Los López
Alberto Vieyra G. jueves 13, Oct 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón se sentía todo un seductor de la Patria. A los mexicanos de aquel tiempo les metió la idea de que él era el salvador de la República. Los engañó de punta a punta. Se lo creyeron y fue así como se convirtió en 11 veces Presidente de México, aunque haya sido por periodos cortos que equivalen a un sexenio.
Antonio López de Santa Anna era de esos politicastros mercenarios del poder. Durante algunos periodos era conservador y durante otros era liberal. Era como el aire que va y viene.
Su segundo exilio lo pasaría en empedernidas apuestas de gallos en Colombia. Hasta allá lo irían a traer los politicastros de aquella época para que viniera a salvar la Patria.
Santa Anna de extracción jarocha, el llamado 15 uñas se proclamaría como su “alteza serenísima”. Era víctima de una terrible neurosis que lo convertía por momentos en un ogro. Desde los 29 años descubrió que era impotente sexual, eso le trajo horribles resentimientos contra las mujeres. Pero mucho más odio vomitó cuando después de la Guerra de Los Pasteles, en 1839, los perros exhumarían la pierna que perdió en una batalla en Veracruz. Ninguna autoridad intervino para evitar que los canes se dieran un festín en el panteón de Santa Paula, en la colonia Guerrero, y eso lo llenó de odios que se manifestaron cuando en 1847, le abrió el zaguán al ejército norteamericano y lo condujo hasta la capital del país en aquella guerra Estados Unidos-México, en la que la nación azteca fue descuartizada por el tío Sam, perdiendo 2 millones 547 mil 242 kilómetros cuadrados de nuestro territorio original que tenía la forma de un cuerno de la abundancia, solo que los gringos se quedaron con la abundancia y a los mexicanos nos dejaron el puritito cuerno.
¿Por qué hago historia? Mire usted.
Casi dos siglos después, vemos en la escena política nacional a otro López enfermo también, pero sobre todo mentiroso y lleno de odios con los cuales divide y enfrenta todas las mañanas desde Palacio Nacional a los mexicanos. Y con engaños, igual que Santa Anna, el otro López nos sale hoy con la novedad de que su “alteza pequeñísima”, salvó a la República con su llegada al poder, toda vez que México estaba al borde de un estallido social porque estaba virtualmente hundido y vuelve a echarles la culpa de su desgracia e ineptitud a los conservadores y no cesa en su empeño de exhibirlos como el enemigo público número uno de los mexicanos. Otra mentira de a kilo del presidente AMLO. Hasta los niños saben que en la nación azteca estábamos mejor, cuanto estábamos peor. Había un Seguro Popular con medicamentos para más de 20 millones de mexicanos de bajos recursos, no había la mortandad que hemos padecido por el coronavirus y por la negligencia criminal de un gobierno que ni fu ni fa, ni fa ni fu. México no estaba dividido y enfrentado como hoy con López Obrador, en cuya era vivimos las peores masacres y la paz social está rota como en tiempos de la Revolución Mexicana.
No, mire usted, el estallido social lo estamos viendo en este aberrante sexenio. ¿No le dará vergüenza a AMLO las macabras escenas de colgados en Zacatecas, los fusilamientos en Michoacán, las masacres en Guerrero, Tamaulipas, Jalisco y tal y tal? Y eso que hoy el Ejército y la pomposa Guardia Nacional dizque son los garantes de la paz social en México.
Como Santa Anna, López Obrador sigue sin agarrar al toro por los cuernos y culpando de todas sus desdichas a los conservadores. Si López Obrador sabía que el país estaba al borde de un estallido social, pa´qué se metió en terreno barrido. ¿Para decirnos que hoy es el salvador de la Patria y el día en que él se vaya le vamos a llorar y le vamos a pedir encarecidamente que regrese al poder porque no hay politicastros capaces de gobernar a la nación azteca? ¿Será que sus males le están causando cada vez más estragos y los mexicanos estamos pagando los platos rotos como en tiempos de Santa Anna?