Desigualdad, pobreza y hambruna en el mundo
Luis Muñoz miércoles 19, Oct 2022Segunda vuelta
Luis Muñoz
El domingo 16 de octubre se conmemoró el Día Mundial de la Alimentación, que año con año promueve la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) con el claro objetivo de disminuir el hambre en el mundo, propósito que también busca la Agenda 2030 con su meta de hambre cero.
Sin embargo, a 23 años de haberse instituido el Día Mundial de la Alimentación, el mundo sigue padeciendo el flagelo del hambre, la desigualdad y la pobreza, pese a los esfuerzos por evitar que esta crisis se profundice aún más.
Hoy en día, la humanidad enfrenta a una situación difícil de la que México no está exento. El regreso a la “nueva normalidad”, con el virus de la Covid-19 aún presente, no ha sido fácil: El costo de los insumos agroindustriales aumentó y de paso impactó en el precio de los productos.
Aunque la FAO dice que se ha avanzado bastante en construir un mundo mejor, la realidad es que mucha gente se ha quedado atrás en su derecho a una alimentación sana y eso repercute directamente en su salud.
Para especialistas en el tema, el tiempo se agota y es apremiante realizar un esfuerzo para ser más sostenibles en nuestras acciones diarias, reduciendo el desperdicio de alimentos, creando conciencia acerca de una nutrición sana y equilibrada, con el objetivo de llegar a la meta “hambre cero”. En 2020 se hizo un llamamiento mundial a la solidaridad para conseguir que los alimentos saludables llegaran a todos los rincones del planeta, especialmente a los lugares más desfavorecidos y más dañados por la crisis de la Covid-19.
En México podría complicarse por el anuncio del gobierno federal de dar vía libre a la importación de alimentos sin ninguna restricción sanitaria.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dejó a un lado el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) que tiene entre sus atribuciones prevenir la introducción al país de productos contaminados que afecten la salud de la gente. Según datos de la FAO, se estima que en el mundo 672 millones de adultos y 124 millones de menores son obesos y 40 millones de niños menores de 5 años tienen sobrepeso.
Esto se debe principalmente a un cambio en la dieta de las personas, sobre todo de aquellas que residen en las ciudades.
En otras regiones del mundo la situación es dramática. La gente sufre hambruna, pobreza, guerra, enfermedades; hay muchos factores que pueden alterar drásticamente lo que comemos. De acuerdo a la BBC, en circunstancias extremas las personas desesperadas pueden recurrir a comer barro, frutas de cactus, flores, ratas, huesos desechados o pieles de animales para mantenerse con vida.
El hambre severa, la mala alimentación y la desnutrición son un desafío cotidiano en muchas partes del mundo y su escala es verdaderamente gigantesca. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU afirma que “hasta 828 millones de personas se acuestan con hambre cada noche” y “345 millones enfrentan inseguridad alimentaria aguda”.
Testimonios recabados por la BBC de personas de diferentes partes del mundo que han experimentado hambre extrema, revelaron que durante los dos últimos años han estado comiendo huesos y piel desechados por los carniceros locales.
La ayuda que a veces reciben es poca, y a veces ni eso. Hay familias que sobreviven con un presupuesto diario de apenas 4 dólares.
En México, el Senado de la República exhortó a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) a redoblar esfuerzos para poner en marcha programas de apoyo para pequeños productores rurales, a fin de mejorar las siembras del ciclo otoño-invierno que inició este mes de octubre y termina en marzo de 2023.
Con ello, legisladoras y legisladores, aseguran, beneficiará a las familias mexicanas, pues podrán adquirir alimentos frescos, saludables y a un precio justo.
Por una ciudad sostenible
La Comisión Agenda 20-30 del Congreso capitalino llevó a cabo el primer conversatorio “Unidos por una CDMX Sostenible”, en el cual se recogieron observaciones de expertos y organizaciones sociales para enriquecer el trabajo legislativo encaminado a alcanzar los Objetivos planteados por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El diputado Aníbal Alexandro Cañez Morales, presidente de la comisión, indicó que este espacio es fundamental para entender el papel de la capital en los esfuerzos mundiales para enfrentar los retos de sostenibilidad que involucran todas las esferas de la vida pública en los ámbitos locales y globales.
Dijo que entre la labor de esta comisión está la socialización de la importancia de los ODS y la construcción de políticas públicas con esa perspectiva, tomando en cuenta a todos los actores implicados: gobiernos, empresas y sociedad civil. “Esta responsabilidad está más allá de las ideologías políticas”, mencionó el congresista.
Se expusieron diversas posturas en torno a la erradicación de la pobreza; sostenibilidad empresarial; educación ciudadana; movilidad sostenible; seguridad alimentaria; presupuestos; igualdad y justicia.