La oposición y la unidad
¬ Augusto Corro lunes 26, Sep 2022Punto por punto
Augusto Corro
Llegó el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) al poder y la oposición política cayó en el letargo, Debido a lo maltrecho que quedó, se esfumaron sus victorias en las contiendas electorales; y en el Congreso de la Unión se libra un forcejeo entre partidos, con pequeños triunfos para los opositores.
Quizás, nunca como ahora se necesita que las organizaciones políticas de oposición busquen la unidad, como factor importante para enfrentar al lopezobradorismo. Esto urge por la importancia que representan las próximas elecciones estatales en 2023 y la presidencial en 2024.
Lo inmediato será resolver si la oposición va unida o cada quien por su lado, en la contienda para elegir al nuevo gobernador, que sustituya al priista Alfredo Del Mazo. Es importante que se analice a fondo esa situación, que parece ya decidida por Acción Nacional que podría participar con Enrique Vargas como candidato.
Los otros partidos, PRI y PRD, es posible que participen con sus respectivos candidatos. De ocurrir esta probabilidad, disminuirá considerablemente la fuerza de los partidos de oposición y se fortalecerá Morena, con su candidata Delfina Gómez. En fin, se trataría de que panistas, priistas y perredistas se pongan las pilas para darle un sentido más positivo a la unidad.
¿Usted qué opina amable lector?
Ayotzinapa
En la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014 se efectuó el secuestro de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero.
Desde esa fecha, los padres de jóvenes desaparecidos han luchan para que les devuelvan a sus hijos.
Las autoridades se empeñaron en informar con datos falsos que tienen confundida a la opinión pública.
En esos hechos participaron autoridades municipales, estatales y federales coludidas con la delincuencia organizada.
Decenas de personas, presuntamente implicadas, fueron detenidas y encarceladas; pero los jueces actuaron y ordenaron la libertad conforme a su criterio.
La verdad sobre lo ocurrido aquella noche en Iguala, Guerrero, y sus alrededores se convirtió en un enredo total.
La realidad es que nos jóvenes no aparecieron por ningún lado y las autoridades federales se empeñaron en elaborar su propia versión: La “verdad histórica”.
El gobierno federal actual se comprometió a investigar el caso de los normalistas de Ayotzinapa, pero aún no ofrece resultados.
Los padres de los normalistas desaparecidos, con justa razón, exigen justicia. Piden que les devuelvan a sus hijos.
Las autoridades encargadas de investigar se concretan a dar informes a medias, que se prestan a la especulación.
Para este aniversario de los hechos violentos en los que desaparecieron 43 normalistas, paradero se desconoce.
El caso de los jesuitas asesinados
El 20 de junio pasado, dos jesuitas y un guía de turistas fueron asesinados en la Sierra Tarahumara.
Sujetos de la delincuencia organizada mataron a balazos a los religiosos que intentaron defender a un hombre que era perseguido.
El hecho violento ocurrió en el interior del templo ubicado en el pueblo de Cerocahui, Chihuahua.
En el lugar perecieron los sacerdotes Javier Campos y Joaquín Mora, así como el guía de turistas, Pedro Palma.
A casi cien días de los homicidios, las autoridades siguen sin capturar al presunto asesino, conocido como José Portillo Gil (a) “El Chueco”, presunto líder de una célula del narcotráfico vinculada al grupo criminal de Los Salazar, asociado al Cártel de Sinaloa, en Chihuahua.
Debido a sus actividades ilegales, “El Chueco” tenía varias órdenes de aprehensión de años anteriores, pero se paseaba en la zona, sin ser molestado por la policía. Vivía beneficiado por la impunidad.
Portillo Gil también es señalado, desde el 2018, como el principal sospechoso del asesinato del estadounidense Patrick Braxton-Andrew al ser confundido con un agente de la DEA.
A raíz de los asesinatos de los jesuitas, las autoridades desplegaron una fuerza considerable de investigadores, para detener a “El Chueco” pero este continúa libre.