfax.
Asimismo, Konashenkov informó de la destrucción, en la localidad de Alekseyevka, región de Dnepropetrovsk, de una instalación de almacenamiento de petróleo con combustible diésel para equipos militares de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Otros cinco depósitos de municiones de las Fuerzas Armadas de Ucrania también han sido destruidos en varias regiones, junto a seis proyectiles del sistema estadunidense de cohetes de lanzamiento múltiple HIMARS y un misil anti-radar HARM cerca de la región de Jersón, en el este del país.