Poder y odio
Alberto Vieyra G. martes 27, Sep 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
“La silla presidencial está embrujada, cualquier persona buena que se siente en ella se convierte en mala”. Era una de las frases del Caudillo del Sur, Emiliano Zapata Salazar, que también se le atribuye a uno de sus ideólogos, Genovevo de la O. ¡Cuánta razón tenían ambos, el poder presidencial transforma a los hombres!, sobre todo aquellos que tienen en primer lugar el defecto del orgullo que es el exceso de ponzoña de creerse superior a los demás y con todo el poder en sus manos.
Una de las manifestaciones primordiales del orgullo, la avaricia y la envidia, es el odio, un sentimiento profundo e intenso de repulsa hacia alguien que provoca el deseo de producirle un daño o de que le ocurra alguna desgracia a sus críticos y opositores.
En nuestros días vemos ese ponzoñoso odio encarnado en la figura presidencial, cuya perorata tiene como objetivo fundamental dividir a los mexicanos, utilizando a la clase política y haciéndola ver como enemiga pública número uno de los mexicanos. Lo malo es que muchos ingenuos compatriotas creen ciegamente en esa mentira y hasta se dan el lujo de asegurar que “AMLO es el mejor presidente que ha tenido la nación azteca”, sólo porque otorga dádivas a hombres y mujeres de la tercera edad los que, según él, son los mexicanos más ignorantes y a los cuales se deben los votos que lo tienen a él en la Presidencia de la República, tema éste del que le hablaré en capítulo aparte.
Desde que arribó al poder en el 2018, AMLO ha utilizado todo el poder del Estado mexicano, a través de los medios de comunicación del gobierno para envenenar y enrarecer el ambiente político y social con el único fin de dividir para vencer, como era la tesis del emperador romano Julio César. Esa infame estrategia le ha dado resultados para mantenerlo bien posicionado en la preferencia de sus adictos, a los cuales les agrada mucho que AMLO les dé hasta por debajo de la lengua a sus enemigos, a los que identifica cotidianamente como “conservadores fifís”.
Cuando naufragó su iniciativa de ley para reformar la industria eléctrica nacional, exhibió públicamente a 223 diputados de la oposición como “traidores a la patria” o “enemigos del pueblo”, al que él dice encarnar como la pureza democrática y política de México.
Y después de que, en la semana pasada naufragó en el Senado su “iniciativa”, no de la diputada Yolanda de la Torre, exhibió a 21 senadores como enemigos del pueblo que se oponen terminantemente a que se le otorguen poderes excepcionales al Presidente de la República para militarizar a México por lo menos hasta el año 2028. Con esa justificación absurda, anunciaría el pasado viernes que sometería la propuesta a una consulta popular, hecha por la Secretaría de Gobernación y no por el INE, pues de lo que se trata, según AMLO es de “ahorrar dinero” en la era de la austeridad republicana que él compara con la de Benito Juárez.
Solo que hay un pequeño pero, el Presidente olvida que el artículo 35 constitucional establece que “no podrán ser objeto de consulta la restricción de los derechos humanos, la permanencia o continuidad del cargo de los servidores públicos de elección popular; la materia electoral, el sistema financiero, ingresos, gastos, el Presupuestos de Egresos de la Federación y la seguridad nacional, entre otras. Otra vez la adicción de AMLO hacia lo extralegal.
Y en lo extralegal rayan las 3 preguntas, una de ellas por cierto con faltas de ortografía y de sintaxis que plantea para la dichosa consulta con el fin de que el ejército permanezca en las calles hasta el 2028.
1.- “¿Estás de acuerdo con la creación de la Guardia Nacional y con su desempeño hasta ahora?
2.- ¿Consideras que las Fuerzas Armadas, el Ejército y la Marina, deberían mantenerse haciendo labor de seguridad pública hasta el 2028 o que regresen a sus cuarteles en marzo de 2024?
3.- ¿Cuál es tu opinión, que la Guardia Nacional pase a formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional o dependa de la Secretaría de Gobernación?”
Aunque usted no lo crea detrás de esa terquedad de don terquitas asoma el odio monumental contra sus opositores y todo con fines electoreros para las presidenciales de 2024.