Se necesita medio siglo para recuperar la economía nacional
Miguel Ángel Rivera lunes 19, Sep 2022Clase Política
Miguel Ángel Rivera
De acuerdo con las optimistas y eufóricas conclusiones del Congreso Nacional del partido oficial, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), celebrado el pasado fin de semana, están dadas las condiciones para que conserven el gobierno federal por lo menos durante el próximo sexenio, con lo cual aseguran que continuará lo que ellos llaman la Cuarta Transformación.
Lo que no dijeron es de que (muletilla patrocinada por ya saben quién) o cómo lograrán que la continuidad se convierta en una mejor situación económica para todos los mexicanos, en especial para los más pobres, por los cuales se dicen sumamente preocupados.
Por lo pronto, de continuar las cosas como van -y no hay indicios internos o externos de que vayan a cambiar a la brevedad- quedará muy lejos de ser cumplida la promesa del actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y de su partido, de llevar el crecimiento de la economía nacional al cuatro o cinco por ciento anual.
Es cierto que en contra de ese prometido crecimiento han operado factores negativos tan graves como la pandemia y más recientemente la invasión de Rusia a Ucrania, por sólo mencionar dos de los más destacados.
Pero también es cierto que, hasta ahora, el gobierno de López Obrador no ha puesto en práctica ningún plan concreto destinado a fomentar el desarrollo económico y, lejos de ello, ha rechazado todas las recomendaciones de los especialistas, incluidos algunos que fueron sus cercanos colaboradores y consejeros como Carlos Urzúa y Gerardo Esquivel.
A pesar de todo, la economía nacional tiene gran fortaleza y, según los pronósticos de los especialistas, este año podría tener un crecimiento cercano al dos por ciento, lo que ya es mucho en las actuales circunstancias, pues pocas naciones, incluidas las más poderosas, podrán alcanzar esa meta.
Al respecto, son de tomar en cuenta indicadores como los dados a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), según el cual, durante el segundo trimestre del año, el Producto Interno Bruto (PIB) de México creció un 0.9% en comparación con el trimestre anterior.
El mencionado Instituto autónomo estimó recientemente que México crecería un 2.4% en 2022, cuatro décimas más que en su proyección anterior.
Por otra parte, una encuesta del Banco de México, entre especialistas en finanzas, indicó que la economía mexicana crecerá solo 1.72% este 2022, con una inflación de 6.75%.
Los analistas consultados por el banco central prevén un crecimiento de 1.72 por ciento de la economía del país para este 2022, según la encuesta hecha en abril.
A su vez, la Comisión Económica para América Latina (Cepal) espera que, durante 2022, el PIB nacional se expanda 1.9% en comparación interanual. Pese a esta mejora México sería de los países de la región que menos crecerían.
Medio siglo para lograr una verdadera recuperación
Algo que no va a ocurrir es que los funcionarios de la llamada Cuarta Transformación, desde el presidente López Obrador hasta el funcionario del más bajo nivel consulten y, mucho menos, acepten consejos de destacados economistas de lo que ahora despectivamente se define como gobierno “conservadores” y “neoliberales”. Sin embargo, deberían hacerlo.
Para empezar, deberían rescatar la conferencia que dictó el ex secretario de Hacienda y de Relaciones Exteriores, José Ángel Gurría, durante la comida anual de Los 300 Líderes más influyentes de México, organizada por la revista también titulada Líderes, que dirigen los hermanos Jorge y Raúl Ferráez.
Gurría, que también dirigió en los últimos años la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), evitó entrar a una crítica dirigida a la llamada Cuarta Transformación, para la cual analizó datos de los últimos 30 años y, entre otros, destacó que el crecimiento anual de la economía nacional en esos tres decenios estuvo, en promedio, por debajo del dos por ciento, cantidad insuficiente para generar bienestar. Por cierto, aunque intentó evitar polémicas, recordó que en los primeros cuatro años de la actual administración el país ha crecido al cero por ciento, es decir, no hemos crecido.
Pero, tal vez lo más grave que señaló es que, de llegar al “icónico” 5 por ciento -lo que ha ofrecido y no cumplido el presidente López Obrador, cabe agregar- de crecimiento anual, se necesitaría un plazo de 50 años (medio siglo) “para emparejarnos”.
Indicó que han disminuido las inversiones porque también se ha reducido la confianza de los inversionistas.
Indicó que, en cambio, ha aumentado la inflación y que, si bien, responde a factores externos, también influyen condiciones autogeneradas, entre las cuales destaca la falta de competencia. Esta situación, dijo, afecta a los más vulnerables de nuestra sociedad, los cuales se supone que son la principal preocupación del gobierno del presidente López Obrador.
Al respecto, Gurría recordó que el 60 por ciento de los trabajadores del país lo hace en la informalidad y agregó que así resulta imposible modernizar el mercado laboral mexicano, que debería ser más digitalizado y más tecnológico en general.
A pesar de todo, el mensaje de Gurría tuvo un fondo optimista, pues recordó que en el sexenio final del siglo XX se logró, sin crisis, un crecimiento del 7 por ciento. Aclaró, con buen humor, que “eso no se debe a quien fue secretario de Hacienda”, es decir, él mismo.
Se mantiene el “dedazo” disfrazado de encuestas
Por más que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha procurado dar por desaparecido y enterrado el sistema del “dedazo” para postular candidato presidencial, su partido, Morena, insiste en preservarle ese derecho “metaconstitucional” de designar a su posible sucesor.
En efecto, el mencionado reciente Congreso Nacional de Morena ratificó el método de encuestas para elegir a su candidato a la Presidencia de la República, es decir, reservó para su guía y fundador la facultad única de decidir quién será el candidato presidencial para las elecciones de 2024.
Esas encuestas sólo las conocen el primer mandatario y algunos de sus más allegados, que son los encargados de dar a conocer los supuestos resultados al resto de los militantes de Morena y, como se dice de los mensajes del Papa, “urbi e orbe”.
En este caso, destaca el hecho de que quien resulte “destapado” está comprometido con la continuidad, o sea, seguir con las obras, los proyectos y los programas no concluidos por la actual administración. En la mencionada asamblea se estableció que el candidato para el siguiente sexenio “deberá respaldar el Proyecto de Nación para profundizar la transformación y aprobar un proceso de formación política”.
De acuerdo con la nota del diario La Jornada, en los estatutos aprobados la noche del domingo al lunes se da preponderancia a los comités de defensa de la transformación (CDT) como base de la estructura organizativa de esta fuerza política, que deberán operar desde los barrios hasta las comunidades de mexicanos en el extranjero. Para la integración y vigilancia del proyecto 2024-2030 se formará incluso una comisión permanente.
Los aspirantes presidenciales “deberán comprometerse con este proyecto como requisito estrictamente indispensable para ser consideradas o considerados en el proceso de encuestas que en su momento está previsto en la convocatoria que emita el Comité Ejecutivo Nacional para definir dicha candidatura”.
Estos acuerdos parecen tener dedicatoria para el coordinador de los senadores de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política de su Cámara, Ricardo Monreal Ávila, quien nunca ha sido incluido por López Obrador en su lista de presidenciables, denominados popularmente como “corcholatas”.
Ese legislador, quien ya tiene un antecedente negativo con esas encuestas que nadie conoce, ha pedido de manera reiterada que el método para nominar al candidato presidencial sea mediante consulta a los militantes de Morena, pero como se aprecia nadie atiende sus demandas.
Para más, se amplió el plazo para que queden al frente del partido oficial su presidente, Mario Delgado Carrillo, y la secretaria general, Citlalli Hernández, “para garantizar que el partido continúe de manera ininterrumpida sus tareas de organización durante los procesos electorales concurrentes 2023-2024”. Ninguno de lo dos es, ni remotamente, cercano o simpatizante de Monreal.