La reforma política-electoral va
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 24, Oct 2022Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- El árbitro electoral, a consulta y debate, para mejorar
- Reforma electoral busca reducir costo de la democracia: Mier
No hay duda, la cuenta regresiva para el próximo gran debate en el Legislativo ha iniciado y el Congreso de la Unión se apresta a la construcción de una nueva reforma política-electoral. Para el partido en el gobierno, llámese Morena, la intención es ciudadanizar al Instituto Nacional Electoral; hacer menos cara la democracia; y terminar con viejas prácticas como los fraudes electorales, la compra de votos y lucrar con la pobreza a través de dádivas.
El debate apenas inicia, pero por lo pronto se visualiza una gran coincidencia entre los diferentes grupos parlamentarios donde se habla de continuidad del INE. Reformarlo sí, pero no desaparecerlo, que sea menos oneroso y que como árbitro haga cumplir al pie de la letra la norma electoral, donde todos los actores participantes cumplan a cabalidad las reglas de la democracia, con rendición de cuentas y transparencia en todos los procesos que dan vida a la participación ciudadana en tiempos electorales.
“Los integrantes de Juntos Hacemos Historia buscan una verdadera democracia para terminar con los fraudes electorales, la compra de votos y lucrar con la pobreza a través de dádivas”, señaló en un comunicado el coordinador del Grupo Parlamentario de Morena, Ignacio Mier Velazco, al hablar en parte de los propósitos que buscarán consensuar para la construcción y presentación definitiva de una iniciativa de reforma sobre el tema.
No hay duda, antes del año electoral rumbo a las elecciones presidenciales de 2024, habrá un nuevo INE y, aunque existen voces encontradas en este tema, eso nos da un indicador certero de que en el tema electoral y su arbitraje hay mucho por hacer, por corregir, por legislar, por debatir, por consultar, por mejorar.
Tampoco hay duda de que el INE es sinónimo de avance democrático, entonces, lo que México necesita es garantizar el libre sufragio para fortalecer nuestro de por sí incipiente sistema democrático, donde el cumplimiento de las reglas de juego sean parte de la cultura política de los aspirantes a algún cargo de elección, eso es lo que la mayoría debe pedir y no querer cancelar o querer desaparecer a la institución que funge como árbitro en los procesos electorales, porque no hay que olvidar que tanto el IFE y ahora INE son el resultado de las aspiraciones y luchas que otras generaciones de mexicanos iniciaron y se han ganado a favor de la causa ciudadana.
¿Hay que actualizarlo o renovarlo?, tal vez, pero desaparecerlo no parece ser la opción que piden o vislumbran millones de ciudadanos mexicanos, de ahí que un debate o una consulta sobre el tema es bienvenido, pues de lo que se trata es mejorar el funcionamiento del árbitro electoral. Que conste.
VA MI RESTO.- A poco más de treinta años de distancia de la creación del organismo electoral, del INE, antes IFE, se puede decir que el balance de su trabajo en general ha sido positivo y para quienes consideran que el árbitro ha cometido errores, pues la solución es tan simple como someter al organismo a una revisión práctica y de carácter legal, para corregir posibles fallas, para fortalecerlo como vigilante, para garantizar al ciudadano su participación en las urnas, para que los partidos políticos se sientan a gusto en la competencia, vamos, para que haya democracia transparente y con rendición de cuentas.
En fin, aunque lo del INE es sólo una parte de los que se busca en la reforma política-electoral, en opinión generalizada se considera que ese organismo ha seguido en evolución con resultados cada vez más eficaces, transparentes y de mayor credibilidad sin que eso quiera decir que funciona en la perfección, pero sí ha alcanzado la confianza ciudadana en la mayoría de sus actos y eso es un avance, así que cualquier debate, revisión, análisis o propuesta para mejorar las reglas y el trabajo del árbitro electoral siempre será bienvenido en el campo de la ciudadanía y hasta ahí, porque como veo doy.