Ciencia política
Alberto Vieyra G. viernes 21, Oct 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
El regresivo régimen del presidente Andrés Manuel López Obrador pasará a la historia como un gobierno que vomita la ciencia política y rinde culto a la política rupestre del encontronazo. Claro, desde la Presidencia de la República, AMLO marca la pauta de esa insana política rijosa y peleonera, que tiene como finalidad dividir y enfrentar a los mexicanos, ya sea en tiempos electorales o cualquier otro, como era la tesis del emperador romano Julio César de “dividir para vencer”. ¿Qué se entiende por ciencia política?
Los estudiosos sostienen que la ciencia política es una ciencia social que estudia la teoría y práctica de la política, los sistemas y comportamientos políticos. En otras palabras, estamos hablando de que la ciencia política es el arte para sumar voluntades, conciliar y vivir civilizadamente con todos los grupos sociales de la República, sin importar su ideología, credo y sin distinción de razas para evitar el enrarecimiento de la paz social.
¿Usted le ve alguna virtud al régimen amlista en materia de ciencia política?
Yo, no. Por más que se la busco. La ausencia de ciencia política en este régimen ha dado como resultado la agudización de la ingobernabilidad y el vacío de poder en un gobierno que privilegia la mentira, la simulación, el estado de derechueco, la falta de seriedad en la institución presidencial y el vacío del poder por no poder. El Presidente se pelea todos los días con todo el mundo desde Palacio Nacional y para ello, utiliza en las mañaneras todas las herramientas del poder del Estado para linchar, denostar y ultrajar a cualquier mexicano que no piense igual que él. Otro tanto, hacen la mayoría de los politicastros que conforman el gabinetazo de AMLO. Es el caso de un rijoso y pendenciero de callejón llamado Adán Augusto López, una vieja “corcholata” que desconoce la ciencia política y que para colmo quiere ser Presidente de México. ¡Ni lo mande Dios!
Bueno, pues ese politicastro tabasqueño de mecha corta es el que cobra como titular de Gobernación que es la institución que debe procurar que impere la paz social entre los mexicanos, es decir, que la Iglesia está en manos de Lutero. Esta semana, se peleó con los gobernadores de Nuevo León, Samuel García; de Chihuahua, Maru Campos; de Jalisco, Enrique Alfaro; y de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez, a los que acusa de ineptos que han llevado a sus entidades a “un baño de sangre” y hoy rechazan la militarización del país.
Pero, como cae más fácil un hablador que un cojo, la última encuesta del Inegi en materia Seguridad Pública Urbana, deja muy mal parado a Adán Augusto y al partido del Presidente, pues más de media docena de estados gobernados por Morena figuran en primerísimo lugar entre los más inseguros del país y pare oreja porque ahí le van:
Colima, con Indira Vizcaíno con un 74.1 por ciento; Zacatecas, con David Monreal 50.9; Baja California, Marina Ávila con un 48.1 por ciento; Sonora, Alfonso Durazo 36.5 por ciento; Michoacán, Alfredo Ramírez con 36.1 por ciento; Morelos, Cuauhtémoc Blanco con 35.5 por ciento; Guerrero, Evelyn Salgado con 24.6; Mara Lezama de Quintana Roo, con 21.9 por ciento. Del PAN, figuran Chihuahua, con Maru Campos con 34.4 por ciento y Guanajuato, con Diego Sihue, con un 33.4 por ciento.
Y los municipios más infernales son: A la cabeza de la lista se encuentra Fresnillo, Zacatecas, cuyo nivel de desconfianza entre su población es de 94.5 por ciento; le siguen Irapuato, Guanajuato, con 91.3 por ciento; Naucalpan, Estado de México, con 90.8 por ciento y Zacatecas capital con 90.7 por ciento.
¿Verdad que dan ganas de mandar a la nocturna a esos politicastros ineptos, rijosos y peleoneros?