El gandulismo de Porfirio Díaz
Alberto Vieyra G. jueves 15, Sep 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
La primera conmemoración del Grito de Independencia que se consumó hasta 1821, comenzaría la madrugada del 15 de septiembre de 1812 en Huichapan, Hidalgo, encabezada por Ignacio López Rayón, quien había sido el secretario particular del cura Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte Villaseñor, quien justamente llamaría a la insurrección armada la madrugada del 16 de septiembre de 1810, en Dolores Hidalgo, Guanajuato.
A esa hora debería ocurrir actualmente el Grito de Independencia, pero la ignorancia y el gandulismo de Porfirio Díaz cambió el grito que debería dar de madrugada del 16 de septiembre, pero como el 15 era día de su cumpleaños, pues él decidió darlo a las 11 de la noche para irse a acostar tempranito y despertarse al día siguiente, pero no con el canto del gallo, qué flojera.
Sin embargo, el carácter festivo del día cívico más importante para los mexicanos en la historia moderna se lo daría precisamente el archicondecorado general Porfirio Díaz Mori quien ordenaría incluso, que para no salir de la comodidad de Palacio de Cortés le llevaran en 1896, al balcón central de Palacio Nacional la histórica campana de Dolores para que cómodamente diera el grito y se fuera a dormir pronto. Repito, la campana de Dolores es la que el cura tañó la madrugada del 16 de septiembre de 1810 en Dolores, Guanajuato, pero el gandulismo del general era monumental, entonces el cura le robó unas horas a la historia de la patria. Esa madrugada del 16 de septiembre, el llamado zorro de la independencia llamaría al pueblo a levantarse en armas contra la opresión del yugo español que ya cumplía 3 siglos de ponzoñoso coloniaje que mantuvo sojuzgados a los mexicanos que, por aquel año de 1810 era una nación de apenas 6 millones de habitantes.
Había en el nuevo México, 942 terratenientes, particularmente la Iglesia católica, además de ser la que repartía las tierras, los señores curas decidían a quienes se las entregaban. En Chihuahua, por ejemplo, la familia Terrazas encabezada por el general Alberto Terrazas, amigo del presidente Benito Juárez era dueña de extensiones territoriales que ningún otro particular tenía. Como el general Terrazas simpatizaba con el gobierno liberal de Juárez, cuando éste visitó Chihuahua le dijo al citado terrateniente que “hasta donde le alcanzara su vista, sería suyo, hasta ahí llegaba su territorio”. Entre Zacatecas, Durango y Coahuila otra hacienda de unas 200 mil hectáreas era propiedad de otra acaudalada familia de apellido Sánchez Navarro que estaban en contra de Benito Juárez, por lo cual el Presidente les expropió la hacienda y solamente se quedaron con una casona en el centro histórico de la Ciudad de México, la cual se vendió y daría lugar a una empresa cervecera llamada Modelo. Juan Sánchez Navarro fundador de la Cervecería Modelo de México se convertiría en el ideólogo de los acaudalados empresarios mexicanos durante la era priista.
Como usted puede ver y escuchar antes de la Independencia de México y después de la Independencia, la nación azteca ha sido un país injusto con la riqueza en muy pocas manos y aún en este momento, los hombres más ricos de México que no van arriba de 100, ostentan el 75% de la riqueza nacional.
Adivino lo que usted está pensando… ¿Hará falta otro Grito de Independencia, pero en la madrugada del 16 de septiembre?