El berrinche que saldrá caro
¬ Luis Ángel García lunes 17, Oct 2022Por la Derecha..!
Luis Ángel García
La decisión presidencial de aceptar a regañadientes la renuncia de Tatiana Clouthier a la Secretaría de Economía y la abrupta salida de la subsecretaria Luz María de la Mora, negociadora en el conflicto con Estados Unidos y Canadá en temas del T-MEC, habla del irascible carácter del inquilino de Palacio Nacional, quien se niega a escuchar voces y criterios diferentes, a pesar de la crítica constructiva que la propia Elena Poniatowska le hizo al Presidente para que reconociera que es un ser falible, como cualquier humano y que es bueno aquilatar que otros también pueden tener la razón.
Seguramente, la tía Tatis fue incorporada al gabinete como un gesto incluyente del mandatario, un mensaje a la derecha de que también tenían cabida en el proyecto de la 4T, más que por las habilidades políticas o negociadoras de la hija de Maquío. Y la nueva funcionaria se la creyó. Pensó que podía establecer una verdadera política pública en materia económica, pero con el tiempo se dio cuenta de que, parafraseando a Luis Echeverría, las finanzas nacionales se manejan desde Palacio Nacional y que había gente más cercana al tabasqueño, cuya influencia pesaba en el ánimo presidencial.
Sin experiencia en temas globales y guiado por su instinto, su capricho, el rencor a lo neoliberal y el odio a los empresarios, tomó determinaciones que afectaron la inversión extranjera y violaron cláusulas del Tratado de Libre Comercio con nuestros vecinos americanos y canadienses. Con certeza, la sinaloense visualizó que en un futuro no muy lejano se deterioraría la relación con nuestros socios comerciales, vendrían los reclamos y las millonarias sanciones.
Pero lejos de escucharla, el Presidente se empecinó en favorecer el monopolio energético de la CFE, alentar el uso de las energías sucias y bloquear las inversiones privadas, sobre todo las extranjeras. Para cereza del pastel, en Palacio se escuchaba más al canciller -quien ha querido desaparecer la Secretaría de Economía, para que sus atribuciones pasen a Relaciones Exteriores-, que a la responsable de las negociaciones con los otros gobiernos. En un acto de contrición, la tía Tatis valoró su permanencia en el gobierno y optó por su salida.
Acto que molestó mucho al mandatario, acostumbrado a la obediencia absoluta de sus lacayos y quien decide cuándo deshacerse de los empleados. Ante la insistencia digna de la secretaria, no tuvo más remedio que aceptar la dimisión. Pero eso no se iba a quedar así, por ello el desplante de rechazar el abrazo de la ex colaboradora, había que exhibirla como escarnio y ejemplo para quienes quisieran seguir el camino de la desobediencia.
Pero no sólo eso, corrieron a la negociadora de la Mora para imponer al hijo del subsecretario de Gobernación, joven sin experiencia en los asuntos comerciales internacionales, pero con preparación académica -por cierto, ¿no que quienes estudiaban en el extranjero, el presidente dix, sólo aprendían a robar? -, en Barcelona.
La lectura es clara, el mandatario no cambiará el rumbo de su política económica, basada en un nacionalismo trasnochado que le saldrá muy caro al país. Nos iremos a los paneles internacionales para dirimir la controversia comercial y, como lo preveía seguramente la tía Tatis, perderemos a mediano plazo el pleito y tendrá que pagar la próxima administración algo así como 100 mil millones de dólares. Un berrinche muy caro para el país.
Solo por no dejar: El gobierno nos trata como niños y hemos dado pretexto para ello. La cancillería anunció que la Guardia Nacional irá a Qatar a cuidar a los aficionados mexicanos que apoyarán a la selección nacional en el Mundial de Futbol. Parece que no hemos madurado y las autoridades prevén un comportamiento casi de hooligans de los compatriotas que tuvieron recursos para asistir a los estadios árabes. ¿No hacen más falta esos policías aquí, donde se vive una crisis de seguridad, que andar de niñeras?