Sigue la violencia, pero AMLO dice que no cambiará de estrategia
Miguel Ángel Rivera viernes 7, Oct 2022Clase Política
Miguel Ángel Rivera
En abril de 2018, en Colima, como parte de su campaña para llegar a la Presidencia de la República, el todavía precandidato Andrés Manuel López Obrador demandó al entonces primer mandatario, Enrique Peña Nieto, que llamara a cerrar filas a todo el gabinete de Seguridad del gobierno federal y asumiera su responsabilidad, no desatender, ni delegar a los funcionarios la atención al problema de la inseguridad y la violencia.
Un poco antes, en enero del mismo año, el precandidato a la Presidencia de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena-PT-PES), se comprometió a pacificar el país en tres años.
“Yo voy a conseguir la paz, ese es mi compromiso, voy a conseguir la paz y voy a terminar con la guerra, no vamos a continuar con la misma estrategia que no ha dado resultados… A mitad del sexenio ya no habrá guerra”, indicó. El precandidato se comprometió a pacificar el país en tres años.
Esa promesa la formuló durante un mitin realizado en Izamal, Yucatán, en donde aseguró que “es muy grave lo que sucede en cuanto a inseguridad y violencia; tengo el compromiso de enfrentarlo”.
Ante aproximadamente 2 mil personas, dice la nota de El Financiero, reunidas en una plaza pública de ese municipio yucateco, López Obrador aseguró que “en muy poco tiempo comenzarán a reducirse los índices delincuenciales que azotan al país”.
Añadió que “conforme se vaya dando el crecimiento económico en el país y a medida que éste se vaya consolidando, habrá mayor generación de empleos, lo que nos irá dando oportunidad de aplicar los programas de desarrollo social y con ello va a ir bajando la delincuencia”.
Ya convertido en Presidente, López Obrador se comprometió a que en seis meses habría resultados en seguridad gracias a la implementación de los programas sociales de su gobierno.
En su tradicional conferencia matutina, desde Veracruz, el mandatario dijo que este año unos 20 millones de mexicanos serán beneficiados con alguno de las ayudas de su administración. Señaló que dando apoyo a los jóvenes se van a “dejar sin bases a las bandas de delincuentes” pues el crimen organizado ya no podrá engancharlos.
Además de esto, dijo, habrá más presencia de elementos federales gracias a la creación de la Guardia Nacional, pues antes, el Presidente sólo contaba con 10 mil elementos de la Policía Federal para actuar contra el crimen organizado.
AMLO puso fecha para la pacificación del país
Luego de su promesa de campaña de pacificar al país en tres años, el presidente López Obrador inclusive puso fecha para alcanzar tan anhelada meta: el 1 de diciembre de 2020.
Este nuevo compromiso lo expresó en otra de sus mañaneras, la del 15 de enero del mismo año, 2020.
Esto fue resultado de una entrevista-debate que sostuvo con el periodista Jorge Ramos, quien puso de manifiesto los altos índices de criminalidad que se registraron en el país durante el primer año de mandato del político de Macuspana.
En su defensa, el mandatario federal insistió en que su administración ha heredado este problema al cual se refirió como “un proceso de degradación progresiva”.
Pero Ramos le recordó su compromiso de controlar el tema de la criminalidad y dar resultados, a pesar de lo cual México aún está inmerso en una situación de violencia.
-Usted es el presidente con las peores cifras de criminalidad desde la Revolución. De diciembre de 2018 a noviembre de 2019, han sido asesinadas 34,579 personas, homicidios dolosos, homicidios violentos. Este año, el primer año de usted, es peor que cualquier año de cualquier otro, de Peña Nieto, de Calderón, de Fox, de Salinas, de Zedillo.
-¿Cuándo va a haber resultados?, ¿está dispuesto a cambiar su estrategia de seguridad?, ¿por qué no cambia a su gabinete de seguridad que no le ha dado buenos resultados?, reviró Ramos.
El Presidente recurrió a su socorrido recurso de responsabilizar a los gobiernos anteriores y mencionó a uno de sus personajes “negros”, el ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
El jefe del Ejecutivo aprovechó para dar cifras que supuestamente su política de pacificación empezaba a dar resultados. “En este asunto que es el más delicado, el que más nos ocupa, ya logramos detener la tendencia al alza de la incidencia delictiva”, subrayó, sin convencer a su interlocutor, quien lo emplazó a fijar un plazo para que se tengan datos que confirmen la tendencia a la baja.
Allí fue cuando el jefe del Ejecutivo se comprometió: “Pronto. El día primero de diciembre, Jorge, terminamos de sentar las bases de la transformación del país, este año van a haber resultados”.
Hace poco más de un mes, la víspera de rendir uno de sus numerosos mensajes a la nación, esta vez con motivo del cuarto aniversario de su toma de posesión, el presidente López Obrador hizo otras de sus declaraciones fallidas acerca del supuesto éxito de su política contra la violencia. Aseguró que desde el pasado 2021 “no se han presentado masacres en el país”, ya que las olas de violencia que se han vivido de manera reciente, sólo se trata de “enfrentamientos entre bandas”.
Al respecto, la nota de Cinthya González, publicada en el portal La Verdad acota:
“Cabe señalar, que tan sólo en un periodo que comprende de enero a junio de este 2022, se documentaron al menos 250 masacres en el país, por lo que la violencia mantiene sus niveles más altos en lo que va del sexenio de López Obrador,
“En ese sentido, se presume que el gobierno federal informará una disminución del 10% en homicidios dolosos durante los tres años de su gobierno, en comparación con sexenios anteriores, no obstante los más de 128 mil 152 homicidios perpetrados desde el pasado 1 diciembre de 2018 y hasta el 31 de julio de este año en curso, ya superan a las 121 mil 613 suscitados durante el mandato de Felipe Calderón, según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)”, agrega la referida información.
Pero no se necesita ir tan lejos. Apenas el martes pasado se registró un terrible ataque de una banda de delincuentes en San Miguel Totolapan, Guerrero, donde fueron asesinadas más de 20 personas, entre los que se encuentra el alcalde Conrado Mendoza y su padre, que también fue presidente municipal.
Al dar cuenta de la masacre, de nueva cuenta en la tradicional mañanera presidencial, el subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía Berdeja, atribuyó la masacre a la disputa entre grupos criminales, entre los que identificó a Los tequileros, dedicados al trasiego de amapola, secuestro, extorsión, homicidios y desapariciones en la región y en los que también participan una célula de La Familia Michoacana.
Sin tratarse de otra masacre, el panorama de violencia se completó con el reporte acerca del asesinato de la diputada local de Morelos, Gabriela Marín, que apenas asumió el cargo en julio anterior.
Además de que esos sucesos confirman el elevado nivel de violencia en muchas partes del país, también es de destacar la respuesta del presidente López Obrador, quien otra vez recurrió al pretexto de culpar a los gobiernos del pasado, sin recordar que ofreció terminar con el problema en tres años y que ya empezó su quinto año de gobierno.
Esos crímenes, dijo, son “fruto podrido de lo que sembraron durante muchos años” en sexenios pasados por la política neoliberal.
“¿No habrá cambio en la estrategia?”, le preguntaron los reporteros que asisten a sus conferencias.
“No, no, no, tenemos que seguir con lo mismo, porque están dando resultados. Claro que yo quisiera que no pasaran hechos tan lamentables como los de ayer, pero es fruto podrido de lo que sembraron durante muchos años y de las complicidades, componendas, acuérdense cómo se vinculó a la autoridad con la delincuencia.
“Nuestra estrategia es correcta y está dando resultados”, aseguró el defensor de la política de “abrazos, no balazos”.
En la mañanera de ayer se dio a conocer la renuncia de la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, quien reveló haber comunicado su decisión al Presidente desde el pasado 26 de septiembre.
En principio, circularon rumores en el sentido de que la renuncia pudo deberse a desacuerdo de la ahora ex funcionaria por la militarización del país, pero también podría ser porque no le gustó ser “florero”, pues no se le dio participación en asuntos que supuestamente correspondían a su dependencia.
El hecho es que el Presidente no le devolvió el abrazo cuando se despidió en Palacio Nacional.