Precandidatos y pasarelas
¬ Augusto Corro martes 20, Sep 2022Punto por punto
Augusto Corro
Las “corcholatas” o precandidatos presidenciales de Morena intensificaron sus campañas políticas. Para empezar, los aspirantes asisten a cuanto acto político son invitados. Además, no pierden la oportunidad de exponer sus logros pequeños o grandes que obtienen para beneficio de la comunidad, amparados en los cargos que desempeñan. Así, juntos o separados los “destapados” van a todas las pasarelas.
Se suponía que los actos de proselitismo rumbo a las presidenciales de 2024 iban a estar controlados por el Instituto Nacional Electoral (INE); pero vemos que no es así, las “corcholatas” viajan, asisten a cuanto acto les invitan en los estados y, en fin, poco o nada les importa confirmar que el dinero y el tiempo que gastan en sus campañas son actividades ilegales.
Quizás en el sentido económico, los aspirantes no realicen todavía una cuantiosa inversión para sus campañas, pero si es de llamar la atención, que en la responsabilidad del cargo que les encomendaron, sí se puede decir que no lo hacen al cien por ciento. Por ejemplo, la “corcholata” Claudia Sheinbaum, jefe del Gobierno de la Ciudad de México (CDMX), ¿cómo puede escaparse los fines de semana para promover su candidatura?”
Para gobernar la CDMX se requiere de una atención de tiempo completo. Son miles de problemas que se viven en una ciudad de millones de habitantes, que deben ser atendidos rápido, de otra manera, estallan en las manos y su solución se complica. ¿No sería mejor que Claudia Sheinbaum dejará el cargo para dedicarse de lleno a promover su candidatura?
La otra “corcholata”, Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores (SRE) también aprovecha cuanta oportunidad se le ofrece para hacerse propaganda. Ser titular de la SRE no es cualquier responsabilidad. ¿Este aspirante tiene tiempo para checar que su dependencia funciona a la perfección? ¿A quién le informa que su trabajo es óptimo y que cuenta con el tiempo suficiente para participar en la campaña política?
Y la tercera “corcholata”, Adán Augusto López, secretario de Gobernación, ¿tiene la capacidad probada de desempeñarse en una dependencia tan compleja que requiere atención casi las 24 horas del día? ¿Cómo le hace el funcionario tabasqueño para resolver tantos conflictos que a diario le llevan a su oficina? ¿Quién califica su trabajo?
Sin duda, las tres “corcholatas” tienen la autorización de su jefe para dedicarse a buscar votos. Solo que ese interés no debe afectar el presupuesto oficial, ni hacer campañas en horas de trabajo. Sin embargo, debemos tomar en cuenta que vivimos en México, en el que las cosas no cambian y, como se ve, no cambiarán.
¿Usted qué opina amable lector?