¿Qué sí y qué no, en los temas de la consulta popular?
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 26, Sep 2022Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Ampliar presencia militar en las calles. Sigue el debate
Sigue creciendo la polémica en torno al tema de ampliar hasta 2028 la presencia del Ejército en las calles de México. Propuestas hay a favor y en contra, digamos que hay opinión dividida y conforme pasan los días las ideas al respecto, empiezan a coincidir que en este asunto exista una mayor consulta al respecto, pero esta coincidencia se vuelve a separar en cuanto se habla del formato para lograr un consenso.
Hay quienes hablan de un formato tipo parlamento abierto, donde se escuchen voces de especialistas en temas de seguridad pública, académicos, representantes populares y al mismo tiempo se evalúen resultados obtenidos en la estrategia de que los militares intervengan en asuntos de seguridad pública y para tal efecto se propone la realización de foros y reuniones regionales, donde se diseñen trajes a la medida a nivel nacional, estatal y en el ámbito de la municipalidad, con el Ejército pero con mando civil.
Por otro lado, desde el Ejecutivo se plantea un ejercicio dentro del esquema de democracia directa, en el que se apela a una participación amplia y plural de la ciudadanía y de acuerdo a una figura vigente en nuestra carta magna: La consulta popular.
Es de recordar que fue en 2014 cuando, mediante una reforma legislativa que avaló diversas modificaciones a nuestra Constitución, se inscribió la figura de Consulta Popular y a partir de entonces en el orden legal de los mexicanos se enmarca un nuevo escenario de participación política para la ciudadanía nacional, por lo que ahora los promotores de este ejercicio están obligados a cumplir una serie de requisitos como el hecho de obtener el 40% de votos del padrón electoral para que sus resultados sean vinculatorios, es decir requiere de casi 38 millones de sufragios para que la autoridad competente acate dichos resolutivos.
Hasta ahora, ambas propuestas han sido bien recibidas de uno y otro lado de los grupos de ciudadanos que se inclinan a favor o en contra de que permanezcan los militares en las calles por cuatro años más en apoyo de las estrategias de seguridad pública, aquí el tema es que en la segunda propuesta, la del Ejecutivo, hay dudas en cuanto la factibilidad de la realización de una consulta popular, ya que de entrada el tema parece estar sujeto a la interpretación del precepto constitucional.
Y es que, si bien es cierto que las consultas son instrumentos que pueden ayudar a encontrar o mejorar las políticas públicas sobre diversos temas, el caso que nos ocupa es un tema muy complejo y por sus características pareciera ser que este ejercicio no se debe ajustar al resorte de la participación ciudadana, ya que se habla de un tema de seguridad nacional, pero precisamente por esa complejidad correspondería a los especialistas en derecho constitucional fijar lo procedente para estos casos de controversia, donde suponemos la última palabra será apegada a criterios jurídicos y alejados de cualquier simpatía política e ideológica.
LAS CARTAS HABLAN.— Dos datos: 1) Las preguntas del Ejecutivo federal, en una hipotética consulta popular, son:
¿Estás de acuerdo con la creación de la Guardia Nacional y con su desempeño, hasta ahora?
¿Consideras que el Ejército y la Marina deberían mantenerse haciendo labor de seguridad pública hasta 2028 o que regresen a sus cuarteles en marzo de 2024?
¿Cuál es tu opinión, que la Guardia Nacional pase a formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional o dependa de la Secretaría de Gobernación o de Seguridad Pública?
2) La Ley Federal de Consulta Popular excluye del ejercicio de consulta popular cualquier propuesta que restrinja: los derechos humanos; la materia electoral; los ingresos y gastos del Estado; la seguridad nacional y la organización y disciplina de las Fuerzas Armadas. Además, este ejercicio está limitado a realizarse uno cada tres años.
VA MI RESTO.— Es probable que la consulta, tal como lo propone el Ejecutivo federal pudiera no prosperar por tratarse de un tema de seguridad nacional, lo que es un hecho es que, en el marco de una mayor participación ciudadana, los electores poco a poco nos estamos familiarizando con esta fórmula que, no hay duda, ya forma parte de nuestra cultura democrática: Consulta popular.
Ahora bien, no es la primera vez que, desde la reforma política de 2014, escuchamos propuestas para que se realice este ejercicio consagrado en nuestra Carta Magna, por ejemplo, en las elecciones intermedias de 2015, los partidos de Acción Nacional y de la Revolución Democrática hicieron planteamientos de mayor participación ciudadana. Los blanquiazules propusieron una consulta popular para elevar el salario mínimo en todo el país, en tanto que los del sol azteca pedían derogar la reforma energética. Ninguna de esas propuestas prosperó y fue hasta 2021 cuando, a propuesta de Morena, se realizó la primera consulta en un marco de las reglas constitucionales con el tema del enjuiciamiento a los expresidentes.
Entonces, no estaría mal que desde ahora vayamos revisando las propuestas que en materia de consulta popular se habrán de inscribir en el marco del proceso electoral de 2024 y pensar en votar sólo por aquellos temas que verdaderamente sean factibles en su realización, y hasta ahí porque como veo, doy.