La militarización fue detenida, pero quedó abierta una rendija
Miguel Ángel Rivera jueves 22, Sep 2022Clase Política
Miguel Ángel Rivera
La militarización de México fue, en apariencia, el tema central del debate en la sesión de ayer del Senado, pero en realidad lo que estaba en juego era demostrar al presidente Andrés Manuel López Obrador que los legisladores de Morena y sus rémoras están decididos a hacer que se cumpla su voluntad.
Desde antes del arranque de la asamblea se sabía que las bancadas oficialista no sumaban los votos suficientes para aprobar una reforma constitucional —así fuera, como en este caso, un artículo transitorio— pues la defección del yucateco Raúl Paz (lástima de apellido) Alonzo no sirvió de nada al pasar del PAN a Morena.
En el intento de ganar voluntades se involucró personalmente el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) y coordinador de la bancada de Morena, Ricardo Monreal Ávila, quien intentó convencer a la oposición de deponer sus resistencias.
Ese mensaje de Monreal tenía un segundo destino: Palacio Nacional, cuyo principal inquilino ha marcado distancia respecto del senador zacatecano, a quien se ha negado reiteradamente a incluir en la lista oficial de “corcholatas”, como él mismo se encargó de apodar a los precandidatos de su partido a la Presidencia de la República. De hecho, el presidente López Obrador expresó abiertamente disgusto por las advertencias de Monreal en el sentido de que el traslado del control total de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) debería respaldarse con una reforma constitucional.
Como la llamada Cuarta Transformación no tiene los votos necesarios en ninguna de las cámaras del Congreso de la Unión para realizar modificaciones a la Carta Magna, el presidente López Obrador buscó la manera de dar la vuelta a ese obstáculo con cambios a las leyes reglamentarios, los cuales de inmediato fueron impugnados por la oposición y organismos de la sociedad civil, controversias que parecen en vías de ser validadas por la Suprema Corte de Justicia.
Monreal propone continuar el debate indefinidamente
Precisamente este riesgo para los cambios promovidos por el jefe del Ejecutivo fue comentado por Monreal en su exposición de ayer en el Senado:
“Díganme ustedes, retomando el hilo de la discusión y del debate, qué sucederá en la práctica si la Corte resolviera declarar inconstitucionales esas normas.
“Tendría que regresarse el control operativo y administrativo a la Secretaría de Seguridad Ciudadana; es decir, dejaría de tener efectos o anularía el control que ahora ejerce la Sedena sobre la Guardia Nacional, y al mismo tiempo de la resolución, más o menos en el mismo plazo, se llega, se concluye el que los soldados y los marinos regresen a los cuarteles.
“Nadie puede negar que se presentará una crisis profunda en materia de seguridad pública. Nadie puede negar, en su sano juicio, que va a haber un problema más grave y que los únicos que van a ganar son los delincuentes al no tener cuerpos policiacos que los combatan o los enfrenten.
“Cómo improvisar, en 16 meses, 18 meses, un cuerpo de élite como los soldados, con disciplina, adiestramiento, armas, cómo poderlo hacer o cómo poder deshacerse de lo que durante 26 años de manera inconstitucional se usó por los gobiernos anteriores, y digo se usó, al Ejército y a las fuerzas armadas.
“Nosotros no lo hemos hecho, por eso este quinto transitorio le otorgó constitucionalidad al actuar del Ejército; yo sí creo en el Ejército, creo en su honorabilidad, creo en que tenemos instituciones en las fuerzas armadas únicas, por eso tienen tanta aceptación en la ciudadanía y en el sector popular, por eso es una reforma oportuna, racional, sensata, previsora.
“Ahora bien, les hago una propuesta que la pueden formalizar o acordar las comisiones, demos tiempo a la discusión, más tiempo”. El zacatecano propuso en concreto regresar el dictamen y seguir la discusión pública para bien del país, “no queremos ocultar nada, actuamos con limpieza y actuamos con transparencia”.
Esta vez el llamado al diálogo no tuvo efecto. La oposición, incluidos los legisladores del PAN, PRI, PRD, MC y del llamado Grupo Independiente, se opuso y exigió votar de inmediato.
No vamos a morder el anzuelo, respondió el panista Damián Zepeda
El primero en rechazar la propuesta de Monreal fue el senador del PAN, Damián Zepeda Vidales.
“Con claridad y contundencia lo decimos, el día de hoy muere el intento de este gobierno de militarizar la seguridad pública en este país.
“Hoy aquí vamos a votar y hoy aquí lo vamos a rechazar porque es algo negativo para este país. Nosotros no mordemos anzuelos, nosotros defendemos a nuestro país”, dijo el legislador sonorense, quien enseguida sentenció: “El transitorio existe sólo por un motivo, porque se prometió y se puso en la Constitución que se iba a hacer un cuerpo civil, cuerpo civil que no existe, y lamento decir no va a existir en tanto sea Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador.
El independiente Emilio Álvarez Icaza destacó que “no es cierto que más soldados en la calle genere más seguridad, no es cierto eso. Al contrario, de 2006 al 21 se ha triplicado la presencia de los soldados en la calle y 2006 al 21 ha crecido casi cuatro veces los homicidios, no es cierto que más soldados en la calle es más seguridad”.
Luego, advirtió que “quienes voten a favor de esta reforma van a ser los responsables históricos de abrir la puerta en México a la vía militar, de abrir la puerta a la autocracia y de abrir la puerta a una grave amenaza a nuestra democracia”.
También se dirigió al secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval: “General, no aceptamos sus amenazas, es inaceptable el pensamiento totalitario que nos quieren imponer”. Esto en referencia al discurso del titular de la Sedena en donde criticó a quienes con sus comentarios “tendenciosos generados por sus intereses y ambiciones personales antes que los intereses nacionales, pretenden apartar a las fuerzas armadas de la confianza y respeto que deposita la ciudadanía”.
El punto culminante de la polémica lo puso el senador de MC, Clemente Castañeda, quien pidió a la directiva de la Cámara aclarar si es cierto que había una solicitud para retirar el debate la iniciativa de reforma al mencionado artículo transitorio constitucional.
Cuando recibió una respuesta negativa, Castañeda apuntó que que lo más sensato y lo más prudente para este Senado de la República es despejar por completo y de una vez por todas el fantasma de la militarización que ha impulsado el Presidente de la República y que “por eso le pedimos, le exigimos a la mayoría que el día de hoy concluyamos la discusión, que no se retire ninguna minuta, que vayamos a la votación y que le demos certidumbre al pueblo de México, de que nadie quiere militarizar al país”.
El tema de la propuesta de retirar la iniciativa para revisarla en comisiones y abrir un debate más amplio ocupó luego todo el tiempo de los senadores, pues a final de cuentas se descubrió que había dos documentos parecidos, pero uno fue rechazado porque no cumplía los requisitos legales.
Durante horas, los legisladores revisaron todos los artículos relativos de la Ley Orgánica y del Reglamento de la Cámara y discutieron si era válido o no retirar la iniciativa.
El que pasó momentos difíciles fue el presidente de la Cámara, el “moreno” Alejandro Armenta Mier, hasta que finamente pudo poner a votación si se aceptaba devolver la iniciativa a comisiones, lo cual fue aprobado por la mayoría oficialista integrada por Morena y sus satélites de PVEM, PES y PT.
En medio de tanta palabrería, quedó oculta la verdadera razón por la cual no se quiso votar la iniciativa: Si se hubiera procedido y, como resultaba evidente, no se lograba la votación calificada a favor, este tema no se podría presentar el resto del actual periodo ordinario de sesiones. Por eso, los legisladores de la llamada Cuarta Transformación maniobraron a fin de dejar abierta la posibilidad de negociaciones para asegurar votos suficientes para cumplir los deseos del presidente López Obrador de dar base constitucional a su deseo de dejar a cargo de la Sedena el control total de la Guardia Nacional.
El trámite se cumplió rápidamente y luego se usó como elemento de distracción presentar la agenda de las comparecencias de funcionarios públicos para la glosa del cuarto informe presidencial, que será una pasarela para las “corcholatas” presidenciables.