La democracia peligra
Alberto Vieyra G. jueves 22, Sep 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
La desenfrenada militarización de la nación azteca representa una latente y peligrosa amenaza contra la joven democracia. ¿Estamos en el lumbral de una nueva dictadura?
El 21 de septiembre, día conmemorativo del 201 aniversario de la Consumación de la Independencia Nacional fue otro día histórico para la nación azteca. En el Senado mexicano, el partido del presidente Morena estaba pariendo chayotes porque no completaba la mayoría calificada de 85 votos para aprobar un artículo transitorio a la Constitución para que el Ejército mexicano permanezca en las calles haciendo labores de policía, que no sabe y no le compete hacer, hasta 2028.
La rebeldía priista en el Senado amenazó con asestar un serio revés político y militar al Presidente de la República que de manera facciosa e impúdica manosea al Ejército como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, encomendándoles tareas que no les confiere la Constitución, pues de acuerdo con el artículo 21 constitucional, la seguridad pública del país es competencia de las policías que tienen carácter civil, como se supone que con ese espíritu nació la Guardia Nacional, pero que hoy, por las pistolas del Presidente, ya fue absorbida por la Sedena, asunto que pronto ventilará la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ante las inminentes acciones de inconstitucionalidad que exigirá las fuerzas políticas opositoras de México.
AMLO recurrió a una perversa estrategia de perdonarle la vida al jerarca nacional del PRI, Alejandro Moreno, para que éste no fuese desaforado ni mandado a la cárcel, a cambio de inconfesables prebendas que van desde los presupuestos para los gobernadores panistas y priistas en el país, millonarios cañonazos como suele ocurrir históricamente en México, usando para ello a los traidores que se exhiben ante los mexicanos como demócratas, pero que son viles mercenarios de la política nacional.
La estrategia del Presidente logró un primer objetivo: Debilitar la alianza Va por México que había jurado y perjurado no aprobar ninguna reforma constitucional que vaya en contra de la destrucción del país que está llevando a cabo López Obrador. Pero, cuando los jerarcas nacionales del PAN, Marko Cortés y del PRD, Jesús Zambrano, respectivamente, hablan de una “evidente complicidad entre el PRI y Morena”, se pronunciarían por hacer una pausa y esperar a que concluya en el Senado el trámite legislativo que le permita a López Obrador tener al Ejército haciendo labores de policía en las calles hasta el 2028.
Esto quiere decir, que si los senadores del PRI se fajan en el Senado la reforma constitucional en cuestión no pasaría, pero la permanencia de la alianza opositora PRI, PAN, PRD habría sufrido una considerable mella, ya que para el PAN y PRD habrá quedado el recelo de que “mujer y pistola que fallan una vez, fallan siempre”, a menos que hayan sido parte de la estrategia política para salvar a amlito Moreno.
En caso contrario, es decir que, si los traidores hacen alianza con los traidores, entonces la alianza Va por México quedará pulverizada y cada partido se rascará con sus uñas en las próximas elecciones de gobernador en Coahuila y el Edomex, que podrían formar parte de la negociación con el partido en el gobierno y sin faltar con miras a las elecciones presidenciales, cada chango iría a su mecate con muy pocas probabilidades de regresar a la Presidencia de la República, pero por lo pronto, el PRI ya le habría dado a López Obrador una patente de corso para que la gobernabilidad del país recaiga en el Ejército con un claro revés a la incipiente democracia mexicana que será usada en próximas elecciones federales solamente como un recurso para taparle el ojo al macho de que en México no gobierna el autoritarismo dictatorial.
¡Vaya momento tan peligroso que vive México!, pero no faltan quienes ante la desesperación que se vive en el país por una desenfrenada delincuencia, quieren que el Ejército siga en las calles, pero estamos ante un falso debate porque hasta hoy, el Ejército, junto con la Guardia Nacional, no ha podido o no ha querido poner orden en México.